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Diario de un director español en la Berlinale (4): "Noche gélida, premiere calurosa"

  • "La respuesta ha sido tan calurosa que estamos conmocionados"
  • "Tenemos que dar las gracias a un público tan generoso como el de Berlín"

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Y llegó el momento más esperado, la primera proyección pública de la película en la que has trabajado durante años. En realidad en ese pase no te estás jugando nada, es sólo una ceremonia ritual, pero, como todos los rituales, está cargado de significados y emoción.

Además llega en unas condiciones muy especiales, compitiendo en la Berlinale, el primer sábado y en el horario estrella de las diez de la noche. Toda una muestra de confianza por parte del Festival y una presión añadida para todos los que estamos allí. Sabes que desde hace días están agotadas las entradas y en algún punto de tu interior temes defraudar esas expectativas.

Del hotel sale la comitiva de vehículos que nos llevará a la alfombra roja, yo comparto un BMW de época con Mágica, que se queja rápidamente de las incomodidades de un coche tan viejo, no termina de ver los encantos ni el glamour de un coche que debe tener más de medio siglo. Sin duda le habría gustado ir en el moderno y aclimatado vehículo en el que nos siguen Juan Diego Botto y Bárbara Lennie.

Recibida con aplausos

La noche es gélida y todos tiritamos en la alfombra roja delante de las cámaras, Mágica apenas puede contestar a las preguntas de algún periodista, pero creo que a ninguno nos importa en ese momento ni el frío ni el tiempo que tengamos que estar en la alfombra.

Cuando se apagan las luces y se ilumina la pantalla te invaden un montón de ideas contrapuestas, no me gusta volver a ver mis películas una vez las he terminado, pero hoy no pienso moverme de mi butaca, pase lo que pase.

Y llega el final y con él un aplauso intenso que se reanuda y alarga cuando nos hacen salir al escenario. Sólo nos queda dar las gracias a un público tan cálido y tan generoso como el de Berlín.

La respuesta ha sido tan calurosa que creo que todos estamos algo conmocionados, sólo entonces dejamos que finalmente escape la tensión, que salgan la respiración contenida en forma de suspiros y que por fin podamos brindar por el nuevo camino que inicia Dictado.