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Unos Goya sin favoritos

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Duelo de directores en la gala de los Goya

Solo queda un día para la XXVI edición de los premios Goya y no hay favorito. La pretemporada de premios nacionales apunta a No habrá paz para los malvados,  mientras Pedro Almodóvar acaba de ganar el BAFTA, sin olvidar el efecto sorpresa de Blackthorn y la apuesta más emocional de Benito Zambrano.

Desde que ganó La soledad en 2007, cuando contaba solo con tres nominaciones, todo es posible en los premios Goya y nadie ha vuelto a decir que están cantados.

Este año se cantará y se bailará, con ayuda de El Langui y Blanca Li, habrá una maestra de ceremonias mordaz como Eva Hache, alternativa en femenino al alto listón dejado por Buenafuente, será el debut "goyesco" de Enrique González Macho como presidente de la Academia y Josefina Molina se llevará el Goya de Honor.

A partir de ahí, todo es incertidumbre. Como en una novela de Agatha Christie, todos tienen su coartada para ser culpables de la victoria.

Almodóvar, el retorno del hijo pródigo

Pedro Almodóvar hace años que polariza a los académicos y La piel que habito no es precisamente una cinta conciliadora, aunque su retorno como hijo pródigo a la Academia puede reportarle el mejor cordero: el Goya a la mejor película.

Sus 16 nominaciones le otorgan el título de favorita numérica, su trascendencia internacional hace palidecer al resto, pero su apuesta arriesgada y poco condescendiente con los convencionalismos le acerca más al cine de culto que a la bendición generalizada.

Eso sí, Elena Anaya es favorita como mejor actriz por su papel de Vera Cruz -es su tercera nominación- y José Luis Alcaine, tras recibir el premio en Cannes, tiene todas las papeletas para recibir la estatuilla a la mejor fotografía. Aunque también Victoria Abril ganó el Oso de Plata en Berlín con Amantes y se quedó sin Goya...

Urbizu, tradicionalmente olvidado en los Goya

No habrá paz para los malvados es, por el contrario, la ganadora menos discutible, como demuestra su hegemonía en los premios José María Forqué y de los Círculos de Escritores Cinematográficos (CEC).

Con 14 nominaciones, su apuesta es menos vistosa que la de Almodóvar, pero también menos arriesgada. Además, Enrique Urbizu ha sido tradicionalmente olvidado en estos premios, así que una puesta de largo parece oportuna y justa.

El protagonista de este "thriller" extrarradial, José Coronado, es uno de los premios que parecen seguros, incluso por encima de lo clamoroso que parece que Antonio Banderas no tenga ningún Goya.

En cambio, Blackthorn,  de Mateo Gil, no tiene ningún intérprete nominado, pero aún así acapara once nominaciones. Quizá las dos favoritas se neutralicen y la tercera en discordia salga beneficiada, como le sucedió el año pasado a Pa negre.

Y su paso injustamente desapercibido por la taquilla podría beneficiarse del "efecto Goya" que tanto gusta. ¿Ganará un "western" la gala del cine español?

Finalmente, La voz dormida,  de Benito Zambrano, es la película que más lágrimas ha hecho derramar y contaría con un premio asegurado -el de mejor actriz revelación, María León-, pero su tratamiento de la posguerra Civil española ha sido muy criticado.

Espectáculo televisivo

Al margen de las quinielas, los Goya son desde hace mucho tiempo un espectáculo televisivo, por lo que la imagen será importantísima. Sin ser tan majestuoso como el Teatro Real de la anterior edición, el Palacio Municipal de Congresos tiene ya confirmado su desfile de estrellas y Eva Hache lucirá hasta seis modelos en el escenario.

Además del retorno de los Almodóvar,  Antonio Banderas con su inseparable Melanie Griffith y el glamur ibérico de José Coronado, pasearán por la alfombra Salma Hayek, nominada como mejor actriz por La chispa de la vida, y el hispanoalemán Daniel Brühl, nominado por Eva.

Habrá un monólogo de Santiago Segura,  que promete vengar el ninguneo a su Torrente 4, tabla de salvación del cine-industria, y habrá humor en los montajes que harán referencia a las películas nominadas.

Y la pregunta del millón: ¿habrá política? La gala del "No a la guerra" no trajo consecuencias positivas para el colectivo y el documental nominado de Isabel Coixet "Escuchando al juez Garzón" calienta la imaginación de los más agoreros. Como ya ha quedado dicho, todo puede pasar. Comienza la cuenta atrás para los Goya.