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Rusia acusa a Libia de entrenar en su territorio a rebeldes sirios

  • Según Rusia, los rebeldes se entrenan en Libia para atentar contra Damasco
  • Libia acusa a Rusia desu interés por evitar que la OTAN actué en Siria
  • Rusia y China han evitado ya en dos ocasiones una condena de la ONU

Ver también  Especial sobre las revueltas árabes

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El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, ha acusado este miércoles a las autoridades de Libia de permitir la existencia de un campamento en su territorio donde se entrenan a grupos rebeldes sirios que luego son enviados de vuelta a su país para perpetrar atentados contra las autoridades.

"Hemos recibido informaciones de que en Libia, con apoyo de las autoridades, existe un centro especial de entrenamiento para revolucionarios sirios", ha comentado Churkin en el Consejo de Seguridad, donde ha añadido que, desde esos campamentos, se mandan a rebeldes a Siria "para atacar al Gobierno legal".

El diplomático de Rusia ha asegurado que la existencia de ese campamento es "algo totalmente inaceptable bajo todas las leyes y menoscaba la estabilidad de toda la región", al tiempo que ha asegurado que Al Qaeda actúa también en estos momentos en Siria para acabar con el régimen de Bachar al Asad.

"Se debería garantizar que la exportación de la revolución no conlleva la exportación del terrorismo", ha afirmado Churkin en presencia del primer ministro libio, Abderrahim al Kib, en una sesión del Consejo de Seguridad en la que se ha analizado la situación en Libia cuando se está punto de cumplir un año de la resolución de la ONU para frenar al régimen de Muamar el Gadafi.

La ONU aprueba intervenir en Libia

Al Kib no ha respondido a las acusaciones del embajador ruso sobre los rebeldes sirios, pero sí ha arremetido contra Churkin después de que éste pidiera que "la OTAN reconozca que su intervención en Libia ha causado muertes entre civiles, pida disculpas y pague una compensación apropiada por ello".

Churkin ha apelado a la responsabilidad del Gobierno libio en ese sentido e incluso ha pedido a la ONU que elabore un comunicado conjunto con la OTAN para dar por finiquitado el asunto.

"Este asunto, que atañe a la sangre de los libios, no se debería usar como propaganda política", ha asegurado el primer ministro libio, quien ha insinuado además que la fijación de Moscú por investigar el asunto se debe a su interés por evitar que la comunidad internacional actúe en Siria.

Rusia es el aliado más poderoso que le queda a Damasco, que con su veto en el Consejo de Seguridad puede bloquear cualquier iniciativa contra El Assad. Además, Rusia teme que el guión de Libia se repita y que su visto bueno derive en una intervención militar de Occidente y sus aliados.

"Espero que la razón que tenga Rusia para sacar a relucir este asunto no sea impedir que la comunidad internacional interfiera en la situación de otros Estados donde la población está siendo masacrada y asesinada a manos de sus gobernantes", ha señalado Al Kib en referencia a la oposición de Rusia en el Consejo de Seguridad para aprobar una resolución contra Damasco.

La OTAN, amparada por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a la población civil de la represión, organizó a finales de marzo de 2011 una operación para imponer un bloqueo naval y una zona de exclusión aérea en Libia, que fue clave para que los rebeldes acabaran con el régimen de Gadafi.

En el marco de esa operación fallecieron algunos civiles, lo que Rusia ha usado desde entonces para criticar la resolución a la que Moscú no se opuso, y que ahora emplea para oponerse a una reacción del Consejo sobre la situación de violencia en Siria.

El asunto recibió la atención de la comisión de investigación de la ONU, que la pasada semana dictaminó que la Alianza Atlántica cumplió con la legalidad internacional e hizo todo lo que pudo para evitar bajas civiles durante el conflicto.

"La OTAN desarrolló una campaña muy precisa y demostró determinación para evitar bajas civiles", ha respondido la embajadora estadounidense, Susan Rice, a Churkin en el Consejo de Seguridad, donde los representantes de Francia y Alemania coincidieron en sus afirmaciones, mientras que China salió en defensa de Moscú.

Además de esta sesión del Consejo, Abderrahim al Kib ha participado en un panel sobre la transición en Libia en el Instituto Internacional por la Paz en Nueva York, donde ha reconocido que Siria atraviesa "una situación análoga" a la que vivía Libia hasta la entrada en acción de la comunidad internacional.

Al Kib ha dado su respaldo al Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal plataforma opositora del país, y ha lamentado que haya quién pone a Libia y su revolución como "el problema para que la revolución siria salga adelante".

"Definitivamente el objetivo (de la comunidad internacional) debe ser ayudar a la población siria a ganar su libertad, así que apoyamos cualquier forma en la que se decida hacerlo", ha aseverado el primer ministro libio.

Rusia y China han evitado ya en dos ocasiones una resolución de condena a Damasco, pero las potencias occidentales y los países árabes no se dan por rendidos y este miércoles continuaron las reuniones en la ONU para tratar de recabar apoyos a una nueva propuesta con sello de Estados Unidos.