'Danza Contemporánea de Cuba' el primer ballet cubano que actúa en el Teatro Real
- Presentan un espectáculo con tres coreografías muy contrastantes
- Coreografías de Bonachel (España), Linkens (Holanda) y Céspedes (Cuba)
- Ofrecen seis funciones desde este jueves hasta el 23 de febrero
Han pasado ya por auditorios célebres como La Fenice de Venecia o el Teatro Real de la Monnaie en Bélgica. Y ahora llegan al Teatro Real.
Hace tiempo que a su director artístico, Gerard Mortier , le habían advertido del talento de esta compañía. Y ahora gracias a él (“me gusta probar cosas nuevas”), como a su equipo de producción (que ha conseguido sin contar con mucho tiempo que la gira pase por Madrid) Danza Contemporánea de Cuba llega al Teatro Real, no para “impresionar sino para dar lo mejor de nosotros mismos”, como señalo en un encuentro con la prensa, este miércoles, la primera bailarina Jenny Noceda que lleva 8 años en la formación.
Danza Contemporánea de Cuba nació en 1959 y su actual director, Miguel Ángel Iglesias podría estar toda una vida hablando con emoción de su historia, de sus intenciones, trabajos o de lo importante que es para ellos actuar por primera vez en el Teatro Real, un teatro “con un palco real” que, decía, “impresiona”, incluso estando vacío.
Iglesias –26 años al frente del conjunto, antes fue bailarín- disertó ampliamente sobre la historia y la línea de trabajo de este conjunto que fue guiado en sus inicios por el coreógrafo y escritor Ramiro Guerra, iniciador de los caminos de la danza contemporánea en Cuba.
También explico muy gráficamente la diversidad racial y de orígenes de la compañía; reflejo de la sociedad cubana. “A mi lado pueden ver a una espléndida mulata”, decía en referencia a la primera bailarina Jenny Nocedo y por otro lado “a un rubio de ojos claros”, afirmaba mirando al joven bailarín Joel Suárez. Iglesias por su parte, no olvidó recordar a sus antepasados asturianos.
Contraste, contraste, contraste...
Pero el contraste no solo es de piel. El “contraste”, afirma Iglesias, “es lo que busco” e incluso “la oposición”, a la hora de componer un programa.
Y habla de sorprender de muchas formas, basándose en la personalidad de los bailarines pero rompiendo tópicos (“nos imaginamos a un negrito con maracas pero podemos verle también en una dimensión más lírica”). Iglesia habla de una “multilínea estética donde todo es posible”.
Todas las coreografías que pone en escena la compañía son adaptadas al estilo propio de este conjunto que lleva más de medio siglo fusionando ritmos afrocubanos con las técnicas de Graham, Cunningham y Bausch.
Contrastes como los que encontramos en entre las tres coreografías ensambladas en el montaje que ahora traen al Teatro Real (desde este jueves hasta el 23 de febrero) y que presentaron recientemente en el Mercat de les Flors de Barcelona.
Cada coreografía “sorprenderá” y se verá como algo “inesperado” por su contraste con las otras.
España, Holanda y Cuba
La primera es Demon-n/Crazy del español Rafael Bonachela que nos habla de cuerpos, deseos y amor y en el que la improvisación juega un papel importante, al ritmo de músicas de Bebe, Nina Simone y Estrella Morente.
Los deseos son los que conducen a los cuerpos hasta una esfera donde muestren su verdadera identidad.
“Al terminar la pieza, los bailarines intentarán un último acto de resistencia. Cuando el cuerpo no da más de sí, irán cayendo y retirándose del escenario, sobre un único acorde que parecerá interminable”, podemos leer en el programa de mano.
Folía, del holandés Jan Linkens, que hace referencia en su título a una antigua danza ibérica, funde “la tradición europea con la sensualidad cubana”. Veremos a hombres y mujeres –vestidos de rojo intenso- bailando en parejas y celebrando de este modo, “la alegría de vivir”
Mambo 3XXI es una coreografía 100% cubana y joven firmada por un coreógrafo de 32 años originario de Holguín: George Céspedes. Un homenaje a Pérez Prado (remezclado con nuevas sonoridades) y a la década cubana de los 50, en el que vemos “mezcla de curvas y sensualidades”, como reflejo del ayer y hoy de la propia Cuba.