La primera ministra australiana retiene la jefatura del Partido Laborista
- El resultado consolida el mandato de la primera ministra, Julia Gillard
- Se zanja así la crisis agudizada por la renuncia del exministro de Exteriores
La primera ministra de Australia, Julia Gillard, se ha impuesto este domingo tras vencer en una votación a puerta cerrada del comité ejecutivo del partido laborista por 71 votos frente a los 31 obtenidos por el exministro de Exteriores Kevin Rudd para resolver la lucha por el liderazgo de la formación. Aunque ya antes de la votación surgieron señales de que Gillard contaba con apoyo suficiente para mantenerse al frente, el resultado de este domingo consolida su mandato.
Gillard convocó el pasado jueves a los 103 miembros de la ejecutiva a votar, en un intento de zanjar la crisis agudizada por la reciente renuncia de Rudd al puesto de ministro de Exteriores, a quien desbancó de los cargos de líder de la formación y de primer ministro en 2010 tras una revuelta en el seno de la agrupación laborista.
Gillard ha agradecido el apoyo "abrumador" de sus correligionarios y ha elogiado la gestión de su rival cuando fue primer ministro (2007-10) y hasta hace poco titular de Exteriores. Ahora que "se ha terminado el drama político", el partido laborista y el gobierno "se centrarán" en el pueblo australiano y el país, ha señalado la primera ministra.
"Me siento impaciente, quiero retomar el trabajo de construir el futuro de la nación", ha comentado Gillard, quien ha agregado que confía en mantener al partido "unido" con la finalidad de poder ganar las próximas elecciones, previstas en 2013.
“Es tiempo de que se sanen las heridas“
Gillard ha explicado que por el momento Craig Emerson, actual titular de Comercio, asumirá de forma interina la cartera Exteriores hasta que en los próximos días se nombre al sucesor de Rudd.
Crisis zanjada
Rudd, quien ha indicado que tiene la intención de ejercer la labor de legislador sin cargo en el Ejecutivo, ha restado importancia a las recientes críticas recibidas desde un sector de su partido.
"Es tiempo de que se sanen las heridas", ha afirmado Rudd en otra rueda de prensa, tras comprometerse a trabajar para conseguir la reelección de Gillard en los próximos comicios.
Una reciente encuesta de la consultora Newspoll indica que la popularidad de Rudd es de 53 por ciento, mientras que la de Gillard, que gobierna en minoría con el apoyo de varios diputados independientes, es del 28 por ciento.
Según las encuestas, la popularidad de Gillard ha descendido debido a polémicas medidas, como la de tasar las emisiones de gases contaminantes de las grandes empresas o la propuesta de fijar impuestos al superávit de las mineras.
Tras conocer el resultado de la votación en el seno del partido rival, el líder de la oposición, Tony Abbott, ha señalado que "nada cambiará" a raíz de la victoria de Gillard, a quien ha criticado por "salvar su puesto de trabajo" en lugar de defender el de los australianos.