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El juez descarta que los homicidios de los enfermeros uruguayos fueran "piadosos"

  • Se muestran incapaces de indicar cuánto tiempo han cometido homicidios
  • Andrea F. Acosta, colega de ambos, procesada "por complicidad"

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El juez uruguayo Rolando Vomero descartó en el auto de procesamiento de los dos enfermeros acusados de asesinar a quince pacientes de dos hospitales de Montevideo que los homicidios que cometieron fueran "piadosos", como señalaron ambos en sus declaraciones.

"La prueba incorporada no permite considerar que estemos ante homicidios piadosos como manifestaron los defensores" de uno de los acusados, afirma el documento difundido este jueves por la Justicia uruguaya, que incluye también los nombres de las víctimas y rebaja de 16 a 15 el número de víctimas.

En la novena página de las doce que componen el documento el magistrado recordó que según el artículo 37 del Código Penal "los jueces tienen la facultad de exonerar de castigo al sujeto de antecedentes honorables, autor de un homicidio, efectuado por móviles de piedad, mediante súplicas reiteradas de la víctima".

"Sin entrar al estudio de la misma, lo que corresponde a otra etapa del proceso, basta decir que no existe en autos ninguna prueba que dé cuenta de las continuas súplicas de la víctima. Y por el momento eso sólo basta para no tenerla en cuenta", detalla el texto.

De la lectura del auto de procesamiento se desprenden también que ambos enfermeros fueron incapaces de indicar con exactitud cuánto tiempo llevaban quitándoles la vida a los pacientes.

"El tiempo no se lo puedo precisar. Tal vez un año o un año y medio", indicó Pereira, de 39 años, al que se le atribuyen cinco muertes en el Hospital Maciel, de titularidad pública.

A la pregunta de cuánto tiempo llevaba Acevedo, de 46 años, señaló: "Es imposible de contestar, porque no es una cosa para llevar la cuenta, lo hacía para, es contradictorio lo que voy a decir, pero lo hacía por humanidad".

"No puedo precisarlo, pero un par de años puede ser", agregó cuando le insistieron.

El documento confirma también distintos detalles que ya habían sido anticipados por distintas fuentes del proceso, como que Pereira usó morfina para matar a sus víctimas y Acevedo les inyectó aire en la vena con el mismo fin.

Una de las novedades es que la tercera persona detenida, Andrea Fabiana Acosta, colega de ambos, ha sido procesada finalmente "por complicidad", un delito que es más grave que la figura de encubrimiento que se le había asignado inicialmente.

Vomero ordena también que se practique a los encausados pericias sicológicas, como había solicitado la abogada defensora de Acevedo, Inés Massiotti, después de que la pericia siquiátrica demostrara que ambos estaban plenamente conscientes de sus actos.

Con esa prueba Massiotti espera demostrar que la historia personal de su cliente, que fue criado con su abuela porque sus padres lo rechazaron y fue violado por un pariente en la adolescencia, pudo tener un efecto en su conducta y así atenuar la pena de su cliente.

Pereira está al parecer casado y tiene hijos, aunque se conocen pocos detalles sobre su vida personal.