La sentencia contra Mubarak, el 2 de junio
- El Tribunal Penal de El Cairo ha celebrado la última sesión del juicio
- El fiscal pide la pena de muerte y la defensa la absolución
La sentencia contra el expresidente egipcio Hosni Mubarak, acusado de estar implicado en la matanza de manifestantes durante la revolución que le depuso en 2011 y en casos de corrupción, se dará a conocer el próximo 2 de junio.
En la última sesión del juicio, el Tribunal Penal de El Cairo fijó esa fecha para que el juez Ahmed Refaat pronuncie "en público" el fallo del conocido como "el proceso del siglo".
Junto a Mubarak son procesados el exministro del Interior Habib al Adli y seis de sus asesores, así como los dos hijos del expresidente, Alaa y Gamal, aunque estos últimos están imputados solo por el caso de corrupción.
Largo plazo para dictar sentencia
El letrado de la acusación Abdul Fatah Hamed ha explicado que el plazo establecido por la corte para dictar sentencia es "largo pero adecuado", ya que el sumario consta de más de 40.000 páginas que el juez debe estudiar.
En su opinión, la pena que se aplicará a los procesados será "dura" porque la documentación incluye "pruebas concretas sobre el asesinato de manifestantes y la implicación de los acusados en casos de corrupción".
La Fiscalía General pidió el pasado 5 de enero la pena de muerte en la horca para Mubarak quien al inicio del juicio se declaró inocente de todos los cargos que se le imputan.
El expresidente y sus vástagos renunciaron a declarar en la vista de este miércoles pese a que el tribunal les ha dado la oportunidad, ha explicado uno de los abogados de la acusación, Ozman al Hasanaui.
Mientras, Al Adli defendió durante más de una hora su inocencia, negó que la policía empleara la violencia contra los manifestantes, y aseguró que si esto ocurrió fue siempre en defensa propia.
Fuera de la sala, situada en la Academia de la Policía, decenas de personas, tanto familiares de las víctimas de la revolución como pro Mubarak, se han concentrado sin incidentes.
Mubarak, de 83 años, está ingresado en un centro médico internacional en las afueras de El Cairo, mientras que sus hijos y el resto de los inculpados en este juicio se encuentran presos en varias cárceles.