Las potentes llamaradas solares de la mancha 1429 vuelven a apuntar a la Tierra
- Es la misma región que causó varias tormentas solares a principios de marzo
- Su actividad se ha intensificado este jueves y está orientada a la Tierra
- Los expertos están sorprendidos por el "regreso de su actividad"
La mancha solar 1429, causante de las intensas tormentas solares que se produjeron a principios de este mes, ha reaparecido este jueves en la cara del Sol que está orientada a la Tierra, según ha informado el Observatorio del Clima Espacial.
Los expertos han explicado que "no es habitual que una región activa que ha sido el origen de tanta y tan alta actividad solar sea capaz de mantener buena parte de su integridad y capacidad efectiva tras toda su rotación por la cara lejana del Sol", por lo que su 'regreso' ha sido una sorpresa.
Ante esta situación, la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) ha alertado sobre la posibilidad de que se produzcan nuevas y poderosas llamaradas, que podrían llegar a la categoría M (la segunda más fuerte) a partir de hoy.
Sin embargo, han reconocido que "esta nueva vuelta de la mancha solar 1429 tiene que ser, por fuerza, de menor entidad de la experimentada anteriormente" y han señalado que "entra dentro de los parámetros normales del actual ciclo solar".
“El regreso de la mancha solar 1429 tiene que ser, por fuerza, de menor entidad“
Esta región solar ha llegado a tener, en su máximo desarrollo, un tamaño siete veces superior al de la Tierra. Su potencia ha provocado que fuera la responsable de la intensas eurpciones solares a comienzos de marzo.
En total se produjeron cinco llamaradas solares encuadradas en la categoría de mayor intensidad y más de una docena de potentes llamaradas de clase M. Entre estas erupciones destaca la X5.6, la segunda mayor que se ha producido durante el actual ciclo solar.
El pasado martes, la región 1429 sorprendió a los científicos con otra inmensa llamarada solar lanzada desde el otro lado del Sol, que llevó asociada una fuerte eyección de masa coronal en sentido contrario a la Tierra, pero que llegó a preocupar a los astrónomos por sus posibles efectos sobre la sonda espacial Stereo B de la NASA.