Breivik, ¿un psicópata o un frío asesino?
- Un primer informe médico lo diagnosticó como esquizofrénico
- En cambio, en un segundo informe, se le considera penalmente responsable
- Este hecho puede hacer variar su futuro: hospital psiquiátrico o prisión
- Este lunes comienza el juicio por los atentados de Noruega
¿Puede una persona en plenas facultades mentales asesinar a 77 personas? ¿Es Breivik capaz de engañar a un tribunal médico? Son las preguntas que se desprenden del contraanálisis realizado al asesino confeso de los atentados de Noruega y que le considera penalmente responsable.
Esta conclusión contradice los resultados del primer análisis pericial que estimaba que Breivik padecía esquizofrenia paranoide y que cuando cometió los crímenes se encontraba en un estado psicótico.
"Anders Behring Breivik no tiene una enfermedad psíquica grave y no actuó bajo una fuerte alteración de la consciencia durante los actos de los que se le acusa", dice el segundo informe médico. Pero ¿puede una persona cuerda realizar un acto tan atroz? La respuesta es sí.
No hace falta estar loco para matar
Según los expertos consultados por RTVE.es, una persona que no tenga diagnosticada una enfermedad psiquiátrica concreta también puede ser capaz, en un momento dado, de cometer un crimen.
"Existe la opción de que una persona sin una psicopatía sea capaz de asesinar por otros motivos que tengan que ver con su carácter, su personalidad, por móviles ideológicos, por que quiera llamar la atención, por un afán de venganza o simplemente por resentimiento", explica a RTVE.es Juan José Arechederra, psiquiatra del Hospital Ramón y Cajal.
“Tiene que tener algún rasgo desadaptativo“
Este especialista deja claro que aunque Breivik no sea considerado un psicópata "tiene que tener algún rasgo desadaptativo", es decir, que no se adapta de forma natural a la sociedad. "Te resistes a pensar que esto lo haya podido hacer una persona normal pero también cabe la posibilidad de que no haya ningún disgnóstico psiquiátrico en él", puntualiza Arechederra.
El psiquiatra José Miguel López Ibor es de la misma opinión. "Una persona cuerda puede cometer asesinatos, no es lo normal pero si hay casos de personas sanas mentalmente que han cometido delitos muy graves", explica a RTVE.es.
"El paciente puede simular síntomas que no tiene"
Una persona puede intentar, y en ocasiones conseguir, engañar a un tribunal médico de expertos ya que puede simular síntomas que no tiene y también debido a que -como apunta Juan José Arechederra- "el diagnóstico de la psicopatía es uno de los menos fiables dentro de la psiquiatría".
“El diagnóstico de la psicopatía es uno de los menos fiables dentro de la psiquiatría“
Debido a esto, es posible que en ocasiones se den informes psiquiátricos contradictorios o que un diagnóstico cambie con el tiempo ya que como apunta López Ibor "un psicópata puede dejar de serlo a lo largo de su vida, bien gracias a un tratamiento o también por sí mismo".
"Cabe la posibilidad de que haya informes discordantes bien por una simulación del paciente o bien por otros motivos como puede ser una mala praxis", explica Arechederra. "El sujeto es capaz de engañar, de aparentar síntomas que no tiene. De hecho, la conducta simuladora es muy común en los trastornos de personalidad", apunta este psiquiatra.
El psiquiatra López Ibor cree que es difícil engañar a expertos, pero opina que el paciente puede intentarlo. "Con el tiempo, la evolución de la persona también puede cambiar. Para hacer un buen diagnóstico se debe estar seguro de que el paciente no ha tomado sustancias, y a lo mejor, en el caso de Breivik tomó sustancias en alguno de sus análisis", explica.
¿Cómo se diagnostica a un psicópata?
Diagnosticar a un psicópata no es tarea fácil. Por regla general se utilizan una serie de cuestionarios con preguntas que tratan de evaluar los niveles de psicopatía y los niveles de impulsividad y agresividad. Es importante que estas preguntas no se ciñan solo al presente sino también al pasado ya que una personalidad psicópata puede llevarse años creando.
¿Te diviertes en la vida? ¿Eres distante con la gente que te rodea? ¿Utilizas a las personas? ¿Tienes ataques de ira? ¿Te metes en peleas con frecuencia? ¿Te enfadas mucho? ¿Tus relaciones sentimentales son cortas y frías? Éstas son algunas de las preguntas que utilizan los psiquiatras para evaluar al paciente y buscar indicios de psicopatía.
En ocasiones concretas también se analiza la bioquímica del paciente mediante análisis de sangre ya que la violencia está relacionada con los niveles de adrelanina y serotonina.
“Se trata de ver cómo es su comportamiento en el tú a tú“
Aparte de las respuestas a estas preguntas, lo más importante -y a veces lo más revelador- es la conversación con el propio paciente. "Para saber si una persona es un psicópata o no lo primero es hablar con ella y escucharla, ver cómo se expresa, la forma en la que cuenta las cosas, las actividades que tiene, en definitiva se trata de ver cómo es su comportamiento en el tú a tú", explica López Ibor.
Al psicópata se le define por su conducta y entre ellos tienen algunos rasgos comunes. "Todos los psicópatas tienen algo de antisocial pero son responsables de sus actos porque saben lo que están haciendo y lo hacen con un motivo", apunta el doctor Arechederra.
En opinión de Arechederra, el caso de Breivik se acerca mucho a un trastorno de personalidad violento o psicopatía. "Se trataría de un psicópata porque hubo una preparación previa a los hechos, conservaba sus facultades cognitivas y fue capaz de preparar y planear el atentado, muestra una actitud fría, no se arrepiente y se siente orgulloso de lo que hizo", explica.
El hecho de que Breivik se sintiera humillado cuando le declararon demente es una reacción muy significativa. "Se sintió así porque loco quiere decir enfermo, y eso conlleva que los hechos los cometió su enfermedad y no él, es como quitarse mérito, una forma de decir que está orgulloso de lo que ha hecho", explica López Ibor.
A partir de este lunes y durante diez semanas, Breivik tendrá que afrontar el mayor proceso judicial en este país escandinavo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Si finalmente se le considera penalmente responsable de los atentados, Breivik podría pasar 21 años en prisión.