Los desfiles de París muestran a una mujer urbana y sofisticada
- Mugler propone un armario vanguardista, irreal y marcado por los contrastes
- Manish Arora se inspira en el arte callejero
- Dries Van Noten y Rochas apuestan por los estampados
Thierry Mugler fue un revolucionario y un iconoclasta. Enamorado de las curvas, tanto las de las mujeres como la velocidad, y nunca tonteó con la nostalgia. Al contrario, ya que su moda era de estilo futurista y espacial.
Nicola Formichetti recogió su testigo en 2010 y desde entonces ha mantenido la firma en los mismos parámetros vistiendo incluso a una mujer que representa a la perfección el ideal de la casa en estos nuevos tiempos: Lady Gaga.
Lady Gaga, musa de Mugler
La colección para el otoño e invierno es una continuación de la primavera y verano. Negros y blancos, solos o en compañía, dominan en la propuesta y tan solo un naranja o rojo se hacen paso en el desfile.
Las siluetas destacan por los hombros ondulados y exagerados, por las cinturas marcadas y por los volúmenes contenidos. Vemos contrastes de tejidos, texturas encontradas y superposiciones que juegan con los flecos y las transparencias para mostrar todos los elementos del look.
Los diseños más llamativos son los que mezclan pitón blanco y seda negra, o lo que llevan estructuras que parecen caparazones de insectos que crean atractivos efectos ópticos.
Manish Arora, moda en spray
Manish Arora también ha vestido a Lady Gaga pero con las prendas de las colecciones que hace para Paco Rabanne. Para la suya se inspira en el arte urbano que invade, y a veces ataca, las grandes ciudades. Los colores graffiti destacan en una colección marcada por los estampados collage que forman caras, los dibujos abstractos y las flores.
El blano o el negro se utilizan de soporte para volcar sobre ellos diferentes motivos, y vemos vestidos-abrigo con franjas negras y azules que llevan aplicaciones de piel teñida.
Inspiración nipona
Dries Van Noten aúna elegancia, modernidad, plasticidad y calidad. Su colección es un guiño a la moda, a las vanguardias y a Japón, desde donde viajan aves exóticas y dibujos tradicionales. Los estampados recorren la pasarela y, a modo de pañuelo superpuesto, se adueñan de abrigos, pantalones y camisas. Destaca la combinación de negro, turquesa, marrón y blanco, llamativa y de carácter decorativo.
Pantalones y faldas llevan volumen y movimiento, y las chaquetas tienen una estructura pequeña que marca los hombros y la cadera. Vemos cazadoras con adornos de piel en el cuello que lucen bordados dorados de flores y pájaros, vestidos blancos sencillos que son lienzos para plasmar motivos de la ilustración nipona de rico vestuario inspirado en las geishas, en el que destaca el color.
La maison Rochas, sin encanto
La colección de Marco Zanini para Rochas es fría y se aleja de la feminidad y seducción que la casa desprende con tan solo pronunciar su nombre. Vemos mezclas de estampados imposibles, prendas para el día de estilo post-guerra, jerseys masculinos y unos complementos sin personalidad.
La noche derrocha tela en vestidos de falda con gran volumen y cuerpo con cuello camisero, y otros con gran escote geométrico como los son los poco favorecedores dibujos del estampado.