Human Rights Watch denuncia que 400 afganas están encarceladas por "crimenes morales"
- Sus "delitos" son huir de casa, ser violadas o prostituidas
- Los jueces las condenan con "confesiones" sin abogado
Cerca de 400 mujeres están encarceladas por "crímenes morales" en Afganistán, según ha denunciado este miércoles la ONG Human Rights Watch (HRW), que ha pedido a la comunidad internacional que presione al Gobierno afgano para que libere a estas "víctimas".
Según un informe de la organización, casi todas las chicas detenidas en centros juveniles y la mitad de las mujeres en prisiones de adultas cumplen condena por haber abandonado hogares en las que eran maltratadas, o por haber sido violadas o prostituidas. "Estas mujeres son víctimas y no criminales", dice el informe de HRW, que afirma que las acusadas de "crímenes morales" se enfrentan a un sistema judicial contrario a ellas en todas fases y "que permite a los criminales de verdad salir impunes".
"La policía las arresta con solo una denuncia del marido o un familiar, los fiscales hacen caso omiso a las evidencias de su inocencia y los jueces las condenan solo con 'confesiones' hechas sin abogado y firmadas por mujeres analfabetas", se puede leer en el texto.
HRW reconoce los avances en la situación de las mujeres afganas desde la caída del régimen talibán hace una década, como la ley de 2009 que castiga la violencia doméstica, pero denuncia que el sistema sigue actuando en contra de las afganas.
Para elaborar su informe, titulado "Tuve que huir: Mujeres y chicas encarceladas por 'crímenes morales'", la organización entrevistó a 58 mujeres que acudieron a la Policía para denunciar matrimonios infantiles, palizas, apuñalamientos y quemaduras.
HRW recalca que huir del hogar no es un delito en sí mismo para la ley afgana, pero que la Corte Suprema de Afganistán "ha dado instrucciones a los jueces de que las chicas y mujeres que huyen sean tratadas como criminales".
En cuanto al delito de adulterio, del que son acusadas muchas mujeres tras ser forzadas sexualmente, este puede llegar a ser penado con hasta 15 años de cárcel. En Afganistán también siguen siendo muy habituales casos como el de la adolescente de 15 años Sahar Gul, a quien la policía liberó hace tres meses tras permanecer medio año encerrada en un sótano del domicilio de su familia política en el norte del país.