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30 años después se publica 'American Flagg' el cómic que se adelantó a 'Watchmen'

  • Es la obra más conocida del dibujante y guionista Howard Chaykin
  • Un artista pionero en conseguir los derechos de autor

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'American Flagg', de Howard Chaykin
'American Flagg', de Howard Chaykin

El año que viene American Flagg!, de Howard Chaykin, cumplirá 30 años y gracias a Norma Editorial por fin podemos disfrutar en España de una de las series más visionarias, innovadoras, rompedoras, osadas y arriesgadas del cómic americano, a la vez que una de las más divertidas. Y de la que sólo habíamos podido ver en España 3 episodios publicados hace más de 20 años por Toutain.

Cuando se habla del cómic de los 80 parece que sólo existen Watchmen (de Alan Moore) y Batman: Dark Knight (de Frank Miller), pero American Flagg! se adelantó a ambas en crear un mundo de ciencia ficción dominado por las grandes corporaciones y manipulado por los medios de comunicación; en dar el protagonismo a un antihéroe; en criticar a la sociedad de consumo; y fue pionera en mantener los derechos de autor para Chaykin (ya le hubiera gustado a Alan Moore tener los derechos de Watchmen) y en incluir dos elementos que esas obras maestras obviaron, el sexo y el humor (ironía).

Por eso hay que indicar que nos hayamos ante un cómic merecedor de figurar en el trío de obras imprescindibles de los 80, con esas otras dos maravillas del noveno arte.

Un profeta del cómic

American Flagg! fue uno de los primeros lanzamientos de First Comics, una pequeña empresa que quería hacerse un hueco en el mercado copado por Marvel y DC. Y su primer acierto fue que sus autores mantuviesen los derechos de sus creaciones.

Algo que les permitió contar con Howard Chaykin, que había captado la atención de crítica y público con Cody Starbuck, una obra de ciencia ficción heredera del pulp cuyas páginas le sirvieron para todo tipo de experimentos pictóricos y narrativos, rompiendo la estructura de la página, dando gran protagonismo a las onomatopeyas (algo heredado de The Spirit, de Will Eisner y que influiría en grandes autores como Walt Simonson y su Thor) y aportando hallazgos del cómic europeo (Como las composiciones de páginas en los que prescinde o deconstruye las viñetas)

Unos hallazgos que elevó a la máxima expresión en American Flagg!. una obra de ciencia ficción que, curiosamente, adivinó muchas cosas de las que estamos viviendo actualmente. En ella se cuenta cómo el poder político ha sido sustituido por el de las grandes corporaciones y los mass-media empresariales que controlan lo que queda de unos EE.UU asolados por el cambio climático y el colapso financiero. Y los terrestres han colonizado Marte.

Una sociedad obsesionada por el sexo y donde los reality shows arrasan en las audiencias. ¿Les suena de algo? El propio autor aseguró que "Si hubiera sabido que el futuro iba a ser aún peor, me habría pegado un tiro para compensar".

Un antihéroe irónico

A estos Estados Unidos regresa, desde Marte, Reuben Flagg, un vividor dispuesto a apurar la vida, un actor y cantante pop que ha sido expulsado de su exitosa serie de televisión para ser sustituido por un holograma (Anticipándose también a los actores y personajes digitales actuales) y que se enrola en la policía de Chicago. Un personaje, como casi todos los de Chaykin, de mandíbula cuadrada y aspecto apolíneo (inspirado en el actor Douglas Fairbanks).

Nada más llegar descubre que los programas de más éxito de la televisión están cargados de mensajes subliminales que incitan a delinquir (Adelantándose también a la llamada publicidad subliminal, tan de moda últimamente) Por cierto, que la televisión y los anuncios son un elemento fundamental de la narración al igual que luego lo serían en Dark Knight, de Frank Miller, a veces con composiciones de páginas muy parecidas. Entonces, con la ayuda de un gato parlante y sus innumerables novias Flagg se dedicará a combatir el crimen y a una policía corrupta.

Chaykin llena sus páginas de críticas a la sociedad, al poder establecido, a los mass media, siempre con gran sentido del humor. Y sin olvidar sus críticas directas a la administración Reagan del momento.

Pero cómo decíamos, lo que diferencia a American Flagg! de las otras dos grandes obras de la época, Watchmen y Dark Knight, es el sexo y el humor, o mejor dicho la ironía. Es cierto que hay pinceladas irónicas en Watchmen pero sin llegar a estos niveles. Esas dos obras se tomaban muy en serio tanto el medio como las historias que contaban, pero Chaykin se ríe de todo, incluído de sí mismo.

Un éxito efímero

Tras 27 números antológicos (los mejores están incluídos en este tomo de Norma) y que influyeron en casi todos los cómics de la época, Chaykin se cansó y dejó sus personajes en manos de otros autores (incluído un spin-off del mismísimo Alan Moore) pero la serie fue decayendo hasta ser cancelada en 1989, después de 50 números.

Mientras, Chaykin firmó otras grandes obras entre las que destaca Black Kiss (Norma) en la que, con su habitual ironía, arremete contra Hollywood y el mundo del cine, mezclando vampiros, sexo explícito e hiperviolencia, lo que provocó que la serie fuese vendida dentro de una bolsa de plástico negra.

Uno de los autores más osados de la historia del cómic, que ayudó a cambiar la industria, fue pionero en conseguir los derechos de autor y que, actualmente sobrevive dibujando personajes de Marvel como el Capitán América. Eso sí, con la misma elegancia y calidad de siempre.

Recomendamos encarecidamente la lectura de American Flagg!, que sigue siendo tan rompedora como hace 30 años.