García-Margallo pide a la UE y otros países sanciones contra Argentina
- La UE es el segundo mayor mercado de exportación de Argentina
- Además Europa supone más del 50% de la inversión extranjera en el país
El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García-Margallo, ha pedido a los líderes europeos y de otros países sanciones contra Argentina por la expropiación a Repsol del 51% de su parte en la petrolera argentina YPF, según una entrevista que publica este lunes The Wall Street Journal.
Antes de reunirse el lunes en Luxemburgo con otros ministros de Exteriores de la Unión Europea, García-Margallo concedió una entrevista al diario estadounidense, y cuyo contenido adelanta EFE-Dow Jones, en su residencia en el centro de Madrid.
El titular español de Exteriores ha dicho que España instaría a que la UE imponga sanciones al país latinoamericano que incluyan la eliminación de las preferencias arancelarias.
La UE es el segundo mayor mercado de exportación de Argentina, por detrás del bloque sudamericano Mercosur.
España busca apoyo para presionar
España buscará ayuda de organizaciones multilaterales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio para presionar a Argentina para que retome las negociaciones con Repsol para dar al grupo una compensación adecuada por la expropiación de YPF, la principal empresa petrolera y gasista de Argentina.
La intervención de YPF "no es sólo un problema para España. Nos afecta a todos", ha indicado García-Margallo. Europa supone más del 50% de la inversión extranjera en Argentina, y "la inversión extranjera en un país no puede estar al albur de los humores de los representantes políticos", añadió.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, decidió esta semana intervenir YPF por considerar que la petrolera española no ha invertido lo suficiente para aumentar la producción de hidrocarburos en el país latinoamericano, afirmación que ha sido refutada con cifras y datos por Repsol
Argentina insiste en que tiene derecho a ejercer control soberano sobre sus recursos energéticos, pero España y otros países han indicado que la acción es ilegal y han exigido a Argentina una compensación adecuada por la nacionalización de activos de Repsol en YPF.
Argentina mantiene el pulso
En el pasado, la presidenta argentina ha insistido en que no se doblegará a la presión española y que su medida sólo persigue garantizar el suministro energético de Argentina. Los sondeos de opinión indican que la mayoría de los argentinos apoyan la nacionalización de YPF.
García-Margallo ha dicho que habrá represalias unilaterales que se sumarán a la decisión anunciada el viernes por el Gobierno español de restringir las importaciones de biodiésel de Argentina, que ascendieron a unos 750 millones d euros en 2011, de acuerdo con datos de la Asociación Española de Productores de Energía Renovable.
Mientras tanto, España intentará reanudar las negociaciones con el Gobierno argentino sobre Repsol. España buscaba una solución negociada bastante antes de que la presidenta argentina anunciara su decisión, pero las autoridades del país sudamericano nunca respondieron a sus peticiones de diálogo, dijo García-Margallo.
Sin diálogo desde el anuncio
No ha habido contactos entre los dos países desde que se anunció la expropiación de YPF y de que varios directivos de la compañía fueran obligados a abandonar las oficinas de Buenos Aires la semana pasada, ha añadido.
"Hemos negociado hasta la extenuación", dijo García-Margallo."No se ha tratado de los nuevos conquistadores imponiendo determinadas decisiones", añadió. Dada su importante relación comercial con Argentina, la UE podría ejercer más presión.
Las autoridades de la UE le han dicho a altos cargos del Gobierno argentino que la decisión sobre YPF pone en peligro el comercio mundial y las relaciones de inversión con el país sudamericano. El viernes, el Parlamento Europeo aprobó una resolución que pretende suspender parcialmente el trato preferente que reciben las exportaciones argentinas.
García-Margallo ha dicho que está satisfecho con la respuesta internacional que se dio la semana pasada a la decisión del Gobierno argentino, en la que se incluyen las condenas de Estados Unidos y de países de Asia, Europa y América Latina.
El ministro culpó a los problemas económicos, como la fuga de capital de Argentina o la necesidad de importar del extranjero la energía a un elevado coste, de la decisión de atacar a Repsol.
"Cuando un régimen tiene dificultades, busca siempre un enemigo exterior", concluyó el titular español de Exteriores.