El 'big bang' del astroturismo en Canarias
- Antonio González es autónomo y trabaja como guía starlight en La Palma
- 25 empresas turísticas de La Palma ofrecen astroturismo
El cielo de la isla canaria de La Palma es la escuela de Antonio González, donde ha aprendido a leer las estrellas desde que era un niño y allí es donde muestra cómo es la observación astronómica a los turistas y a otros aficionados para que también se conviertan en guías starlight.
Antonio ha hecho de su mayor pasión su forma de vida. Llevaba 13 años trabajando como consignatario de buque en el muelle, un trabajo estable "con sueldo fijo todos los meses", que abandonó para seguir aquello que más le hacía disfrutar, aunque eso sí, la estabilidad le permitió formar una familia junto a su mujer con la que tiene dos hijos.
Su primer paso en el mundo empresarial fue en 2009 cuando junto a un socio fundó Astrotour, una empresa dedicada al astroturismo, que ahora acaba de dejar para seguir su actividad como autónomo. Este empresario reconoce que entonces tuvo un "pequeño bache de desánimo" y que sin el apoyo de su familia "habría acabado hasta con su vida", porque, señala "fue un salto muy grande".
"Por motivos personales en mi camino tuve la necesidad de tomar otros derroteros en los que mi primer pensamiento fue abandonar el viaje, pero con el apoyo de instituciones y de mi familia volví a animarme y empezar una vida donde trabajo con otras empresas", explica.
El eclosión del astroturismo en Canarias
Casi acaba de estrenarse como autónomo y su trabajo ahora es "moverse", visitando a futuros clientes, alojamientos, "sacando fotos nocturnas", para comprobar la calidad del cielo. "Para vender el cielo tengo que mostrarlo, no es trabajo puro y duro de oficina", señala Antonio.
Todavía recuerda que en el colegio le tomaban "por un friki" porque se marchaba en el recreo para hacer un seguimiento de las manchas solares con un rudimentario sistema: la proyección del sol sobre un papel, donde dibujaba las manchas con un lápiz.
“Más peligroso y más solitario“
Su mejor aliada cada noche es una cámara fotográfica que le ha costado 3.300 euros, con la que puede hacer fotografías nocturnas. Este emprendedor valora ahora el ser autónomo porque le da "más libertad" y le brinda la posibilidad de trabajar con más empresas", aunque al mismo tiempo es "más peligroso y más solitario", reconoce.
El nacimiento de su anterior empresa, Astrotour, era "una necesidad", según Antonio, porque el Gobierno de Canarias, el Cabildo de La Palma y asociaciones dedicadas al desarrollo rural como Ader La Palma, entre otras, querían impulsar el astroturismo y "han apoyado a autónomos y empresas para que adapten sus alojamientos establecimientos con la temática de la astronomía.
Ahora desarrolla su actividad por cuenta propia trabajando como guía starlight en los proyectos instituciones públicas y empresas privadas, que le conocen desde 1987 al haber participado en charlas de divulgación astronómica, talleres didácticos en los colegios y observaciones astronómicas.
Hasta ahora 25 empresas se han comprometido a adaptar sus instalaciones a esta oferta turística. Además, el Cabildo de la Palma ha promovido la instalación de cinco miradores astronómicos en la isla.
Otra empresa especializada en servicios culturales, Nuevo Rumbo Historia Viva, también ha apostado por un planetario portátil, hinchable, "que se va a mover por los hoteles" y ha adquirido un telescopio. Antonio está ahora formando a los monitores que van a ponerlo en funcionamiento.
"Vivencias grandes"
"No tenía horario ni antes ni ahora", asegura Antonio sobre su trabajo, porque, explica, "la competencia es dura, están apareciendo competidores y cada minuto hay que pensar en lo que tienes que preparar y mejorar".
Los nuevos empresarios "estan entrando tarde", para lo que creía este empresario, pero ahora "se están dando cuenta y están entrando", una circunstancia que obliga a "intentar, si no ser el mejor, por lo menos estar entre los mejores", añade.
Sin embargo, la apuesta por el astroturismo no se limita a la observación del cielo. Muchos restaurantes han dado a sus menús el nombre de constelaciones y de otros objetos estelares. "Si además del cielo enseñas parte del patrimonio, enseñas a la gente a escuchar los sonidos de la noche, no es lo mismo que una simple observación", asegura Antonio.
Al final, una de las experiencias más gratificantes para este emprendedor es ver las expresiones de asombro de las personas que asisten a una observación astronómica y ven por primera vez los anillos de Saturno y las lunas de Júpiter. Algunos "gritan" que esta actividad debería anunciarse más, y otros,sobre todo los más mayores le han llegado a dar las gracias por enseñarle algo "tan increíble, porque quizá es lo último que vea".
El hecho de contemplar la luna, un objeto "tan insignificante para nosotros" puede suponer "vivencias grandes" para muchas personas.