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¿Podría haber sido derribado el cohete norcoreano?

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No hay razón ninguna para pensarlo. De hecho una acción semejante sería detectada, y Corea del Norte no es un país que vaya a tomarse con tranquilidad semejante tipo de ataque. Ahora bien: una cosa son las intenciones, y otra las capacidades. Y las capacidades existen: el cohete norcoreano podría haber sido derribado, porque varios de sus vecinos tienen sistemas de armamento con capacidad antimisil balístico. Los sucesivos, y fallidos, intentos de Corea del Norte por poner satélites en órbita y su desarrollo de misiles intercontinentales han puesto muy nerviosos a países como Corea del Sur, Japón y los propios EE UU. De ahí que exista una verdadera carrera de armamento antimisil balístico en la zona. Y que cada vez que los norcoreanos actúan, se produzca un despliegue de material.

Corea del Sur tiene baterías Hawk XXI y Patriot PAC-2 (adquiridas a Alemania), y al menos 68 de los misiles son del estándar GEM-T, diseñados con la amenaza balística en mente. Japón había desplegado en el área barcos Aegis BMD, y además cuenta con instalaciones de Patriot PAC-2 y 3. EE UU también tenía buques Aegis BMD en la zona, y por otra parte desplegó en 2009 una batería del sistema antimisiles THAAD en Hawaii. Los Estados Unidos cuentan además con el Ground-based Midcourse Defense System (GMD; sistema basado en tierra de defensa a mitad de trayectoria), con 25 misiles de tres etapas desplegados en Alaska (22) y California (3), y capaz de derribar misiles intercontinentales en la fase intermedia de vuelo: fuera de la atmósfera. El despliegue de este sofisticadísimo sistema está pensado para defender el territorio estadounidense de un ataque desde Asia. Cada uno de estos sistemas de armamento podrían haber derribado un cohete como el lanzado por Corea del Norte, en diferentes momentos de su vuelo.

Foto: Lanzador Hawk

Baterías Hawk

Los sistemas más antiguos y menos capaces son las 24 baterías Hawk XXI que tiene desplegadas Corea del Sur. Producto de la evolución del sistema de misiles antiaéreos de alcance intermedio estadounidense Hawk, diseñado originalmente en los años 60, la versión XXI tiene una limitada capacidad para defender áreas concretas contra misiles balísticos de alcance corto e intermedio. El radar AN/MPQ-64 Sentinel del Hawk XXI tiene un alcance de unos 75 kilómetros, mientras que los misiles tienen un alcance de máximo 50 kilómetros; el coste por misil ronda los 250.000 dólares. Una batería suele desplegar 18 misiles en 6 lanzadores de tres misiles; el sistema precisa de dos radares, generadores, transportes de recargas. En pruebas efectuadas en 1996 por el cuerpo de Marines su sistema antimisil balístico, basado en la plataforma Hawk, derribó dos de tres misiles de corto alcance disparados como blanco. Dada la posición del centro de lanzamiento de Corea del Norte, muy próximo a la frontera china, estos sistemas sólo hubiesen podido atacar al cohete norcoreano de haber sido disparado directamente a Corea del Sur.

Foto: Misil HAWK de los Marines EEUU impacta contra un misil balístico táctico LANCE en una prueba en el polígono de tiro White Sands.

Misiles Patriot

Los siguientes sistemas por capacidad son las baterías de misiles Patriot del estándar PAC-2 que tienen Corea del Sur (adquiridas a Alemania) y Japón. Patriot era originalmente un misil de defensa antiaérea de alcance intermedio, aunque progresivamente ha ido asumiendo la función antimisiles balísticos como principal. Diseñado en los años 70 alrededor de un radar de tipo de antenas en fase (phased array) AN/MPQ-53 tiene un alcance efectivo en su versión PAC-2 de unos 170 kilómetros, y es capaz de seguir hasta 100 blancos y guiar hasta 9 misiles simultáneamente. Es la agilidad en el barrido del haz de radar que hacen posible las antenas en fase lo que permite este seguimiento múltiple, incluso de blancos tan rápidos como un misil balístico. Se calcula que cada disparo cuesta entre 2 y 3 millones de dólares, y su alcance efectivo en misión antimisil balístico es mucho más reducido que el del radar. El lanzador PAC-2 lleva cuatro misiles, que en la versión mejorada GEM-T disponen de espoletas de proximidad optimizadas para que su cabeza de combate de 90 kilos de alto explosivo tenga las mayores probabilidades de destruir misiles balísticos. Pero debido a las limitaciones de alcance, y a que la base de lanzamiento norcoreana está a casi 250 kilómetros de la frontera con Corea del Sur, hubiese sido muy difícil que este sistema pudiese atacar al cohete. Mucho más complicado en el caso de las baterías japonesas, que sólo habrían podido enfrentarlo en caso de que hubiese sido disparado directamente hacia Japón.

Foto: Lanzador Patriot PAC-1/2

Japón dispone de misiles Patriot del estándar PAC-3, con sustanciales mejoras en su radar y con misiles diferentes. Los PAC-3 son sustancialmente más pequeños, lo que permite colocar cuatro misiles por cada uno tipo PAC-2; esto eleva la capacidad del lanzador a 16 misiles, aunque reduce sustancialmente su alcance efectivo, a tan sólo 15 kilómetros. Los PAC-3 están diseñados específicamente para defensa antimisiles balísticos, y son del tipo de impacto directo: es decir, derriban los objetivos chocando contra ellos, lo que exige mucha mayor maniobrabilidad y velocidad de reacción. Por ello los misiles disponen de un radar de seguimiento propio y de 180 pequeños motores de maniobra en un anillo montado en el fuselaje de proa. El radar de las baterías PAC-3 es un AN/MPQ-65, muy mejorado con respecto a las variantes PAC-2. Por supuesto las tropas estadounidenses acantonadas en Corea del Sur es probable que también dispongan de esta variante.

Foto: lanzador de misiles Patriot PAC-3.

Misiles Standard

Por otra parte Japón tenía desplegados en el Mar de Japón y el Mar amarillo 3 de sus 4 destructores de la clase Kongo, que están equipados con el sistema de control aéreo Aegis y misiles Standard SM-3 con capacidad antimisil balístico (Aegis BMD). Un número desconocido de cruceros y destructores Aegis estadounidenses estaban también en la zona. El núcleo de Aegis es el radar de antenas en fase AN/SPY-1, capaz de controlar hasta una distancias de 190 kilómetros del buque y de seguir hasta 100 blancos simultáneamente, mientras guía varios misiles hacia sus objetivos. El componente ofensivo son los misiles Standard SM-3, un derivado del SM-2 antiaéreo con una tercera fase añadida. El SM-3 intercepta por colisión directa, para lo cual su cabeza de combate está equipada con un buscador de infrarrojos llamado LEAP. Para su empleo es necesario que el radar Aegis esté actualizado al estándar LEAP Intercept, son software y hardware adicional. El sistema integrado se llama NTW-TBMD (Navy Theater Wide - Theater Ballistic Missile Defense, defensa contra misiles balísticos de teatro de la armada), y ha tenido éxito en 14 de las 21 pruebas a que ha sido sometido. Varias de estas pruebas las han realizado barcos japoneses, y en una de ellas en 2007 participó la fragata española Méndez Nuñez (F-104).

Foto: El USS Lake Erie dispara un misil Standard SM-3 en una prueba de su capacidad antimisil balístico.

La más espectacular demostración fue la destrucción de un satélite en órbita baja sobre el Pacífico por medio de un Standard SM-3 por parte del USS Lake Erie el 20 de febrero de 2008. La intercepción se produjo a 247 kilómetros de altura, cuando el satélite USA-193 comenzaba su reentrada en la atmósfera. Según las cifras oficiales el alcance del Standard SM-3 supera los 500 kilómetros, y puede elevarse más de 160 kilómetros; el precio de cada misil está entre los 9 y los 24 millones de dólares, y se dice que hace falta autorización estadounidense para dispararlos desde buques de otras nacionalidades. En teoría el sistema Aegis BMD podría haber derribado sin problemas el lanzador norcoreano desde cualquier barco situado en el Mar Amarillo, y en parte de su trayectoria incluso desde zonas del Mar de Japón. Por su parte Corea del Sur dispone de 2 destructores de la clase Sejong el Grande que están equipados con radares Aegis, pero no cuentan con capacidad antimisil balístico ni con misiles SM-3, por lo que podrían seguir un lanzamiento, pero no disparar. En cualquier caso, un disparo contra su 'lanzador especial' pacífico habría sido detectado por Corea del Norte, que sin duda lo hubiese tomado como un acto de guerra.

Foto: Lanzamiento del misil SM-3 que destruyó al satélite USA-193 

Sistema THAAD

El novísimo sistema THAAD, Terminal High Altitude Area Defense (defensa de área terminal de gran altitud) tiene un alcance calculado efectivo de unos 200 kilómetros en horizontal y unos 150 en vertical, pero su radar es capaz de controlar hasta 1.000 kilómetros de distancia; sus misiles pueden realizar intercepciones endo y exoatmosféricas, mediante impacto directo (no hay cabeza explosiva). Sus sistemas electrónicos están diseñados para integrarse con baterías Patriot y con sistemas Aegis en un control de teatro conjunto. En esta mezcla THAAD se encarga de la capa superior en una defensa multicapa. Es, por tanto, un sistema de defensa regional. Se calcula que cada misil THAAD, que son del tamaño aproximado de un Patriot, cuesta unos 8 millones de dólares; una batería está formada por tres lanzadores, 25 misiles, un centro de control y un radar AN/TPY-2. Los EE.UU. son los únicos que disponen de baterías THAAD operativas, una de ellas desplegada en Hawaii para defender su territorio.

En el futuro, y dado que Corea del Norte dispone ya de misiles balísticos intercontinentales (ICBMs), los países aledaños están reforzando sus defensas. Tanto Corea del Sur como Japón han encargado baterías THAAD, pero no consta que hayan sido entregadas aún: este sistema de altísima tecnología es muy delicado y su exportación un tema sensible. Además no pueden fabricarse rápido, y en última instancia el control dependerá de los Estados Unidos. Quizá por eso Corea del Sur parece dispuesta a diversificar su apuesta, y ha optado por desarrollar sistemas complementarios en asociación con Rusia. En efecto, los surcoreanos trabajan en sus propias versiones antibalísticas del Patriot PAC-3 y del Standard SM-3 para usarlas en conjunción con los potentes radares de estos sistemas. Y quieren hacerlo a partir de adaptaciones de los sistemas de misil antiaéreo rusos S-300 y S-400. El primero es el sistema Cheongung (o Cheolmae 2) diseñado como interceptor intermedio en alcance y altura por el gabinete de diseño ruso Almaz en cooperación con los coreanos de Samsung Thales. Cheongung tiene un alcance de 40 kilómetros y es capaz de llegar a 15 kilómetros de altura. Se espera que las primeras baterías entren en servicio este año o el que viene. El componente de mayor rango se llama Cheolmae 4-H, estará basado en los misiles rusos S-400 y tendrá un alcance de 150 kilómetros y una altura de 60 kilómetros, pero no se espera que esté listo hasta dentro de algunos años. Tal vez una variante de este misil pueda equipar también en el futuro a los buques Aegis de la armada surcoreana. Por otra parte el sistema de defensa aérea surcoreano ha integrado dos radares israelíes Super Green Pine, diseñados específicamente como alerta temprana para el sistema antimisil Arrow y con un alcance superior a los 800 kilómetros, lo que les permitirá controlar toda Corea del Norte, los mares de Japón y amarillo y una buena porción de China. Lo que está claro es que las amenazas de Corea del Norte han provocado una revolución tecnológica y militar en el área. Y que si esta vez su cohete se deshizo por sus propios medios, aunque quizá con ayuda, dentro de no mucho tiempo la situación será muy diferente.