Enlaces accesibilidad

Washington pide disculpas por la quema de un Corán por soldados de EE.UU. en Afganistán

  • Ha calificado el acto como "trato inapropiado del material religioso"
  • Miles de personas se han concentrado ante las puertas de la base
  • La OTAN ha ordenado una investigación

Por
En Afganistán, un nuevo incidente compromete la misión de la OTAN

El secretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta, ha pedido este martes disculpas a los afganos por la quema de un Corán por parte de soldados estadounidenses miembros de la misión de la OTAN en Afganistán en la base de Bagram, un incidente que ha generado protestas.

En una declaración escrita, Panetta pide disculpas por el trato inapropiado de material religioso incluidas copias del Corán y señala que "estas acciones no representan las opiniones de los militares de los Estados Unidos".

"Honramos y respetamos las prácticas religiosas del pueblo afgano, sin excepción", ha dicho Panetta, que ha indicado que el general de Infantería de Marina John Allen, jefe de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF), le ha notificado el "profundamente desafortunado incidente".

Allen ha pedido disculpas tanto a las autoridades como al pueblo afgano esta mañana y ha ordenado una investigación después de que un grupo de empleados afganos de la base militar denunciaran que vieron cómo militares estadounidenses quemaban anoche partes de un Corán y mostraran páginas quemadas de su libro sagrado.

Panetta, que ha expresado su apoyo a Allen para investigar el asunto junto con el Gobierno afgano, ha asegurado que revisará "cuidadosamente" los resultados finales de la pesquisa para asegurarse de que se toman "todas las medidas necesarias y apropiadas para que esto nunca vuelva a suceder".

Protestas como respuesta en Bagram

Unos 3.000 afganos se ha concentrado en los alrededores de la base militar para protestar por el incidente, según ha indicado Roshna Khalid, el portavoz regional de Parwan, donde está ubicada la base.

La profanación del Corán es un asunto muy sensible en Afganistán, donde una veintena de personas, entre ellas siete trabajadores de la ONU, murieron en protestas el año pasado a raíz de la quema pública.

Bagram, a una hora de Kabul, es la principal base de las tropas internacionales presentes en Afganistán, que se hallan inmersas en pleno proceso de retirada tras una década de guerra contra los insurgentes talibanes, aún activos en gran parte del país.