El Eurogrupo aprobará el fondo de rescate con España en el punto de mira
- De Guindos explicará a sus colegas los recortes que recogen los presupuestos
- La huelga general es vista como un foco de tensión que preocupa a la zona euro
- La potencia real de fuego de los fondos será de unos 700.000 millones de euros
Ver también: Especial Crisis de la deuda
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Como un acróbata al límite de caer al siguiente paso sobre el alambre. Así, cual funambulista, el ministro de Economía, Luis de Guindos, afronta este viernes un Eurogrupo crucial en Copenhague, tan solo un día después de que la huelga general contra la Reforma Laboral cope los periódicos internacionales y horas antes de que el Consejo de Ministros apruebe los presupuestos "más austeros" de la historia de la democracia española.
De Guindos tendrá que hacer auténticos malabares para tratar de disipar la incertidumbre creciente sobre la economía española. Por un lado, debe convencer a sus socios europeos de que los escasos resultados del Partido Popular en las elecciones del 25M y las masivas manifestaciones de este jueves contra los recortes no mermarán el compromiso del Gobierno con el ajuste, al tiempo que explica partida por partida los Presupuestos Generales de 2012, los mismos que Bruselas lleva más de un mes esperando.
“España va a dejar de ser un problema para los españoles y para la UE“
"Es un presupuesto que va a convencer. Estoy absolutamente seguro", ha asegurado el ministro español de Economía a su llegada a la reunión informal del Eurogrupo ."España va a dejar de ser un problema especialmente para los españoles y también para la propia Unión", ha añadido.
El ajuste reflejará una consolidación fiscal del 8,5% del PIB al 5,3% comprometido con la Comisión Europea. A los recortes de 15.000 millones euros ya aplicados, el Gobierno aprobará un nuevo tijeretazo de al menos 20.000 millones que, según los expertos, podrían estrangular la economía española, del mismo modo que el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, hizo con el ministro De Guindos en aquella imagen metafórica del último Eurogrupo.
Dudas y presión sobre España
La nueva receta de austeridad llega con la tasa de desempleo en un 23% y la economía sumida en la recesión, además del mercado inmobiliario en caída libre y la deuda de los bancos en el punto de mira.
De hecho, esta semana tanto la CE como el Gobierno se vieron obligados a desmentir una información que señalaba que España iba a pedir ayuda al fondo de rescate para sanear la banca. "Es completamente infundado y no es cierto", salía lal paso el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, mientras que De Guindos puntualizaba que los 52.000 millones de euros de saneamiento adicional exigidos a la banca para cubrir su riesgo inmobiliario es suficiente.
Sin embargo, las dudas disparaban la prima de riesgo española hasta los 350 puntos básicos, 20 por encima de los bonos italianos, y hundían la Bolsa. Este foco de tensión se sumaba a una semana de polémicas declaraciones que no han hecho sino colocar a España en la cuerda floja. El propio Olli Rehn reconoció el fin de semana que la situación de la economía española es "frágil" al tiempo que pedía al Gobierno más austeridad. Por su parte, el primer ministro italiano, Mario Monti, reconocía la "preocupación" de la eurozona por las cuentas públicas de nuestro país, aunque luego matizara ante Mariano Rajoy sus palabras.
"Cortafuegos" para frenar el contagio
Esa tensión sobre España podría influir en la aprobación de una mayor ampliación de los "cortafuegos" europeos. Según un borrador del acuerdo al que ha tenido acceso la agencia Reuters, la zona euro podría elevar el poder combinado de sus dos fondos de rescate hasta 940.000 millones de euros desde sus 500.000 millones actuales.
El Mecanismo Europeo de Estabilidad, que entrará en vigor en julio, aumentaría su dotación a 700.000 millones y el temporal Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) matendría una capacidad de 440.000 millones de euros, de los cuales 200.000 millones de euros ya están destinados a financiar a Grecia, Irlanda y Portugal. Los 240.000 millones restantes estarían solo disponible en caso de emergencia y serían una reserva que expiraría a medidados de 2013.
Por tanto, la potencia de fuego real sería de unos 740.000 millones, una cifra muy alejada del billón de euros que reclamó este martes el secretario general de la OCDE, Angel Gurría, como instrumento disuasorio de los ataques de los mercados a España e Italia y freno al contagio de la crisis de deuda soberana. Con esta fórmula la reticente Alemania cede solo en parte a las exigencias de sus socios europeos y de los países del G-20. Aumenta la dotación de los "cortafuegos" pero blinda la reserva a circunstancias excepcionales.