Los pilotos de Qantas recurren el fallo del órgano de arbitraje laboral de Australia contra su huelga
- El portavoz de los pilotos dice que ellos no dejaron en tierra a los aviones
- Qantas anunció el pasado octubre que dejaba en tierra a toda su flota
- La decisión de la aerolínea australiana afectó a unos 80.000 pasajeros
Los pilotos de Qantas han recurrido este lunes ante un tribunal de Sídney el fallo del órgano de arbitraje de disputas laborales, Fair Work Australia, que en octubre pasado puso fin a las huelgas de los trabajadores de esta aerolínea.
La Asociación de Pilotos Australianos e Internacionales (AIPA, por sus siglas en inglés) ha presentado sus alegaciones contra la decisión vinculante emitida por Fair Work Australia en el inicio del proceso en el Tribunal Federal de Sídney.
El organismo de arbitraje decretó a finales de octubre el cese de la huelga de los sindicatos de Qantas, después de que la directiva de la compañía decidiera dejar en tierra toda la flota a causa de los paros.
El portavoz de los pilotos de Qantas, Nathan Safe, explicó que la protesta de su gremio no perturbó los vuelos de Qantas, a diferencia de las medidas de fuerza adoptadas por los sindicatos de mecánicos y del personal de tierra que estuvieron implicados en el conflicto laboral.
“Los pilotos de Qantas no dejaron en tierra a los aviones“
"Los pilotos de Qantas no dejaron en tierra a los aviones ni retrasaron a un solo pasajero", dijo Safe a la emisora local ABC.
Los pilotos señalaron que su protesta se limitó al uso del sistema de comunicación de los aviones para difundir durante los vuelos sus demandas salariales y laborales, así como la negativa de vestir con el uniforme completo.
Plan de reestructuración
Qantas mantuvo el año pasado un pulso con los sindicatos que iniciaron movilizaciones tras el anuncio de la compañía de un plan de reestructuración de la unidad internacional que contempla el despido de mil trabajadores y la expansión de operaciones en Asia.
Por ello Qantas anunció por sorpresa en octubre pasado que dejaba en tierra a toda su flota, una decisión que afectó a unos 80.000 pasajeros y motivó que el Gobierno australiano pida la intervención de Fair Work Australia.