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Un libro asegura que el expresidente Mitterrand vió su "calvario acortado" con una inyección

  • La publicación insinua que se le habría aplicado la eutanasia
  • Una persona habría suministrado una inyección letal
  • La familia de Chirac habría presionado para ocultar su infarto cerebral

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El expresidente francés François Mitterrand, que sufrió un cáncer de próstata durante catorce años, vio su "calvario acortado" en enero de 1996 por una "inyección por vía intravenosa", según ha adelantado un libro sobre la salud de los presidentes franceses en el que no se menciona la palabra eutanasia.

"El último tabú. Revelaciones sobre la salud de los presidentes", escrito por los periodistas Denis Demonpio y Laurent Leger, se hace eco de las palabras de Gilbert Mitterrand, hijo del expresidente socialista, que sufría la enfermedad desde 1981, que subraya que "solo una persona sabe lo que pasó, pero no dirá nada".

"Ella nos contó que todo transcurrió en paz", asegura Mitterrand en la publicación, donde se detalla que esa persona avisó por teléfono de lo ocurrido al médico personal del polítco francés.

Mitterrand, único presidente socialista de la quinta república francesa, murió el 8 de enero de 1996 como consecuencia del cáncer.

Dos días después de su muerte su médico personal reveló que la enfermedad de Mitterrand comenzó en 1981, cuando accedió al Elíseo, y que el presidente le obligó desde entonces a falsificar sus informes médicos.

Los autores del libro revelan también que el ex primer ministro Edouard Balladur fue tratado de un cáncer de intestino tras dejar el cargo en 1995 y convertirse en diputado de a pie.

"Dado que era ya un simple diputado, no interesaba a nadie", ha confiado Balladur a los dos periodistas.

Sobre el presidente actual, Nicolás Sarkozy, los periodistas aseguran que el candidato a la reelección consume comprimidos cuya comercialización no está autorizada, algo imprescindible para su prescripción médica, aunque no han precisado de qué medicamento se trata.

El libro también aborda el infarto cerebral que sufrió el expresidente Chirac el 2 de septiembre de 2005, del que su mujer Bernardette y su hija Claude dijeron a los médicos que "se guardase en silencio".