La ausencia de Cuba y el debate sobre las drogas marcan la Cumbre de las Américas
- La cumbre de Colombia parte con una agenda de temas genéricos
- El presidente colombiano espera que sea la última reunión sin Cuba
- Centroamérica pone la legalización de las drogas sobre la mesa
- Argentina incluye las Malvinas en la agenda pese a la reticencia de EE.UU.
- Obama acude a la cumbre para volver a cautivar al voto latino
“Conectando las Américas: socios para la prosperidad”. Bajo este epígrafe arranca en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias la VI Cumbre de las Américas.
Cinco temas conforman la agenda oficial, relacionados con el desarrollo: la integración, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, el combate de la violencia y la exclusión.
En los documentos previos vuelve a resaltarse que buena parte del continente americano, en concreto América Latina, es la región más desigual y más injusta socialmente del mundo y se habla de revertir esa realidad que condena a la exclusión y a la miseria a decenas de millones de latinoamericanos.
Pero una vez más se trata de temas genéricos, sin demasiada concreción, y las posibles soluciones se pierden en farragoso aunque florido lenguaje de los discursos oficiales. Esos temas acaban, y una vez más van a acabar, eclipsados por esos otros asuntos que han ido perfilándose en los últimos meses y semanas.
Sin duda la ausencia de Cuba, si no el que más.
La polémica de Cuba
El anfitrión, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, ha afirmado que confía en que esta sea la última Cumbre de las Américas sin Cuba. También así lo ha dicho el boliviano Evo Morales a su llegada a Cartagena.
Hay que recordar que este foro lo promovió el presidente Clinton en 1994 y aunque no depende directamente de la Organización de Estados Americanos (OEA), si está vinculado a esta organización panamericana de la que Cuba fue expulsada en 1962.
En la anterior Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago, ya se habló del asunto de Cuba y se decidió revertir aquella decisión de expulsarla de la OEA pero La Habana ha dicho que no tiene ningún interés en formar parte de una organización “al servicio de los intereses de Estados Unidos”, como define a la OEA
La invitación a la Cumbre depende no de la OEA sino del anfitrión, en este caso Colombia.
Cuba dijo que asistiría si era invitada y Estados Unidos salió al paso para exigir que no lo fuera. Así que Santos se fue a La Habana hace un mes para explicarle al gobierno cubano, con el que tiene buenas relaciones, que no podía enfrentarse a su principal aliado, Washington.
Pero en el frente latinoamericano surgieron voces discordantes y quien ha llevado su rechazo a esa decisión al máximo extremo ha sido el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que ha decidido no acudir a Cartagena en protesta por la exclusión de Cuba.
Es seguro que otros mandatarios abordarán el tema, empezando por el venezolano Hugo Chávez quien finalmente parece que sí acude a la Cumbre si no hay un cambio de última hora en su estado de salud.
Despenalización de las drogas
El otro gran asunto fuera de la agenda oficial va a ser el de las drogas. En los temas generales está incluido el tema de la violencia y la inseguridad en el continente y el mayor factor desencadenante, a día de hoy, de esa violencia y esa inseguridad es el tráfico de drogas y el crimen organizado asociado a él.
Los países centroamericanos traían una propuesta, impulsada por el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, para que se debata una posible despenalización del consumo de drogas.
México y Colombia se han sumado y al final entre todos han logrado que el tema esté presente y se debata, lo que no quiere decir tomar ninguna decisión, sobre una posible despenalización del consumo de drogas que, desde América Latina, se cree evitaría el tráfico ilegal y reduciría la violencia.
Estados Unidos ha aceptado por fin abrir ese debate aunque se opone a la posible despenalización.
Desde Latinoamérica se le recuerda el efecto que tuvo allí la ley seca el siglo pasado, que aupó a grandes mafiosos y generó enorme violencia. Claro que en el caso de las drogas, Estados Unidos no sufre las consecuencias porque solo pone el consumo, los muertos los pone América Latina, argumentan los latinoamericanos.
Otro asunto fuera de agenda pero que también de ha colado es el del contencioso por las islas Malvinas.
La diplomacia y la presidenta argentinas han sabido moverse bien y pese a ser un conflicto bilateral entre Argentina y Reino Unido, el tema va a estar en la cumbre y Buenos Aires va a recabar la solidaridad de la mayoría de los asistentes, justo unos días después de que se cumpliera el 30 aniversario del comienzo de la Guerra de las Malvinas.
Las Malvinas, sobre la mesa
Argentina ya ha logrado ese apoyo en otros foros latinoamericanos pero para la presidenta Cristina Fernández es importante sacarlo aquí por estar presente Estados Unidos, principal aliado del Reino Unido, a quien respaldó incondicionalmente en aquella guerra.
No obstante nadie duda de que Washington va a ser apoyando Londres y va a continuar privilegiando la relación trasatlántica con el Reino Unido a la relación continental con América Latina.
La cumbre también tiene importancia en esta ocasión para el presidente Barack Obama y sus asesores confían en que sea una especie de plataforma de lanzamiento de cara a lograr el voto latino en la carrera por su reeleción: un voto decisivo, determinante en estados clave.
No hay que olvidar que muchos de los votantes latinos en Estados Unidos reprochan a Obama haberse olvidado de América Latina durante estos tres primeros años de su presidencia para centrar su política exterior en Oriente Medio, Afganistán y Libia.
Los asesores presidenciales han diseñado con detalle este escaparate privilegiado de Cartagena para tratar de revertir esa imagen y lanzar el mensaje de que a Obama también el preocupa América Latina. Veremos si lo consigue.