Los 'centuriones' de Roma se enfrentan con la Policía en el Coliseo por sus derechos laborales
- Quieren que el ayuntamiento los legalice y les permita trabajar
- Una ordenanza municipal prohíbe su actividad ante los monumentos
- Se ganan la vida posando con los turistas, que a veces denuncian abusos
Medio centenar de 'centuriones', los figurantes -muchos de ellos desempleados- que reciben dinero por posar con los turistas ante los monumentos de Roma, se han manifestado este jueves ante el Coliseo romano para pedir al ayuntamiento que les permita trabajar legalmente.
Los figurantes han pedido "garantias por escrito" de Roma, ha explicado su portavoz, David Sonnino, mientras que el Ministerio de Cultura les ha pedido que se alejen del monumento en aras del decoro.
Ante una multitud de curiosos atraidos por el espectáculo de unos centuriones protestando por sus derechos ante el Coliseo, la Policía ha obligado a bajar a un grupo de ellos que se habían colocado en el primer escalón del anfitreatro.
Posteriormente se han producido enfrentamientos entre los 'centuriones' y la Policía municipal que se han extendido hasta el interior del monumento.
Bando municipal
Los "centuriones" se quejan de que ya no pueden posar con los turistas en virtud de un mando municipal emitido el pasado 4 de abril para hacer respetar la ley regional de 2002 que prohíbe el comercio ambulante en las proximidades de los monumentos históricos.
Ahora se arriesgan a ser perseguidos penalmente si aparecen disfrazados de centuriones romanos en lugares como el Coliseo o el Panteón.
La presencia algunas veces agresivas de estos hombres fornidos con túnica roja, con sus espadas y cascos, a las puertas de los monumentos más famosos de Roma han provocado de manera frecuente las protestas de los turistas, que les reprochan de pedir precios abusivos (hasta cien euros) por una simple foto.
De hecho, varios de ellos fueron arrestados el pasado año en una operación policial.
Vestido como ellos, los policías quisieron coger 'in fraganti' a los centuriones cometiendo el delito pero finalmente fueron atacados por ser recién llegados y meterse en su territorio.
Las familias de los "malavita" (la pequeña delincuencia romana ) tienen el control de la contratación de estos hombres, a menudo desempleados de barrios deprimidos de la ciudad.
Un truco utilizado por los "centuriones" es pedir prestada la cámara a un turista y negarse a devolvérsela si no les pagan una suma considerable.
"El ayuntamientos nos acusa de degradar los monumentos históricos, pero esto no es cierto: Estamos en armonía con el monumento. La gente está contenta por posar con nosotros, lo hace porque quiere", ha defendido David Sonnino, que niega que quieran seguir trabajando en negro.
"Queremos reglas, queremos pagar impuestos", ha declarado el portavoz, que ha pedido que les dejen tener una tarjeta que les identifique expedida por el consistorio.