El plagio se paga caro en la política europea
- La dimisión del presidente de Hungría por copiar su tesis es el último caso
- El 'plagiador' más sonado fue el ministro alemán de Defensa hace un año
- Una vicepresidenta del Parlamento Europeo y una política francesa le siguieron
La dimisión del presidente húngaro, Pal Schmitt, por haber plagiado su tesis doctoral sobre la historia de los Juegos Olímpicos, es el último de una serie de casos similares que se han producido recientemente en la política europea.
El más sonado fue el del exministro de Defensa alemán, Karl-Theodor zu Guttenberg, el más popular de los ministros de Ángela Merkel que incluso se postulaba como su sucesor, que tuvo que dejar el cargo el 1 de marzo de 2011 tras dos semanas de duras acusaciones por plagiar su tesis doctoral.
"Siempre estoy dispuesto a combatir pero he llegado al límite de mis fuerzas", declaraba ante la prensa la hasta entonces estrella rutilante de los democristianos alemanes, un aristócrata de 40 años cuyo doctorado en Derecho en 2007 terminó (por ahora) con su carrera política.
Así, Guttenberg dejó su escaño y la Universidad de Bayreuth le retiró el título mientras que más de 50.000 universitarios que consideraron que habían sido defraudados enviaron una carta de queja a Ángela Merkel.
Tras la noticia del plagio del denominado entonces "barón de copia y pega" o "barón von Googleberg", los internautas se lanzaron a una búsqueda del plagio y dos meses después encontraron un nuevo ejemplo: la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Silvana Koch-Mehrin, de 41 años, considerada también una figura emergente dentro de su partido, esta vez los liberales alemanes.
Acusada de plagiar su doctorado en Historia Económica obtenido por la Universidad de Heidelberg en el año 2000, la eurodiputada renunció el 11 de mayo de 2011 a todas sus responsabilidades políticas. Un mes después, la universidad anunciaba que le retiraba el título de doctor.
Por último, el pasado mes de noviembre la ex secretaria de Estado francesa, Rama Yade, fue acusada de copiar pasajes enteros de su libro, Alegato por una educación pública, de artículos de prensa o tribunas de opinión.
Yade, de 35 años, reconoció que había sido autorizada a "citar libremente" a sus autores, debido a que la bibliografía de su libro era "particularmente larga".
Sin embargo, se vió obligada a presentar sus disculpas al profesor de Filosofía Jean-Michel Muglioni por citar palabras suyas sin comillas, algo que achacó a una "confusión".