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El Teatro Real estrena 'La Clemenza di Tito' la primera ópera de Mozart de la era Mortier

  • Producción procedente de París estrenada en 1982 en Bruselas
  • Con dirección escénica del matrimonio Hermann y musical de Hengelbrock
  • Un escenario completamente blanco que permite ver todo "con más nitidez"

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Imagen del segundo acto de 'La Clemenza di Tito'
Imagen del segundo acto de 'La Clemenza di Tito'

El motivo del blancoEl motivo del blanco

Estudié la sala y me dí cuentade que la arquitectura era muy lujosa. Cuando se repite ese lujo de la sala en el escenario, no se consigue ningún efecto, ya que el oro del escenario no es más que la prolongación del oro de la sala. No se produce tensión. Sin embargo, el escenario debe contrastar con la sala. Por eso opté por el blanco: lo enfría todo. La habitación rectangular con sus líneas claras proviene de un mundo distinto al de la sala. Además elegí el blanco porque te permite ver todo con más nitídez, incluso el movimiento de un dedo.

Karl Heinz Hermann, director de escena (Declaraciones a La Revista del Real, enero-feb 2012)

No exagera el Teatro Real cuando habla de mítica o legendaria refiriéndose a la producción de La clemenza di Tito de Mozart que ahora llega. Con ella, el matrimonio Ursel y Karl Ernst Hermann que provenía del teatro–hoy importantes escenógrafos operísticos- debutó en el mundo de la lírica.

El pasado jueves Ursel no pudo acudir a la presentación a la prensa en el Teatro Real, pero su marido, Karl Ernst Hermann en calidad de director de escena, flanqueado por Gerard Mortier y el director musical Thomas Hengelbrock nos contó cómo nació en 1982 esta producción.

Ni a él ni a su amigo Mortier –hoy director artístico del Teatro Real de Madrid, entonces director del Teatro Real de la Monnaie- les “llenaban” las producciones existentes que habían visto de La clemenza de Tito, demasiado enclaustradas en el marco romano.

La clemenza di Tito, último título de ópera escrito por Mozart, cuenta, basándose en la obra original de Pietro Metastasio, la historia del emperador Tito, al que retrata como hombre recto y justo, pero también clemente, capaz de perdonar a su amigo íntimo, Sesto, y a su prometida, Vitellia, que habían intentado asesinarle. "La clemencia", recueda Mortier, al hilo del argumento "es siempre el gran don de los poderosos"

“Pensamos”, cuenta Hermann (incluyendo a Mortier en su ‘nosotros’) que “la obra era tan redonda que queríamos hacer hincapié en lo emocional más que en lo histórico”. También quisieron en esta producción acercar el argumento a los tiempos actuales para hacerlo “más comprensible para nosotros”

El blanco que lo enfría todo

El resultado: una habitación blanca con tres puertas que nos acerca al teatro de Racine. Allí se desarrolla La clemenza di Tito de Hermann con, como dice Mortier, “pequeñas citaciones” o detalles que nos remiten al mundo de la antigua Roma.

El director artístico del Real, entusiasmado con el estreno –desde el principio había planificado que ésta fuera la primera ópera de Mozart que él programara en este auditorio- recuerda un tema aparentemente espinoso: los recitativos que solemos considerar aburridos en contraste con las arias, duetos….

“En este caso, los recitativos son muy interesantes”, afirma “porque explican muy bien las pasiones”.

“Son recitativos psicológicos”, en palabras del director de orquesta Thomas Hengelbrock. El también está satisfecho de poder dirigir “una de las óperas más misteriosas de Mozart, una ópera romántica con apariencia barroca”.

Y en cuanto a la brevedad de las arias, duetos, tríos y quinteto, Hengelbrock y Hermann están de acuerdo que no se debió a la premura de Mozart sino más bien una apuesta inteligente por ir a la “reducción a la esencia

La producción que estrena ahora el Teatro Real cuenta con el tenor Yann Beuron (Tito), la soprano Amanda Majeski (Vitellia), la mezzosoprano Kate Aldrich (Sesto), la soprano María Savastano (Servillia), la mezzosoprano Serena Malfi (Annio) y el bajo Guido Loconsolo (Publio).