Colombia ultima la liberación de los últimos 10 rehenes militares en poder de las FARC
- La misión humanitaria recogerá este lunes al primer grupo de los 10 rehenes
- Sus familiares velan en una iglesia para pedir que regresen sin contratiempos
Los helicópteros y la misión humanitaria que recogerán este lunes al primer grupo de los 10 rehenes que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) prometieron liberar han llegado, procedentes de Brasil, a la ciudad colombiana de Villavicencio, donde ultiman esta delicada operación.
Las aeronaves tienen previsto salir a primera hora del lunes hacia algún lugar de la selva, cuyas coordenadas serán desveladas durante el vuelo, para recoger a los policías y militares que integran el último grupo de rehenes en poder de esa guerrilla y el más antiguo, con más de 13 años de cautiverio.
Desde las 18.00 hora local del domingo (01.00 hora peninsular española de este lunes) y hasta las 06.00 del 3 de abril (13.00 hora peninsular española), se han suspendido las operaciones militares en la zona de la entrega para la primera fase de las liberaciones.
Con este proceso de liberaciones se pondrá fin en Colombia al secuestro con fines políticos, pues las FARC anunciaron en febrero pasado su decisión de no volver a hacer uso de este delito de lesa humanidad como arma de guerra y financiación.
La portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), María Cristina Rivera, ha explicado que sus delegados ultiman también los detalles, lo mismo que la organización Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), que lidera la exsenadora Piedad Córdoba.
Todos ellos han llegado este domingo con las aeronaves desde Sao Gabriel da Cachoeira, donde el sábado se aseguraron que los helicópteros tuvieran visibles los emblemas de la Cruz Roja.
Rivera ha revelado que el CICR ha visitado a cada una de las familias para recolectar fotos recientes que los delegados de la misión mostrarán a los uniformados una vez que hayan sido entregados por la guerrilla y estén en el helicóptero de camino a Villavicencio.
Una vez sean liberados, los uniformados se encontrarán con sus familiares y con un grupo de mujeres internacionales lideradas por la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz en 1992 y premio Príncipe de Asturias en 1998, testigos de excepción.
"Nuestra delegación es una delegación de distinguidas personalidades, personas que han luchado durante muchísimos años, que hemos vivido en carne propia los conflictos internos y venimos aquí a acompañar" el proceso, ha dicho Menchú en Bogotá, antes de viajar a Villavicencio.
Junto con Menchú están Margarita Zapata, nieta del revolucionario mexicano Emiliano Zapata; y Xiomara Castro, esposa del expresidente hondureño Manuel Zelaya, entre otras.
"Tensión" y "alegría" entre los familiares
Los secuestrados, entre 1998 y 1999, que serán liberados a partir de este lunes son los militares Luis Alfonso Beltrán Franco, Luis Arturo Arcia, Robinson Salcedo Guarín y Luis Alfredo Moreno Chagüeza, además de los policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas Medina.
Sus familiares se reúnen ya en Villavicencio --capital del céntrico departamento del Meta-- donde se han congregado en la catedral de Nuestra Señora del Carmen para pedir que sus seres queridos regresen sin contratiempos. Todos consumen con "tensión y alegría" las horas previas a las liberaciones.
Jennifer Duarte, hija del intendente de la Policía Nacional Carlos José Duarte, secuestrado por las FARC en julio de 1999 durante la toma por la guerrilla del poblado de Puerto Rico, ha explicado que ella y su hermano harán una carrera cuando su padre baje del helicóptero "para ver quien llega primero a abrazarle".
“Es esperar a un padre que no conozco“
Su hermano, que solo tenía nueve meses cuando Carlos José Duarte fue secuestrado, ha reconocido que existe dentro de él "un sentimiento que no creo que conozcan muchos, porque es esperar a un padre que no conozco".
Durante estos 12 años y medio de cautiverio la familia ha crecido y Jennifer dio a luz a Ana María, que, con tres años, aguarda con ilusión y mucha expectación la llegada del abuelo.