Informe Semanal aborda el último accidente del rey y sus consecuencias
- Disculpas históricas tras la polémica desatada por el viaje real a Botsuana
- El programa analiza los aspectos cruciales de esta crisis y sus circunstancias
- YPF, 20 años del AVE y el duelo Sarkozy-Hollande completan el programa
- Informe Semanal se estrena los sábados a las 21.30 h en La 1 de TVE
Informe Semanal aborda este sábado la crisis desatada por el accidente del rey, mientras se encontraba de cacería en un viaje privado objeto de una fuerte polémica. La expropiación de YPF y sus consecuencias para las relaciones hispano-argentinas, el veinte aniversario de la Alta Velocidad en España; y el duelo electoral Sarkozy-Hollande en Francia completan el programa.
Un tropiezo real
Once palabras para una disculpa histórica y sin precedentes. El rey Don Juan Carlos, la figura más valorada de la transición política y de la democracia, lamentaba lo sucedido: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Así de escueto, en lenguaje llano y sin subterfugios.
Lo dijo cuando abandonó el Hospital donde había sido operado de una fractura de cadera en la madrugada del sábado. El accidente, -una caída y un episodio más en el cuadro clínico del rey-, pareció ser lo de menos. Las circunstancias en las que se produjo el real tropezón, -en el transcurso de unas jornadas de caza mayor en Botsuana de las que no había conocimiento público-, fueron la chispa de un encendido debate sobre los límites entre lo público y lo privado, las obligaciones del jefe del Estado y la inoportunidad de participar en una cacería sólo al alcance de unos pocos, en un momento de dificultades económicas para su país.
Algo parece haber cambiado para siempre en los usos y costumbres de una Institución a la que ahora más que nunca, se exige ejemplaridad. La crisis institucional fue creciendo conforme avanzaba la semana y el debate sobre las lagunas constitucionales, el papel del príncipe Felipe e incluso, una eventual abdicación como reclamó una minoría, se extendió como un reguero de pólvora.
Un año amargo para la Familia Real y en consecuencia para el rey que, tras una recuperación que acortará al máximo, se incorporará a sus obligaciones. Este sábado, Informe Semanal intentará acercarse a los aspectos más cruciales de una crisis que, al margen de las rápidas disculpas, tendrá sus efectos.
Golpe de mano contra Repsol
Las relaciones entre España y Argentina viven su momento más crítico. Unidos por lazos históricos, económicos y sentimentales desde hace siglos, los dos países se enfrentan ahora, en un cruce de intereses encontrados, debido a la expropiación de YPF, filial de Repsol, cuyos títulos han sido declarados de "interés público".
Cristina Fernández, la Presidenta Argentina, cumplió, -tras una semana en la que la administración pareció jugar al despiste-, con su amenaza y el lunes anunciaba, con toda la solemnidad posible, la nacionalización del 51% de las acciones, que se repartirán entre el Gobierno central y las provincias petroleras.
El proyecto pasará sin problemas el trámite parlamentario. Los peronistas han celebrado la medida y la oposición tampoco se ha movido demasiado. Los argumentos del gobierno argentino pasan por la crisis y la falta de hidrocarburos y acusan a Repsol de provocar el déficit energético.
La respuesta española ha sido rotunda, tanto desde el gobierno que ha defendido a ultranza a la compañía y sus intereses, como desde la propia petrolera que ha calificado de expolio la decisión. El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó en México que la expropiación de YPF a Repsol no tiene justificación, rompe el buen entendimiento y puede perjudicar a toda Latinoamérica.
Una crisis que ven con preocupación otras empresas españolas sólidamente asentadas, desde hace años, en suelo argentino.
Francia: dos hombre y un destino
Este domingo se libra el primer asalto, 45 millones de franceses acudirán a las urnas para elegir a su presidente. Todo apunta a que habrá segunda vuelta al no obtener ningún candidato el 50% de los votos.
Aún así, la expectación está garantizada en torno a 10 aspirantes y sobre todo, alrededor de los dos que tienen posibilidades reales de vivir en al Elíseo: Nicolás Sarkozy y François Hollande. Dos rivales veteranos y dos políticas distintas. Hollande, es socialista y el favorito de las encuestas; Sarkozy, conservador y la pareja política de Angela Merkel en un momento en el que el eje París-Berlín marca el paso del futuro de una Europa en crisis.
A lo largo de la campaña, Sarkozy ha hecho continuas referencias a la situación económica española. Ha sido su manera de defender su apuesta por el rigor presupuestario frente al presunto despilfarro de los socialistas.
En este contexto, lleno de referencias a las dificultades que atraviesa España, Informe Semanal ha entrevistado a Jean-François Copé, Secretario General y uno de los principales 'mosqueteros' del partido de Sarkozy, la Unión por un Movimiento Popular y a Michel Sapin, amigo de François Hollande desde hace 35 años y responsable de su programa electoral. Dos visiones contrapuestas en la segunda potencia económica de Europa, de las que dependerá el futuro del continente. Dos hombres y un destino: el Elíseo.
España a alta velocidad
Han pasado 20 años desde que el primer tren de alta velocidad llegara, sin contratiempos y puntual, a la estación de Santa Justa en Sevilla. Comenzaba una nueva era para un país que, pese a ser el segundo más montañoso de Europa, llevaba un retraso histórico en materia de transporte ferroviario. Fue el 21 de abril de 1992, en puertas de la inauguración de la Expo y desde entonces la alta velocidad se ha ido extendiendo por gran parte del país.
Cada día circulan 300 trenes que transportan a 100.000 viajeros, -23 millones de usuarios al año-, y España es hoy líder mundial tanto por la longitud de su red, si exceptuamos al gigante chino, como por la puntualidad del servicio que ofrece.
Las ciudades del AVE también han crecido y han cambiado su fisonomía al calor de la alta velocidad. Y aunque los usuarios consideran que se trata de un servicio caro, no hay comunidad autónoma, -y van ocho-, que no aspire a entrar en el club de la alta velocidad española.
Nos acercamos a esta realidad que comenzó hace 20 años y a los problemas que puedan sobrevenir de una crisis económica que incide sobre las grandes inversiones que la alta velocidad siempre conlleva.