Problemas económicos e intrigas en el Vaticano
- Este martes se celebrará un consejo para analizar los problemas del Vaticano
- La Santa Sede aspira a ser un país impoluto en transacciones financieras
- El supuesto complot para matar al papa en menos de un año, otra sombra
La tensión en el Vaticano es densa como un vidrio incandescente. A los cardenales les espera este martes un San Valentín poco dulce, ya que hay convocado un consejo para analizar los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede.
El Vaticano aspira a formar parte de los países virtuosos en materia de transacciones financieras, un deseo ampliamente querido por el papa. La Comisión Europea elaborará la lista en junio pero en el Vaticano afloran las dudas sobre si el más pequeño estado del mundo formará parte de esa lista de países impolutos financieramente.
Hace unas semanas se desveló que el cardenal Carlos María Viganò informó al papa sobre la corrupción y prevaricación habitual dentro del banco Vaticano. En esa misiva le detallaba al pontífice cómo había conseguido resanar las cuentas y le solicitaba permanecer en el cargo. Joseph Ratzinger nunca le respondió directamente. Hoy el cardenal Viganò está lejos de Roma. Es el nuncio apostólico en Washington.
El supuesto complot contra el papa
Hace unas fechas se acusó a la banca vaticana de transferir 180 millones de euros a Alemania para evadir el control del Banco Central Italiano. La institución vaticana ha respondido que tiene mejor tratamiento de su dinero y que, en cualquier caso, todos los movimientos están controlados.
El supuesto complot para que el papa muera en menos de un año forma parte de todas estas intrigas que se tejen entre los muros vaticanos. Algunos príncipes de la iglesia creen que hay demasiada ambición por hacer carrera entre algunos religiosos y muchas ganas de vengarse por puestos prometidos y nunca desempeñados.
Con todo, no es al papa a quién se señala como el objeto central de estos manejos, sino a su número dos, el cardenal Tarcisio Bertone que ha sabido acumular enemigos en los seis años que lleva como secretario de Estado.