'La invención de Hugo', el homenaje de Scorsese al cine
- Os ofrecemos un clip de la película en primicia
- Hugo está nominada a 11 Oscar, incluídos mejor película y director
LA INVENCIÓN DE HUGO
11 Nominaciones al Oscar
Mejor película
Mejor Director: Martin Scorsese
Mejor Guión Adaptado: John Logan
Mejro banda sonora: Howard Shore
Mejor Montaje
Mejor dirección artística
Mejor vestuario
Mejor sonido
Mejores efectos sonoros
Mejores efectos visuales
El libro
'La invención de Hugo Cabret' (Ediciones SM, 2007) es un exitoso libro de Brian Selznick que cuenta la historia de un niño que sobrevive, a principios del siglo XX, en la estación de Montparnasse en París. Allí permanece escondido, limpiando los relojes de la estación, para que no le descubran y le manden a un hospicio. Mientras intenta arreglar un autómata, que es lo único que conserva de su padre (relojero), robando piezas a un tendero de la estación que resulta ser Georges Méliès, uno de los pioneros del cine. Un libro en el que la historia se narra mezclando texto e ilustraciones de manera magistral y que en EE.UU se mantuvo en la lista de los más vendidos durante el año de su publicación.
La invención de Hugo es un ejemplo más de que Martin Scorsese es el cineasta con la carrera más sólida de los últimos 40 años y mientras otros grandes de su generación languidecen, como Francis F. Coppola, él es capaz de mantenerse en la cima e incluso dar un giro de 180 grados a su carrera para rodar una película infantil y encima en 3D.
Aunque sea una película de encargo y Scorsese diga que lo ha hecho para que su hija "pueda ver una de mis películas", no cabe duda de que ha sabido convertirlo en un proyecto personal, un juguete con el combina el futuro del cine (el 3D es espectacular), con el pasado, rindiendo homenaje a la magia de los pioneros del séptimo arte y, sobre todo, a Georges Méliès.
Una película que está nominada a once Oscars (curiosamente su único rival preocupante es The artist, también un homenaje a los pioneros del cine) y con la que Scorsese reivindica su amor por el cine que le ha llevado a rodar algunas de las mejores películas de las últimas décadas, numerosos documentales de cine y música y a restaurar algunos clásicos del séptimo arte.
Una nueva dimensión
El 3D es casi tan antiguo como el cine, incluso los hermanos Lumiere experimentaron con dicha técnica en los años 30. Pero Scorsese, al igual que James Cameron y Robert Zemeckis, imagina y planifica la película en tres dimensiones, no se limita a pasarla una vez terminada, como hacen casi todos.
Desde el arranque, con un espectacular plano secuencia, te deja pegado al asiento y exprime al máximo los recursos del 3D por lo que, por una vez, recomendamos verla con gafitas. Y es que la planificación de la película y la recreación de la época son espectaculares. Al igual que los planos entre los pasillos de la estación, abarrotada de gente y los que rueda dentro de la maquinaria de los inmensos relojes.
Una aventura para la que Scorsese cuenta con sus colaboradores habituales, el guionista John Logan, el director de fotografía Robert Richardson, el diseñador de producción Dante Ferreti y la montadora, Thelma Schoonmaker. Juntos recrean el fascinante mundo de Hugo, sobre todo la impresionante estación de tren.
Pero toda esa espectacularidad no le hace olvidarse de lo más importante, las relaciones entre los personajes, sobre todo entre Hugo con su padre (o el autómata que lo representa) con Méliés y con su sobrina.
Un elenco de actores soberbio
Y para eso cuenta con un plantel de autores fantástico, empezando por el joven Asa Butterfield (El niño del pijama de rayas, Merlín, El hombre lobo, La niñera mágica y el Big Ben), un joven actor que trabaja desde los 8 años y que borda su papel de Hugo.
El joven está perfectametne arropado por un excepcional Ben Kingsley, genial en su papel de un amargado George Méliès, que ha perdido la magia.
Sacha Baron Cohen está correcto en el papel del inspector de la estación obsesionado por mandar niños vagabundos al orfanato. Un cojo amargado por una herida de guerra y que va acompañado de un terrorífico perro que no duda en lanzar contra los niños. El papel más cómico de la película.
Aunque sus roles sean menores también destacan Helen McCrory, como la esposa de Méliès, Emily Mortimer, como una florista de la que está enamorado el personaje de Sacha Baron Cohen y el inmenso Christopher Lee como el dueño de una libreria aficionado a regalar libros.
Y sobre todos ellos se alza la fascinante Chloë Grace Moretz, una joven actriz que ya nos fascinó con sus papeles en Kick-ass y la versión americana de Déjame entrar y que está destinada a convertirse en una de las grandes de la próxima generación (aunque hemos pensado eso de muchos otros actores y luego se han perdido por el camino)
Un cuento sobre la magia
La invención de Hugo cuenta la historia de Hugo Cabret (Assa Butterfield) un niño de principios del siglo XX que vive con su padre inventor (Jude Law), hasta que este fallece en un accidente y se tiene que ir a vivir con un tío alcohólico que repara los relojes de la estación de Montparnasse, en París. Su tío no tarda en desaparecer y Hugo permanece escondido, para que no se lo lleven al hospicio, ocupándose de los relojes. Mientras, intenta arreglar un autómata escritor (el único recuerdo que guarda de su padre y en el que cree que le dejó un mensaje).
Las piezas las roba de la tienda de juguetes de un viejo gruñón (Ben Kingsley) que en realidad es George Méliès, el gran pionero del cine de efectos especiales, con el que entabla una amistosa relación, al igual que con su ahijada Isabelle (Chloë Grace Moret). Juntos buscarán la llave que permitirá poner en marcha el autómata y descubrirán la magia del cine. Maravillosa la escena en que ambos ven la película El hombre mosca, de Harold Lloyd, a la que Scorsese también homanajea en Hugo.
Sin embargo, más que las aventuras de los dos jóvenes protagonistas, a Scorsese lo que le interesa es homenajear al cine a través de los ojos de Georges Meliés, el pionero de los efectos especiales.
Georges Méliès, el mago del cine
El libro y la película se basan en la historia real de Méliès, un mago de gran éxito que descubrió el cine en la primera proyección pública de los hermanos Lumiere (28-XII-1895) y que comprendió, enseguida, que le serviría para experimentar un sinfín de trucos ópticos, con los que transformaría la historia del séptimo arte.
Como los Lumiere no quisieron venderle una cámara, construyó una propia y empezó a investigar para crear películas parecidas a sus trucos de ilusionismo, consiguiendo resultados sorprendentes y siendo el inventor de el truco de sustitución de elementos mediante el parado de la cámara, y también de la exposición múltiple del negativo (doble sobreimpresión) y los fundidos a negro y desde negro.
Y también construyó los primeros estudios de cine, como se muestra en la película de Scorsese (por cierto, en esa secuencia el director hace un cameo interpretando a un fotógrafo).
Consiguió un éxito enorme y en 1902 rodó su obra maestra, Viaje a la luna, con esa inolvidable imagen de un proyectil de cañon clavado en el ojo del planeta, uno de los primeros iconos del cine.
Pero durante la Priemra Gran Guerra nadie tuvo tiempo para el cine y en 1923, acosado por las deudas, tuvo que vender sus propiedades y abandonar Montreuil. En 1925 se reencontró con una de sus principales actrices, Jeanne d'Alcy, con la que regentó un quiosco de juguetes y golosinas en la estación de Montparnasse. Allí fue reconocido por Léon Druhot, director de Ciné-Journal, que lo rescató del olvido.
Poco antes de la muerte de Méliès, en 1938, la Cinemateca francesa recuperó y restauró parte de sus películas. Desde 1946 el Premio Meliés otorga anualmente el reconocimiento a la mejor película francesa.
El año pasado se celebró el 150 aniversario de su nacimiento y os recomendamos el estupendo reportaje que le dedicó el programa 'Días de cine'