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Benedicto XVI viajó en 2012 al corazón del movimiento cristero

  • La Iglesia católica ha elevado a los altares a más de medio centenar de mártires cristeros
  • Juan Pablo II facilitó la normalización entre México y la Santa Sede
  • Una autodenominada Guardia Nacional mantiene vivo el espíritu cristero

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Durante años existió un silencio sobre la guerra civil protagonizada por los cristeros. Las beatificaciones, primero con Juan Pablo II y Benedicto XVI, introdujeron cierta normalización para afrontar aquel episodio sangriento de la guerra civil mexicana. A Juan Pablo II se debe el inicio de un nuevo tiempo entre México, el estado con más católicos de América, con la Santa Sede, que llevaban más de 127 años sin relaciones diplomáticas.El Papa polaco fue el primer en aprobar las primeras beatificaciones de los cristeros. Después, en ese año mágico del 92 llegó el intercambio de representantes diplomáticos. El Nuncio volvió a México.

El primer beato cristero

El primero cristero en ser beatificado fue el sacerdote jesuita Miguel Pro. Fue el 26 de septiembre de 1988 en en México. El 22 de noviembre de 1992 el Venerable Juan Pablo II beatificó a 22 sacerdotes diocesanos, martirizados en la guerra cristera.

El papa polaco destacó de los nuevos mártires su capacidad de perdón a sus propios verdugos en el momento más definitivo de la muerte. "Lejos de todos ellos encender o avivar sentimientos que enfrentaran a hermanos contra hermanos. Al contrario, en la medida de sus posibilidades procuraron ser agentes de perdón y reconciliación", afirmó Juan Pablo II.

Posteriormente, el 21 de mayo del 2000, el Año Santo de la Redención, Juan Pablo II declaró santos a 25 mártires cristeros, entre otros, está el presbítero David Uribe Velasco, que se negó a ser obispo de la iglesia cismática que alentaba el gobierno para dividir a los católicos mexicanos y acabar así con los cristeros.

México y la Santa Sede intercambian embajadores.

Se dieron otros pasos hacia esa normalización El presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari, nombró en 1990 un representante oficioso ante la Santa Sede, primer paso hacia las relaciones diplomáticas plenas entre México y la Santa Sede, después de 127 años de ruptura por una Constitución,la de 1917, que sometía la Iglesia Católica al Estado, al no reconocerle plena autonomía y personalidad jurídica. Dos años después, el 21 de septiembre de 1992, se lograba la relación diplomática plena, un acontecimiento histórico que debemos al beato Juan Pablo II que sus anteriores visitas a México, en 1979 y 1990, no tuvo el reconocimiento de Jefe del Estado.

Benedicto XVI, en el corazón cristero.

En nuestros días Benedicto XVI siguió reconociendo el movimiento cristero, beatificando a trece mártires más en 2005. Entre otros estaban un adolescente de 13 años, José Tarsicio Sánchez del Río, y el ideólogo del movimiento, el abogado José Anacleto González Flores, que luchó por restaurar un orden social cristiano. En Cristiada el papel del beato Anacleto lo intepreta Eduardo Verástegui, director y protagonista de Bella, un alegato pro vida.

Seis años después el papa alemán quiso reafirmar la reconciliación nacional con su visita a México en 2012.Visitó el cerro del Cubilete, donde se yergue una estatua de Cristo Rey, que fue bendencida por el propio Benedicto XVI. Es el monumento a la revolución Cristera. Un día antes se había presentado en Roma Cristiada

"En este monumento se representa a Cristo Rey. Pero las coronas que le acompañan, una de soberano y otra de espinas, indican que su realeza no es como muchos la entendieron y la entienden", añadió, mientras pedía "a México y a toda la América hispana,servir a Cristo en las situaciones agobiantes de sufrimiento humano, para ponerse a su disposición, sin replegarse en el propio bienestar".

La Guardia Nacional Cristera, hoy

En 1955 los supervivientes cristerios se reunieron en el cerro del Cubilete, donde hicieron juramento de fidelidad a Cristo Rey y allí nació la Guardia Nacional Cristera, que hoy en día continúa, para defender –decían- el reinado social de Cristo. Cada tres años se celebra un Congreso y por votación se elige al dirigente, que debe destacar por su acendrado catolicismo.

Los cristeros de hoy cuentan con una organización jerarquizada, con jefes estatales y locales. Cada 2 de julio conmemoran la muerte, ellos hablan de asesinato, del general Enrique Gorostieta, jefe supremo de los Ejércitos Cristerios, en una emboscada de los federales. En Cristiada Andy Garcia recreó la compleja figura del general Gorstieta.

El primer domingo de noviembre los cristeros vuelven a renirse todos los años en el Cerro de Cubilete para recordar a sus muertos. Tienen su propio Museo cristero, y en la Universidad Autónoma de Guadalajara existe un Instituto, que quedó inmortalizada para siempre en la prosa de Juan Rulfo con emboscadas y ataques en una guerra interminable de desgaste.

…. en ese lugar que le dicen el Camino de Dios, encontramos otra vez al gobierno tirando a matar. Sentíamos cómo bajaban las balas sobre nosotros, en rachas apretadas, calentando el aire que nos rodeaba. Y hasta las piedras detrás de las que nos escondíamos se hacían trizas una tras otra como si fueran terrones. Después supimos que eran ametralladoras aquellas carabinas con que disparaban ahora sobre nosotros y que dejaban hecho una coladera el cuerpo de uno; pero entonces creímos que eran muchos soldados, por miles, y todo lo que queríamos era correr de ellos.