Somalia vuelve a la agenda de los líderes mundiales ante el creciente estado de inseguridad
- Representantes de 50 países se dan cita este jueves en Londres
- Organismos de DDHH piden que se escuchen las voces de la sociedad somalí
- El campamento de refugiados de Dadaab, en Kenia, cumple 20 años
“Todos los niños más pequeños fueron puestos en la primera línea de combate. Yo estaba allí. Varios fueron asesinados, entre ellos algunos de mis compañeros de la escuela. Éramos cerca de 100, solo dos logramos escapar”.
Son las palabras de un joven somalí, de 15 años. A mediados de 2010 fue reclutado en su colegio por miembros del grupo islamista Al Shabaab. Su testimonio, junto con otras 160 entrevistas a menores del país, forma parte de un contundente informe que publica Human Rights Watch (HRW).
“Ninguna de las partes del conflicto de Somalia ha conseguido proteger a los niños de los enfrentamientos o evitar que se sumen a sus tropas”, denuncia HRW. Medio año después de que el país atravesara la peor sequía de los últimos 60 años, los menores siguen siendo los más vulnerables ante una situación de violencia que no cesa.
Por eso, esta organización pide a los líderes mundiales que éste sea uno de los temas que traten en la conferencia internacional que tiene lugar este jueves en Londres, donde representantes de 50 países se reúnen para trazar la hoja de ruta del futuro de Somalia, ante una creciente amenaza de terrorismo que sitúa a este lugar entre los más inseguros del mundo.
Human Rights Watch recuerda que mientras las milicias de Al Shabaab “reclutan progresivamente a niños con fines de combate, matrimonio forzoso o violación sexual, el Gobierno Federal de Transición tampoco ha conseguido que ningún responsable rinda cuentas por estos abusos”.
Oxfam pide a los gobiernos que escuchen la voz de los somalíes
Esta cita, iniciativa del Gobierno británico, contará con la presencia de la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y el ministro español de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García Margallo. Y será seguida muy de cerca por los principales organismos de derechos humanos.
Así, en una entrevista a RTVE.es, el responsable de Ayuda Humanitaria de Intermón Oxfam en nuestro país, Francisco Yerno, dice que lo que piden a la comunidad internacional es “un cambio de enfoque” y, sobre todo, “que se escuchen más las voces de la población civil somalí”.
“Se trata de anteponer los intereses del pueblo frente a posturas a corto plazo enfocadas a cuestiones de seguridad y lucha contra el terrorismo”, añade Yerno. Y es que, según la ONU, todavía 2, 3 millones de habitantes necesitan ayuda humanitaria, 325.000 niños padecen desnutrición aguda y el 31% de la población se encuentra en una situación crítica.
Una crisis que traspasa fronteras
En julio de 2011 estalló en el cuerno de África una de las peores crisis humanitarias. Los medios de comunicación volvimos a acordarnos de esta zona del mundo tan castigada históricamente. Las causas, varias. La escasez de lluvias produjo malas cosechas, lo que se tradujo en la subida del precio de los alimentos (cuando no ausencia) y, por tanto, se incrementaron, aún más, los índices de pobreza. A lo que hay que sumar un conflicto armado de más de dos décadas.
Hace unos días, Naciones Unidas declaraba el fin del estado de hambruna que existía en seis regiones del país. Una situación a la que se ha podido llegar, -según la portavoz de ACNUR en España, María Jesús Vega- “por las excelentes lluvias y el trabajo de las organizaciones humanitarias que han estado trabajando día y noche salvando vidas”.
Sin embargo, estamos asistiendo en los últimos meses, tal y como señalan varios organismos en el terreno, al recrudecimiento de los combates en un país política y económicamente desintegrado, con constantes conflictos entre señores de la guerra que dificultan los avances hacia la reconstrucción.
“Somalia es un estado fallido, hay un gobierno de transición reconocido desde 2004, pero luego hay milicias, como las de Al Shabaab, que controlan buena parte del territorio (y donde a veces no podemos llegar), y que no reconocen a las autoridades. Por tanto, negociar con este Gobierno Federal es papel de fumar”, explica a RTVE.es María Jesús Vega.
Un conflicto interno que ya alcanza límites regionales fuera de sus fronteras. En el país ya hay un importante despliegue de tropas etíopes y kenianas que luchan junto con el ejército gubernamental para hacerse con el control del sur, en manos de Al Shabaab.
20 años siendo refugiados en Dadaab
Este año se conmemora el 20 aniversario del mayor campo de refugiados del mundo, Dadaab, situado al noreste de Kenia, y principal lugar de acogida para los somalíes que huyen de su dramática realidad (otros han escapado a Etiopía, Yemen y Yibuti, fundamentalmente).
A día de hoy, 463.000 personas habitan en este campo, donde tratan de dignificar sus vidas a pesar de las dificultades. Viven, principalmente, en tiendas de campaña o chozas, construidas con los más elementales recursos.
10.000 refugiados conforman ya la tercera generación. “Son chavales que nacen y se crían en esos campos. Chavales que quieren regresar a un país que no conocen. Chavales que no pierden la esperanza de volver”, cuenta la portavoz de ACNUR.
El campamento de Dadaab se instaló en 1991, tras la caída del régimen dictatorial de Siad Barre. Estalló entonces una guerra civil que forzó el éxodo de miles de somalíes. Ifo, Dagahaley y Pagadera fueron los primeros campos, a los que hoy se suman otros dos, con capacidad para albergar a 80.000 personas cada uno.
Todo está por hacer, en un país que cuenta con un millón de refugiados y cientos de miles de desplazados, y que sigue preso en una guerra donde los civiles son las principales víctimas. Por eso, los organismos de DDHH califican de “paso positivo” la cumbre mundial de este jueves. Para que no se olviden de Somalia.