Medio centenar de muertos en una ola de atentados en Bagdad
- Varios coches bomba han estallado en la capital de Irak
- Es la última ola de ataques desde que estallara una crisis política en diciembre
Medio centenar de personas han muerto y otras 200 han resultado heridas este jueves en una cadena de ataques en los principales barrios chiíes de Bagdad y en la provincia de Salahedín, al norte de la capital iraquí, según han informado fuentes policiales y del Ministerio del Interior. Es la última ola de ataques desde la erupción de una profunda crisis política el pasado mes de diciembre.
En Bagdad, el estallido de cuatro coches-bomba y tres artefactos explosivos, además de dos ataques armados, causaron al menos veinte fallecidos y 64 heridos en diferentes barrios, con predominio suní, chií y cristiano.
Entretanto, en la provincia de Salahedín, al menos nueve personas han muerto y 39 han resultado heridas por la explosión de cuatro coches-bomba. La mayoría de los atentado ha tenido como objetivos los edificios gubernamentales de esta provincia y la sede de la Unión Patriótica del Kurdistán, el partido del presidente iraquí, Yalal Talabani, en las zonas de Biyi, Al Duyail, Balad y Al Tuz.
El atentado más sangriento en Bagdad se ha producido en el distrito de Al Kazimiya, donde al menos seis personas han perdido la vida y otras quince han resultado heridas por la detonación de un vehículo cargado con explosivos cerca de un restaurante.
Otras seis personas, la mayoría policías, perecieron y otras tres sufrieron heridas por los disparos de un grupo armado que atacó un puesto de control en la zona de Al Sarafiya, en el centro de la ciudad.
Crisis política entre chiíes y suníes
Además, hubo dos muertos y nueve heridos por el estallido de dos artefactos y disparos de pistolas con silenciadores en el barrio de Al Saidiya, en el suroeste de Bagdad.
Otros distritos de la capital donde se registraron ataques fueron Mansur, Al Madaem y Karrada, donde hubo estallidos de coches-bombas y de un artefacto, que causaron al menos seis muertos y más de 30 heridos.
El Ministerio de Interior iraquí ha acusado a Al Qaeda y a los grupos armados vinculados a esta organización terrorista de estar detrás de los atentados. En un comunicado, el Gobierno ha apuntado que los grupos terroristas "están haciendo grandes esfuerzos para dar la impresión de que la situación de seguridad en Irak no es estable" e intentan demostrar a los seguidores de Al Qaeda que todavía actúan en territorio iraquí.
Irak vive un repunte de la violencia desde la retirada de las tropas estadounidenses, el 18 de diciembre pasado, y la emisión, un día después, de una orden de arresto contra el vicepresidente suní del país, Tareq al Hashemi, por supuestos delitos de terrorismo. Los enfrentamientos entre el bloque parlamentario chií del primer ministro, Nuri al Maliki, y los ministros del partido suní Irakiya se han incrementado en los últimos dos meses.
El domingo pasado, 16 personas murieron, entre ellas varios agentes del orden, y otras 22 resultaron heridas en un atentado suicida contra una academia de la policía en el este de Bagdad.
La orden de arresto contra Al Hashemi ha desencadenado una profunda crisis política, agravada por los numerosos atentados perpetrados contra objetivos chiíes y contra las fuerzas de seguridad.