¿Por qué nos reímos?
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Ya sea una risa discreta o una ataque de carcajadas imparable que nos hace saltar las lágrimas, la risa siempre nos hace sentir bien.
Cuando nos reímos ponemos en marcha hasta 400 músculos, aumenta nuestro ritmo cardiaco y generamos endorfinas, hormonas opiáceas que nos sirven de analgésico natural contra el dolor y la depresión.
¿Por qué nos reímos, qué es todo ese cúmulo de espasmos, sonidos y muecas? La risa es un comportamiento instintivo que no requiere aprendizaje.
Está regida por el sistema límbico, parte de nuestro cerebro que controla conductas relacionadas con las emociones, como el miedo, la huida o el llanto. En el vientre materno ya sonreímos y nacemos sabiendo reír.
“Cuando nos reímos ponemos en marcha hasta 400 músculos“
Los bebés empiezan a hacerlo en su plenitud a los tres meses. Expresa el bienestar, la comodidad y seguridad que siente con su cuidador.
Entre los adultos tiene una amplia variedad de funciones, pero siempre referidas a la comunicación entre miembros de un grupo.
“Para reír la condición esencial no es el chiste sino que haya otra persona”, explica a RTVE.es el neuropsicólogo estadounidense especializado en el estudio de la risa Robert R. Provine, de la Universidad de Maryland.
Por eso, cuando nos hacemos cosquillas a nosotros mismos, no nos reímos. Él ha comprobado que la risa es 30 veces menos frecuente en soledad que en situaciones sociales.
La risa sirve para transmitir emociones positivas, aporta vigor a una situación y la enfatiza, disminuye la tensión en un grupo y ayuda a cohesionarlo.
Con ella mostramos aprobación, coqueteamos, comunicamos a otro individuo que no somos peligrosos y a veces reímos de puro nerviosismo.
No somos los únicos que reímos
Otros primates se ríen e incluso las ratas tienen una especie de risa primitiva parecida a gorjeos que emiten cuando están jugando entre ellas. La risa de los chimpancés y los orangutanes es más parecida a la nuestra, pero aún así distinta.
“La risa es literalmente el sonido ritualizado de la respiración agitada que se produce cuando jugamos”, explica Provine.
“Humor y risa no son lo mismo; 'pillar un chiste' no implica reírse“
La risa humana es parecida al habla. Según explica Provine “la hacemos cortando la exhalación. Los chimpancés no pueden controlar la respiración como nosotros, no pueden vocalizar”.
Por otra parte, “humor y risa no son lo mismo. Humor es el nombre que le hemos puesto a una forma de juego menos física y más lingüística y cognitiva”, puntualiza.
De esta forma, ‘pillar un chiste’ no implica reírse. Aunque generalmente una cosa desemboca en la otra. Nuestro cerebro puede reírse sin que nuestro cuerpo lo exprese.