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Muere Levon Helm, batería y cantante de The Band

  • Lo ha confirmado el guitarrista Larry Campbell
  • Según su amigo se fue rodeado de amigos y en paz

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Levon Helm, cantante de The Band s ha muerto a la edad de 71 años, tras una larga batalla contra el cáncer, informa the Times Herald-Record. Ha fallecido este jueves en el centro Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York.

El guitarrista y líder de la banda, Larry Campbell, confirmó la muerte al Times Herald-Record: "Levon se fue a la 1:30 rodeado de familiares y amigos que le visitaban, aunque fue triste se fue en paz".

Un mensaje de su famila publicado el día 17 de abril en su web, anunciaba ya que entraba en la fase final de la enfermedad.

A pesar de que lleva luchando contra la enfermedad desde 1996, cuando se le diagnosticó cáncer de garganta y tuvo que ser sometido a una laringectomía, el músico de Arkansas se ha mantenido en activo durante la última década, cosechando excelentes críticas por álbumes como Dirt Farmer y Electric Dirt (por los que obtuvo sendos premios Grammy).

Pero más allá de sus éxitos tardíos en solitario, Levon Helm pasará a la historia del rock por haber formado parte, como cantante y batería, de un grupo auténticamente imprescindible: The Band. Compuesta por cinco músicos (todos ellos canadienses salvo el propio Helm), de gran formación técnica y educados en los géneros tradicionales americanos, La Banda comenzó a hacerse un mombre a mediados de la década de los 60 como acompañantes del vertiginoso (y prodigioso) Bob Dylan de la etapa de la electrificación del folk.

Un disco inmortal

Pero fue a partir de la edición en 1968 del álbum Music from big pink cuando The Band cimentaron su leyenda. En este disco inmortal desplegaron todas las virtudes que les han hecho grandes: la elocuencia instrumental y la emoción que destilan las canciones de folk, country y rhythm'n'blues que lo componen forman parte indispensable de la historia de la música popular del siglo XX.

Virtudes que volverían a encontrarse en discos posteriores como The Band (1969), Stage Fright (1970) o Cahoots (1971) y que desembocarían al final de su carrera en el famosísimo directo The Last Waltz (1978), un lujoso concierto de despedida que inmortalizaría en imágenes Martin Scorsese.

En todos esos discos memorables brilla la batería y, especialmente, la voz inconfudible (profunda y rugosa) de un Levon Helm que aunque parece que se va, nunca nos abandonará.