La juez Murillo pide "respeto" al público de un juicio de 'kale borroka' y les dice que "no es un circo"
- El público había aplaudido al acusado al terminar su declaración
- Iñaki Bengoa está acusado de haber incendiado un autobús en Bilbao
La magistrada de la Audiencia Nacional Ángela Murillo ha pedido este martes al público que asistía a un juicio de violencia callejera, que habían aplaudido al acusado, que no volvieran a hacerlo, diciéndoles: "Esto es un tribunal de justicia, que se merece un respeto. Esto no es un circo".
Murillo ha cerrado con estas palabras la primera sesión del juicio a Iñaki Bengoa San Miguel, acusado de participar en la quema de un autobús en el barrio bilbaíno de Buia el 10 de febrero de 2002, hechos por los que la Fiscalía pedirá para él 10 años y nueve meses de prisión.
Durante su declaración, Bengoa ha negado las acusaciones, ha dicho que nunca ha atacado ningún autobús y ha tratado de explicar la presencia de uno de sus guantes en el lugar de los hechos diciendo que pertenecía a un compañero de trabajo, Aitor Fernández Treceño, ya condenado por estos hechos.
"En aquello de la empresa -dedicada al montaje de txosnas y escenarios de fiestas- todo era un poco desastre. Llevábamos los guantes al salpicadero o al lugar donde nos cambiábamos. Cogíamos lo que teníamos más a mano", ha dicho el procesado, que también ha señalado que una capucha de la que también se extrajo material genético suyo "era para ir a la montaña".
Sobre los seis petardos que aparecieron en su domicilio de Busturia, similares a los utilizados en varias acciones de "kale borroka" en Vizcaya entre 2009 y 2010, Bengoa ha dicho que eran un regalo a su compañero de piso que le hizo el primo de éste.
Atacó a un autobús público
En el juicio ha declarado el conductor del autobús, que ha ratificado las declaraciones prestadas durante la fase de instrucción y ha dicho que los atacantes simularon un accidente de moto para que se detuviera y que, tras prender fuego al vehículo, huyeron gritando "Jo ta ke irabazi arte" (Dale duro hasta ganar).
Según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, Bengoa San Miguel -en unión de otras personas, entre ellos Fernández Terceño y los hermanos Unai y Naiara Mallabia Sánchez, ya condenados por estos hechos en 2005 a siete años y nueve meses de prisión- atacó con artefactos incendiarios un autobús público.
"Para conseguir que el conductor del autobús (...) detuviera su marcha, simularon un accidente de motocicleta, colocando un ciclomotor en medio de la calzada a cuyo lado había una persona en posición fetal", añade el escrito.
Tras obligar a bajarse al conductor y al único pasajero que viajaba en ese momento, lanzaron los cócteles molotov al interior del autobús, "que quedó calcinado", y cuyos daños ascienden a 56.836,30 euros.
El fiscal añade que después de abandonar el lugar y atravesar un túnel que pasa por debajo de la carretera A-68 el acusado y el resto del grupo dejaron diversas prendas de ropa a unos 50 metros del túnel.
La Ertzaintza obtuvo muestras genéticas de una capucha y unos guantes que coinciden con las recogidas en 2010 en una colilla tirada al suelo por Bengoa, lo que llevó a su detención el 10 de noviembre del año pasado.