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Captan una de las llamaradas solares más espectaculares de los últimos años

  • Una sonda de la NASA ha captado una de las mayores erupciones solares
  • A pesar de ser tan espectacular, ha sido calificada como clase M
  • Las partículas de plasma han sido expulsadas en dirección opuesta a la Tierra

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Una llamarada solar espectacular que no se dirige a la Tierra

El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO) ha captado una de las explosiones solares más espectaculares de los últimos años.

La llamarada surgió de la superficie del Sol este lunes y expulsó una gran eyección de masa coronal al espacio, aunque sus partículas no llegarán a la Tierra ni golpearán ningún otro planeta de nuestro sistema solar, según Wired.

La explosión, a pesar de su vistosidad, ha sido catalogada como clase M1.7 -la escala en la que se mide la potencia de estas erupciones-, por lo que no ha llegado a la máxima intensidad (clasificadas como clase X).

La temperatura alcanzada por el plasma solar es de 143.000 grados Farenheit, una temperatura relativamente baja para el Sol. La capa externa del astro rey, conocida como corona, es de entre 900.000 y 10 millones de grados y puede alcanzar varias decenas de millones de grados durante una explosión.

Actividad intensa

El Sol está entrando en una época de intensa actividad solar, tras un periodo relativamente tranquilo, aunque se espera que el pico máximo del ciclo solar entre principios y mediados de 2013.

La llamarada capatada por la sonda de la NASA sugiere que la región activa del sol está rotando en dirección a la Tierra, por lo que se esperan nuevas y, seguramente, más y mayores explosiones en los próximos días.

Las tormentas solares se provocan por las erupciones que se producen en  el Sol cada cierto tiempo. Existe la posibilidad de que afecten a los  satélites que orbitan alrededor de la Tierra e incluso pueden provocar  tormentas geomagnéticas menores que causan interferencias en las  telecomunicaciones.

Estos periodos de elevada intensidad solar también pueden afectar a las  comunicaciones y, por tanto, a los aviones. Por este motivo, y en  determinadas ocasiones, las compañías aéreas varían la ruta de los aviones para evitar el impacto de las tormentas, como sucedió en las primeras semanas de marzo, cuando se produjo la última gran oleada de explosiones solares.