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Ladrones submarinos roban la campana del Costa Concordia

  • Han sorteado sofisticados controles y la vigilancia de 24 horas del barco
  • La campana lleva grabado el nombre dela nave y está fechada en 2006

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Imágen de archivo de la campana sumergida del Costa Concordia
Imágen de archivo de la campana sumergida del Costa Concordia

Ladrones submarinos han conseguido sortear la gran cantidad de sistemas de seguridad con láser que controlan durante las 24 horas del día los movimientos milimétricos del naufragio del Costa Concordia y han conseguido robar la campana de la embarcación, pese a la vigilancia de la guardia costera italiana y la policía.

Fuentes judiciales han informado este jueves que los ladrones han conseguido robar la campana del barco, que naufragó frente a las costas de la isla de Giglio, en la costa Toscana, el pasado 13 de enero. Las mismas fuentes han informado que han abierto una investigación para esclarecer el suceso.

Los investigadores sospechan que en la operación han participado más de una persona. La campana lleva un grabado con el nombre de la embarcación y está fechada en 2006, año en el que fue bautizada la embarcación.

La virgen de la capilla, símbolo más importante

Las campanas de los barcos se utilizaban tradicionalmente para indicar intervalos de media hora en un reloj de cuatro horas.

"Sólo puedo imaginar que alguien se lo ha tomado como una especie de memento mórbido", ha manifestado a Reuters el alcalde de Giglio, Sergio Ortelli. "En mi opinión, falta la campana no tiene ninguna importancia. "Tenemos la estatua de la Virgen de la nave en nuestra iglesia, y para nosotros tiene un significado mucho más simbólico", ha añadido.

Los buzos recuperaron en enero esa estatua de yeso de la capilla de la nave y se le dieron al cura de la parroquia de Giglio.

El naufragio del Costa Concordia

El crucero Costa Concordia, que transportaba a más de 4.200 personas además de la tripulación, naufragó frente a las costas de Giglio, en la costa Toscana, el pasado 13 de enero y en el accidente murieron al menos 25 personas. Aún hoy, otras siete permanecen en paradero desconocido.

Los fiscales han acusado al capitán de la embarcación, Francesco Chettino, como responsable del accidente y ha sido detenido bajo los cargos de homicidio múltiple, naufragio y abandono del barco. El buque permanece frente a las costas italianas sumergido ocho metros bajo el agua.