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La devaluación del euro y la carga de impuestos encarecen la gasolina y el gasóleo

  • Casi el 50% del precio de un litro de combustible son impuestos
  • La debilidad del euro frente al dólar, una de las principales causas de la subida

Ver también: Ver también: Especial sobre la evolución del precio de petróleo

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Los conflictos en Oriente Medio generan una subida en el precio del petróleo

Los precios de la gasolina y el gasóleo baten récordsazuzados por la debilidad del euro frente al dólar. Sobre el precio del producto en el mercado se aplican además el impuesto antes conocido como "céntimo sanitario" y el IVA que encarece el coste final en un 18%.

Aún queda lejos el máximo histórico marcado por el barril de crudo Brent en julio de 2008 (147,5 dólares), con el barril de petróleo en el entorno de 120 dólares, sin embargo la gasolina sin plomo 95 y el gasóleo, han alcanzado este mes de marzo su récord histórico en 1,432 y 1,373 euros por litro.

Para empezar, el coste un litro de combustible se decide, al igual que  el del petróleo, ajeno a la vida de los consumidores, en los mercados  financieros, “muy especulativos”, puntualiza el  secretario general de Aevecar (Agrupación Española de Vendedores al por  Menor de Carburantes y Combustibles), Víctor García Nebreda.

“El petróleo cotiza en dólares”, recuerda García Nebreda, y asegura que el cambio del  dólar respecto al euro es “lo que más está influyendo en las últimas  semanas en el precio de los combustibles”. El euro se ha depreciado un  14% respecto al dólar desde los máximos marcados en abril de 2011, cuando el cambio del euro con el billete verde estaba próximo a 1,5 dólares, según la AOP, Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos.

El director general AOP, Álvaro Mazarrasa, coincide en  señalar el  debilitamiento del euro frente al billete verde como uno de  los factores  determinantes en la subida del precio de los combustibles. Pero a la debilidad monetaria europea, afectada por la crisis de deuda,  se suma en estas últimas semanas, la tensión en el mercado por el  embargo de petróleo iraní, aprobado por la Unión Europea el pasado 23 de  enero. Un embargo que el Fondo Monetario Internacional calculaba que  podría elevar hasta en un 30% el precio del barril de petróleo.

Casi la mitad: impuestos

El coste del producto antes de impuestos representa un 52,16% del litro de gasolina y un 58,60% en el gasóleo o diésel. Su valor se calcula sumando el coste de logística, comercialización, amortización y remuneraciones de minoristas y mayoristas y su cotización internacional, es decir, el precio que pagan las operadoras por adquirir el producto en los mercados mayoristas.

El precio mayorista de un litro de gasolina o de gasóleo, es decir, el que pagan los operadores como Repsol y Cepsa en el mercado de origen,  se gestiona en el Platts European Marketscan, en concreto en el CIF(siglas de Cost, Insurance and Freight--Coste, Seguro y Flete)  Mediterráneo y CIF Noroeste de Europa, y se fija tomando la  cotización más alta alcanzada al cierre del mercado el día anterior.

Después, al precio del producto en el mercado mayorista hay que añadir el Impuesto Especial de Hidrocarburos y el IMVDH (Impuesto de Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos, antes conocido como céntimo sanitario) que aplican las comunidades autónomas. El Impuesto Especial supone aproximadamente 40 céntimos por litro en la gasolina sin plomo y 30 céntimos en el caso del gasóleo de automoción.

Mientras, el IMVDH cuenta con un tramo nacional de 2,4 céntimos (desde 2002) y otro que fija cada comunidad autónoma y puede alcanzar un máximo de 4,8 céntimos. Esto "nos afecta bestialmente, porque encarece el producto", señala Nebreda. Valencia, por ejemplo, ha aplicado el máximo, y esto provoca el "efecto frontera", es decir, que muchos transportistas prefieren parar a repostar en Madrid y pasan de largo en Valencia, si saben que el combustible es más barato en la comunidad madrileña. "Si mi comunidad sube los impuestos, no tengo nada que hacer", agrega el secretario general de Aevecar.

Sobre el resultado, una vez aplicados los impuestos específicos se suma el IVA (del 18% desde julio de 2010). Los impuestos suponen así, en total, el 47,84% del precio de un litro de gasolina sin plomo 95, y en menor medida, hasta en un 41,4% gravan el gasóleo.

Descenso en las ventas

A los factores ajenos al sector, como las tensiones políticas y la debilidad monetaria de Europa, se añade la crisis que hace cada vez más que los consumidores, ahogados por el paro y las deudas, se planteen si quieren utilizar el coche.

La demanda de combustibles tiene la peculiaridad de ser muy rígida, es decir, el aumento o disminución en el precio de los carburantes, apenas tiene reflejo en la demanda que permanece casi invariable. Sin embargo, con la crisis, esa tendencia a mantenerse sin grandes variaciones, se rompe, y la demanda baja de forma considerable.

Nebreda recuerda que desde 2008, las ventas de combustibles han bajado un 30% y que ese descenso continúa “todos los meses, sin recuperación”. En el último trimestre se ha producido un descenso del 5%. Entre los factores que han influido en este descenso continuado está la crisis del sector de la construcción, que, señala, “movía mucho transporte”.

Lo confirma el director general de AOP, Álvaro Mazarrasa, que asegura que la crisis "está afectando muchísimo a las ventas". Solo en los últimos 12 meses, la demanda de gasolina y gasóleo ha caído más de un 7% y únicamente en enero y febrero de 2011 llegó a recuperarse.

A esta circunstancia se suma la subida en los tramos impositivos en el impuesto de la renta de las personas (IRPF), que “se va a traducir en menos dinero para gastar”, señala el secretario general de Aevecar.