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El emperador de Japón, Akihito, estable tras ser operado de "bypass" coronario

  • Por el momento necesita respiración asistida tras la intervención
  • Los médicos dicen que habrá que esperar para saber los resultados
  • Esperan que se recupere para presidir un acto el 11 de marzo

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Japanese Emperor Akihito is greeted by doctors upon his arrival at the entrance of the University of Tokyo Hospital in Tokyo
El emperador Akihito a su llegada al hospital Universitario de Tokio para ser intervenido . (17/02/2012)'

Los médicos que han llevado a cabo la intervención quirúrgica de "bypass" a la que se sometió hoy el emperador de Japón, Akihito, han aseguradon que se ha desarrollado bien y que su condición es estable.

Según detallaron los cirujanos en una rueda de prensa televisada, Akihito, de 78 años, se encuentra ingresado en buen estado en el Hospital Universitario de Tokio, donde se realizó la operación, aunque necesita de momento un aparato de respiración asistida.

El doctor Atsushi Amano, que ha coordinado al equipo de médicos del Hospital Universitario de Tokio y del Hospital Juntendo que realizó la intervención, ha considerado que aún es pronto para determinar si ésta ha sido un éxito, puesto que el verdadero objetivo de la misma es que Akihito recupere la normalidad en su día a día.

La operación, que requirió anestesia total, se produjo tras haberle detectado el pasado 11 de febrero el estrechamiento de dos de sus arterias coronarias al realizarle una angiografía.

Si todo va bien permanecerá dos semanas en el hospital

El emperador entró por su propio pie, a las 09:30 hora local (00:30 GMT) al quirófano, donde fue intervenido desde las 11:01 hora local (02:01 GMT) hasta las 14:57 hora local (05:57 GMT), explicaron los médicos, que decidieron que fuera trasladado a cuidados intensivos a las 15:55 hora local (06:55 GMT).

Casi una hora después, la emperatriz Michiko, de 77 años, y la hija de ambos, Sayoko Kuroda, de 42, pudieron visitarlo.

Cuando su hija le tocó la mano, Akihito le dijo "me siento bien", según aseguraron los médicos.

El equipo médico ha explicado que, una vez esté completamente despierto, Akihito podrá consumir líquidos, y que el personal de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario de Tokio vigilará que el agua no le entre en los pulmones.

También detallaron que el domingo a medio día podrá empezar a comer y que está previsto que permanezca en cuidados intensivos hasta la mañana del lunes, al tiempo que estimaron que podrá comenzar el proceso de rehabilitación la semana próxima, y que éste concluirá dentro de unas dos semanas.

Se espera que tras abandonar el hospital, Akihito pueda presidir una ceremonia el próximo 11 de marzo para conmemorar el primer aniversario del desastre que devastó el noreste de Japón, según informó previamente la Agencia de la Casa Imperial.

El príncipe heredero Naruhito, se encargará de la agenda oficial de su padre

Por su parte, el médico de la Casa Imperial, Ichiro Kanazawa, ha explicado en la misma rueda de prensa que aunque el emperador mantuvo su agenda oficial hasta el jueves, ha visto muy limitada su actividad diaria desde que se le detectó la afección cardiovascular.

De momento, y hasta que concluya todo el proceso postoperatorio, el príncipe heredero, Naruhito, será el encargado de despachar las actividades oficiales de su padre.

En la última década, el emperador ha padecido varios problemas de salud, ya que fue operado de un cáncer de próstata en 2003 y sufrió una hemorragia estomacal en 2008.

Además, el año pasado le fue diagnosticada arteriosclerosis coronaria y estuvo hospitalizado varios días por una neumonía.

Los medios de comunicación nacionales estuvieron hoy pendientes de su evolución y abarrotaron el Hospital Universitario de Tokio.

Además, muchos nipones mostraron su cariño al "tenno" (príncipe del cielo, en japonés) y se acercaron al exterior del Palacio Imperial, donde se instaló un libro para escribir mensajes de apoyo y oraciones para rogar por su buena salud, informó la agencia Kyodo.

A última hora de la tarde, más de 11.500 personas habían firmado, en una prueba de que los japoneses siguen venerando a su emperador, aunque ya no tenga el halo divino que rodeó a su padre, Hirohito, hasta la derrota japonesa en la II Guerra Mundial.

Coronado en 1990 tras el fallecimiento de su padre, su papel se limita al de un monarca constitucional que sanciona los nombramientos oficiales y tiene funciones diplomáticas, sin poder ejecutivo.

A pesar de ello, los cronistas oficiales consideran que "el emperador de la paz", nombre con el que se conoce a Akihito, ha tratado de mostrar durante su reinado una faceta más cercana del Trono del Crisantemo, la dinastía reinante más antigua del mundo.

Cinco días después del seísmo y el tsunami del 11 de marzo, y en plena crisis en la central nuclear de Fukushima, el jefe de Estado hizo una histórica aparición televisiva en la que instó a los nipones a no perder la esperanza y a ayudarse entre ellos para superar la peor crisis en el país desde la II Guerra Mundial.

Tanto él como la emperatriz Michiko, con la que contrajo matrimonio en 1959, viajaron después en siete ocasiones a zonas afectadas por la catástrofe y hablaron personalmente con personas desplazadas por el desastre en refugios temporales.

Los datos de la Casa Imperial desvelan además que en 2011 el emperador realizó otras 49 visitas oficiales, despachó unos 950 documentos y asistió al nombramiento de más de cien ministros.