Diario de un director español en la Berlinale (3): Encuentro con la prensa
- Antonio Chavarrías, director de 'Dictado', nos relata su experiencia
- Es la única película española que se presenta en la sección oficial
Bárbara y Juan llegan cuando se termina la maratoniana reunión con nuestro jefe de prensa. Salimos a cenar, el tiempo justo y nos volvemos al Hotel. Todos sabemos que la agenda deja claro que el próximo día será muy duro y queremos llegar con fuerzas.
La mañana transcurre con intensidad, todo está programado y las entrevistas se suceden sin interrupción, llega la hora de comer y me doy cuenta que no hemos parado ni un solo minuto. Percibo por parte de los periodistas una corriente cálida hacia nuestra película, pero habrá que esperar a leer sus crónicas para saber qué les ha parecido realmente, nunca pregunto a un periodista qué piensa de nuestro trabajo, eso forma parte de su opinión personal y sólo a él le toca decidir si la comparte con el entrevistado o no.
Casi tenemos que correr por las heladas calles de Berlín para llegar a la comida. Nos acompañan, entre otros amigos, las televisiones e instituciones que han apoyado la película , como no había cava hemos tenido que brindar con champán alemán.
Sin terminar de comer acudimos a nuevas entrevistas y después a la rueda de prensa, antes me he reencontrado con Mágica.
Mágica es la niña del cartel, a su alrededor gira la historia y sólo tenía 7 años cuando rodamos la película, desprende energía y alegría, con ella todos nos sentimos más seguros ante lo que nos espera, es curioso pero es así.
Hablando claro, las ruedas de prensa me ponen de los nervios, nunca sabes cómo se tomarán la película, ni por dónde irán las preguntas, tampoco hasta que punto te pondrán en apuros. A mi lado, Mágica está muy emocionada, los fotógrafos y la expectación que despierta cuando llega la deben de estar poniendo muy nerviosa.
Y la rueda de prensa transcurre calmada y positiva, las preguntas son interesantes, casi termina por convertirse en un diálogo entre los que estamos en la mesa y los periodistas, es lo mejor que podía ocurrir. No se hasta dónde habrá gustado nuestra historia, pero está claro que ha interesado e inquietado a quién la ha visto. Todos respiramos más tranquilos. Por poco tiempo. Hay que cambiarse de ropa para el pase de la noche, la gran gala, la alfombra roja. Pero hay que esperar, de momento todavía no ha ocurrido.