El teatro que nos hacen
- Analizamos el estado del teatro en tiempo de crisis para el dramaturgo
- El teatro se adapta con nuevas fórmulas que conviven con lo tradicional
- Celebramos el Día Mundial del Teatro En la nube de Radio 3
En la nube de Radio 3 entrevista a la actriz Katarina de Azcárate, la directora Irina Kouberskaya y a José Sanchís Sinisterra, uno de los dramaturgos españoles contemporáneos fundamentales.
Provenía de tierras lejanas; todos se sentaron alrededor de él y comenzó a contar su historia. Se introdujo un elemento escénico por aquí, se modificó algo el discurso por allá y apareció el hecho teatral, que hoy, aquí –y ese ‘aquí’ engloba a la sociedad europea-, se adapta al ahora por medio de nuevas fórmulas que conviven con proyectos tradicionales y el necesario teatro de proximidad que otorga solidez al tejido teatral.
Que compañías como Meridional, L’Om Imprebís, Ur Teatro e Yllana sumen más de dos décadas de entrega y sigan en activo otorga cierta tranquilidad al espectador, a pesar de que tengan que hacer encaje de bolillos a la hora de programar giras. Pero lo que en realidad les confiere cierto halo de ejemplaridad es el compromiso de sus responsables, levantando el telón con propuestas sobre la economía más salvaje contada con humor sin palabras en Brokers o el hastío existencial, léase ‘qué bien lo dejó escrito Antón Chéjov hace un siglo’.
No es casual que el dramaturgo ruso regrese a las tablas en tiempos de crisis –crisis global y del individuo-, a las de un teatro convencional aunque de una forma nada típica, en el caso del Tío Vania de Santiago Sánchez y los suyos, o a las dependencias de un nuevo espacio madrileño, La casa de la portera, por donde seguimos a Iván-off. El mensaje, nunca secundario, adquiere protagonismo y en torno a la palabra, creadores como Carmen Machi y Miguel del Arco devuelven la voz a personajes vilipendiados como Helena de Troya.
“El mensaje, nunca secundario, adquiere protagonismo“
El montaje de Kamikaze Producciones recorre España, de la misma forma que lo hizo La violación de Lucrecia, con Nuria Espert, dos piezas que reivindican que, en teatro y en la vida, menos es más. Virtud que otros como Adolfo Fernández y Cristina Elso (K Producciones) y Diego Lorca y Pako Merino (Titzina Teatre) ponen en práctica en montajes como Cantando bajo las balas y Exitus, que atesoran funciones años después de su estreno.
Que la unión –de mentes inquietas- hace la fuerza lo llevan por bandera Del Arco y su mano derecha, Aitor Tejada, en Veraneantes y La función por hacer, un Pirandello versión Kamikaze que no sólo no acaba sus representaciones, sino que recalará en Italia.
Voces diversas para que la realidad se haga teatro
Pablo Messiez (Los ojos), Guillem Clua (La piel en llamas), Carlota Ferrer y José Manuel Mora (Los cuerpos perdidos), Cinta López y José Melchor (O.G.T. Odio General de Trabajadores)… Voces diversas que contribuyen a que la realidad se represente a escala teatral. Ésta que nos ha tocado vivir tiene que entrar sin que lo importante, el detalle, quede fuera de las dimensiones del escenario. Por los agujeros de los bolsillos no se escapa la imaginación de La Zaranda, Teatro Inestable de Andalucía la Baja.
También agudizan el ingenio otros de ‘Andalucía la Alta’, como Laví e Bel, Teatro del Temple, de Zaragoza al mundo, y los canarios de 2RC Teatro, compañía que abre el ojo al clásico después de hablarnos de Los mares habitados.
En tiempos en los que, más que nunca, la creación responsable atrapa nuestra atención, las historias que cobran vida en salas pequeñas e incluso en vestíbulos de recintos históricos, con el empujoncito del público, llegan a espacios donde obtienen mayor visibilidad.
Es el caso de Contraacciones, con Pilar Massa y Goizalde Nuñez y La gaviota, versión Rubén Ochandiano, que del recibidor del Teatro Lara han saltado a escenarios mayores con posibilidad de atraer más miradas.
“las historias que cobran vida en salas pequeñas han saltado a escenarios mayores“
Es cosa de dos
En salón de casa del actor y director Sergio Peris-Mencheta surgió Incrementum, una filosofía con la que comulgan actrices como María Isasi y Marta Aledo y que, tras cobrar vida hace un año en la madrileña Kubik Fabrik, ha ido alcanzando metas. Un proyecto desarrollado en torno a la idea de elenco que también inspira a Egos Teatre (El crimen de Lord Arthur Savile), La fila de al lado (El chico de la última fila), Tenemos gato (La naranja completa), Caramala (Caramelo), etc...
Otro ejemplo de fuerza viva es Baraka Teatro. Montajes como Sueño Lorca o el sueño de las manzanas y Miguel Hernández: labrador del viento beben de esa creación colectiva canalizada por su ideóloga originaria y dramaturga de cabecera, María Caudevilla. La compañía ha condensado en No somos ángeles el torrente de virtudes que sustentan el teatro de autor contemporáneo: esperanza, constancia, talento, compromiso y respeto al público, el que da la réplica, porque esto, como mínimo, es cosa de dos.
…Y se marchó sabiendo que otros detendrían sus quehaceres para soñar con su historia.