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Grecia logra cerrar una quita de su deuda por unos 100.000 millones

  • El 95,7% de los acreedores de Grecia se compromete a aceptar la quita
  • Es imprescindible para evitar la quiebra de Atenas y para la confianza del euro
  • Está ligado al segundo rescate del país a cambio de soberanía y más recortes

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Grecia cierra la quita con el 95,7% de sus acreedores

Las autoridades griegas han confirmado que la gran mayoría de los acreedores privados del país, al menos el 83,5% aunque finalmente puede que más del 95%, participarán en la quita de la deuda, una operación histórica con la que el Estado heleno verá condonados unos 100.000 millones de euros y evitará su quiebra desordenada, aunque con un gran coste político, económico y social.

El Gobierno dijo que necesitaba la aceptación de al menos dos tercios de sus acreedores para realizar el canje de los bonos actuales por otros depreciados en más de la mitad de su valor. Durante el jueves, inversores y fuentes del Ejecutivo dieron por hecho que se había alcanzado esa cifra, aunque la confirmación oficial ha llegado este viernes justo antes de la apertura de los mercados europeos, como estaba previsto.

El acuerdo, seguramente el más complejo de la historia de las finanzas internacionales, se resume según los expertos del sector, en que todos pierden para no perderlo todo. Un acuerdo que es además fruto de meses de negociaciones a múltiples bandas y que la población griega rechaza mayoritariamente porque ha supuesto una pérdida de soberanía y va ligado a un nuevo rescate a cambio de más recortes que pueden agravar la crisis económica o sus consecuencias sociales.

'Perdonar' 100.000 millones

La reestructuración de la deuda prevé la condonación de algo más de 100.000 millones de euros a través de un canje de los bonos actuales por otros depreciados más de la mitad (concretamente, el 53,5% del valor nominal, aunque en la práctica suponen una pérdida aún mayor) y que ya no estarán sujetos al derecho griego, sino al de Reino Unido, principal plaza financiera de la UE y cuya normativa es más favorable para los inversores.

Los grandes bancos --representados en las negociaciones por el Instituto Internacional de Finanzas (IFF)-- fueron los primeros en aceptar esta oferta ante la que no se presentó otra alternativa que la quiebra de Grecia y porque además recibirián otros incentivos. No en vano, en paralelo y condicionado a este acuerdo, el Estado heleno recibirá un nuevo préstamo fundamentalmente por parte de la UE que alcanzará los 130.000 millones y que irá destinado solo a pagar la deuda y en gran parte para cubrir necesidades de la banca.

La deuda pública griega, en total asciende a más de 368.000 millones de euros, de los que 206.000 están en manos privadas, la mitad de los cuales se lograrán borrar con este acuerdo. Las entidades españolas tenían 383 millones, según los últimos datos públicos; aunque nadie sabía con certeza cuánto tiene cada acreedor. El objetivo final es reducir la deuda del actual 160% del producto interior bruto al 120% en 2020.

La participación voluntaria ha alcanzado el 83,5%, según las cifras oficiales, porcentaje que se eleva hasta el 85,8% en el caso de los bonos sujetos al derecho griego, y que se ha quedado en el 69% para los que ya estaban sujetos a otras legislaciones. La aceptación es superior al 75% necesario, pero inferior al 90% marcado como objetivo, por lo que se espera que el Gobierno heleno active las llamadas "cláusulas de acción colectiva" que obligarán a todos los inversores con bonos sujetos al derecho griego a aceptar el canje, lo que elevará la participación total a al menos el 95,7%.

Con todo, persisten algunas incógnitas por la opacidad en la que se negocian algunos productos financieros derivados de estos bonos, como los seguro de impagos (CDS, por sus siglas en inglés), que teóricamente podrían cobrarse si se activan esas cláusulas; lo que explicaría la resistencia de algunos inversores a aceptar el canje voluntario.

Próximos pasos: nuevo préstamo

Tras la confirmación oficial, los plazos siguen corriendo: a primera hora de la tarde está convocada una teleconferencia de los ministros de Finanzas de la eurozona para evaluar el resultado de la operación. Y el fin de semana se seguirá trabajando porque el canje será efectivo (en su mayor parte) el lunes, y ese día una reunión ya presencial del Eurogrupo debería desbloquear una primera parte del rescate para que Atenas disponga de los fondos necesarios para poder pagar el día 20 un vencimiento de deuda de 14.000 millones de euros, que en la situación actual no puede afrontar.

La concesión de nuevos tramos del préstamo estará sujeta al cumplimiento puntual de los objetivos marcados por los acreedores internacionales, la llamada troika que forman la UE, el BCE y el Fondo Monetario Internacional, y cuyas condiciones han sido históricamente (no solo en el caso griego) muy criticadas por su sesgo neoliberal. Además, para aprobar este segundo rescate, los prestamistas han reforzado sus controles sobre las cuentas de Atenas.

A cambio del préstamo, Grecia ha aprobado ya un nuevo recorte millonario de gasto (a sumar a los que ha efectuado desde el primer rescate de hace dos años) que supondrá otra rebaja de salarios de los funcionarios y el despido de 150.000 en cinco años, y además, la privatización de empresas y una gran desrregulación del mercado laboral que posibilitará una bajada generalizada de sueldos.

Desde 2010, el número de desempleados se ha duplicado hasta el 22%, los salarios se han reducido una cuarta parte y los precios han subido de media el 10%. Todo ello ha provocado el empobrecimiento de la población hasta el punto de que ha aparecido un fenómeno olvidado en la UE: la desnutrición infantil.

La aprobación de todos estos ajustes ha provocado grandes tensiones políticas y la formación de un gobierno de unidad dirigido por el exbanquero Lukás Papadimos, que se enfrenta a constantes manifestaciones y huelgas. El hartazgo de la sociedad también se ha hecho patente contra el acuerdo de la quita, prueba de lo cual es que cuatro fondos de pensiones griegos rechazaban el canje de sus bonos.