La oposición venezolana elige alternativa a Chávez en una primarias abiertas
- El vencedor se enfrentará al actual presidente el próximo 7 de octubre
- Chávez ha descalificado a los aspirantes y cree que ninguna está a su altura
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La oposición venezolana se enfrenta este domingo a una de las pruebas más importantes para consolidar su unidad y configurarse como auténtica alternativa al presidente Hugo Chávez.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ha convocado unas inéditas elecciones primarias abiertas a todos los venezolanos de las que saldrá el candidato que se enfrente a Chávez por la presidencia el próximo 7 de octubre.
La MUD aglutina a una veintena de partidos y formaciones opositoras que abarcan todo el espectro político desde la derecha a la izquierda, incluidos antiguos aliados de Chávez. Se trata de una alianza de circunstancias, frágil aún en muchos aspectos, amalgamada fundamentalmente por el objetivo común de derrotar al presidente venezolano.
Más allá de consolidar la unidad opositora aceptando y respaldando unánimemente al candidato que gane las primarias, el otro desafío de esta jornada es comprobar la capacidad de movilización que tiene a día de hoy la oposición.
Esperan dos millones de electores
Las primarias están abiertas a los 18 millones de potenciales electores venezolanos. En el último proceso electoral, las elecciones a la Asamblea Nacional celebradas hace año y medio, la oposición, que se presentó en bloque, obtuvo cinco millones de votos, la mitad de los votos emitidos. Nadie cree que se pueda llegar, ni de lejos, a ese número de votantes en las primarias.
La oposición dice confiar en que acudan a las urnas dos millones de electores. Pero algunos analistas consideran que se trata de un cálculo demasiado optimista y que la cifra final puede situarse entre millón y millón y medio de votantes. En cualquier caso, nada hay seguro tratándose de la primera vez que se celebran unas primarias.
Todos los candidatos han hecho llamamientos a acudir a votar y hacerlo sin miedo. La MUD asegura que el voto será secreto y que los datos se destruirán a las 48 horas de manera que el gobierno no puede saber qué electores han acudido a votar.
Hay quienes han expresado el temor a que pueda haber represalias contra los funcionarios si participan en las primarias. Pero la polarización política que vive Venezuela también ha generado denuncias contra empresarios opositores que, supuestamente, habrían exigido a sus empleados que acudan a votar.
La transparencia parece garantizada
La limpieza y transparencia del proceso de primarias parece garantizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano, el órgano oficial que se encarga de la organización de los procesos electorales en Venezuela. El CNE ha recibido en el pasado fuertes críticas de la oposición pero en esta ocasión todo han sido elogios, lo que ha motivado irónicos comentarios de los sectores oficialistas.
En total se han instalado 3707 centros de votación a lo largo de todo el país, con un total de 7691 mesas, y los funcionarios del CNE se encargaran de supervisar el recuento de votos y la transmisión del resultado.
Desde las filas gubernamentales se mira, con aparente indiferencia, el proceso de primarias opositoras. Horas antes de iniciarse la votación, Hugo Chávez volvió a descalificar a los candidatos opositores, asegurando que ninguno de ellos está a su altura y que, sea el que sea, al triunfador lo derrotará por un amplio margen el próximo 7 de octubre.
Pero tras esa aparente indiferencia y la habitual arrogancia retórica de Chávez, en las filas chavistas se observa con cierto recelo un proceso que, en esta ocasión, puede consolidar la alianza opositora y su carácter de alternativa de gobierno.