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Ordenan juzgar a varios mandos policiales egipcios por la masacre del estadio de Port Said

  • Hay nueve oficiales acusados y 66 civiles
  • La Fiscalía los procesa por "facilitar" los asesinatos y otros delitos

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La Fiscalía egipcia ha ordenado este jueves juzgar a los máximos responsables de la policía de la ciudad norteña de Port Said, junto a otros 66 civiles, por su supuesta implicación en los disturbios tras un partido de fútbol en los que murieron 74 personas.

Una fuente de los servicios de seguridad ha informado a Efe de que hay nueve oficiales acusados, entre los que figuran el jefe de la Policía de Port Said, Esam Samak, el vicedirector, Mahmud Fathi, y el jefe de la Policía Judicial en esa ciudad, Mustafa al Razaz.

Todos esos funcionarios fueron destituidos poco tiempo después de los disturbios desencadenados junto al Ministerio de Interior egipcio en El Cairo, tras la tragedia en Port Said el 1 de febrero pasado.

Según un comunicado de la Fiscalía, los responsables policiales serán procesados por "facilitar" con su actuación los asesinatos y otros delitos cometidos durante los disturbios, como robos, sabotaje de bienes públicos y agresiones contra los seguidores del equipo cairota de Al Ahly.

La actuación policial

Las mismas fuentes han explicado que los policías permitieron que una parte del público introdujera al estadio armas blancas, explosivos y otros objetos que se utilizaron en las agresiones, y no reaccionaron para impedir el ataque de los hinchas de equipo local Al Masry a los del Ahly.

Los inculpados civiles, entre ellos dos menores de edad, afrontan cargos como asesinato con premeditación, tentativa de homicidio, hurto y agresión con arma blanca.

La fuente judicial ha apuntado que los acusados civiles supuestamente "planearon por adelantado asesinar a algunos miembros del público de Al Ahly para vengar y ajustar cuentas pendientes" y asistieron al estadio equipados con armas.

Mientras que los responsables policiales se negaron a dar órdenes para impedir el ataque, el encargado de la iluminación del estadio fue cómplice por supuestamente apagar las luces "para permitir que los acusados cometieran su crimen", ha indicado a Efe.

La tragedia, sucedida en un contexto de enfrentamientos entre Junta militar y los manifestantes, revivió las protestas contra el ejército. Muchos testigos y políticos apuntaron a las fuerzas policiales como responsables por su inactividad durante los enfrentamientos.

Los cinco días siguientes a la tragedia, miles de personas marcharon contra la policía, reavivándose los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes que dejaron un resultado de 16 muertos en El Cairo y Suez (norte).