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Análisis

Mover presos

  • El Gobierno lanza un mensaje a los nuevos portavoces de presos de ETA
  • La llamada vía Nanclares tampoco exigía pedir perdón a las víctimas

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El Gobierno ha mandado un recado por vía urgente a los recién elegidos portavoces del colectivo de presos de ETA conocido como EPPK. Mikel Antza es el portavoz del colectivo con más autoridad política ahora que las pistolas cuentan menos.

Este diseñador del asalto político de las fuerzas radicales al Parlamento vasco ha dicho en su condición de reciente portavoz de presos etarras que “desactivar todas las medidas de excepción y respetar los derechos que nos corresponden a los presos traería por sí mismo un cambio evidente”.

"Pero saben que hasta el paso más pequeño que den alimentaría el proceso e impulsaría el nuevo escenario, ¡ese es el quid de la cuestión!".

Y en esto llegó el ministro Fernández Díaz con formato teletipo más declaración en Luxemburgo para corroborar las intenciones del Gobierno. Lo cierto es que no hay un plan integral de reinserción individual o al menos no hay papel oficial que lo sostenga hasta ahora.

Sabemos que de forma individual y rechazando expresamente la violencia se podrá optar a una cárcel cercana a casa. Vamos, que de momento nadie se va a su casa ni desaparece de la baraja de terroristas.

Es puramente lo que ya contempla la ley y que los socialistas denominaron vía Nanclares igual que hace años se denominó proceso de reinserción con Etxabe y Urrutia a la cabeza.

El contenido del plan no es lo importante

Por tanto, el contenido del plan no es lo importante. Para algunos el debate está en que ahora no se les obliga a pedir perdón y que no acometerán las responsabilidades económicas con sus víctimas.

La petición de perdón no era indispensable en la vía Nanclares por mucho que se escriba con tinta de calamar. Es cierto que Txelis lo pidió pero otros como Caride Simón no han pasado por ahí.

La petición de perdón es potestad de cada Gobierno y ni antes ni ahora tenemos un papel que hable de esas condiciones especificas.

Lo que hay es una ley con aristas, juntas de tratamiento en las prisiones y un juzgado central de vigilancia penitenciaria que recoge y decide la situación de cada recluso.

El Gobierno ahora enseña la proa a todos los agentes implicados en el asunto y les comunica la singladura a seguir.

La iniciativa deberá tranquilizar al PNV que teme que la izquierda abertzale rentabilice en votos el tema presos. Urkullu lleva mucho tiempo dándole cera al presidente Rajoy.

Avisa a los agentes internacionales cual es el mensaje que deben transmitir a ETA. Vamos que les mandan con el recado a la otra parte.

Al PP vasco le viene bien para quitarles presión y al lehendakari le sirve de momento.

Para ETA, la mayor. El colectivo de presos está en pleno debate y las conclusiones se anuncian para antes del verano.

El Gobierno se adelanta porque es previsible que los presos den pasos históricos como reconocer el carácter individual de cada preso y que su compromiso como militantes debe continuar en libertad, trabajando por el derecho a decidir desde plataformas no violentas.

Vamos, que carta blanca para acogerse a medidas individuales pero siguiendo en el equipo.

Este tipo de iniciativas pueden resultar incomodas al Gobierno sí le pillan de nuevas.

Recuperar la iniciativa y marcar el listón de salida es lo anunciado por el ministro Fernández. Al no existir papel rubricado de condiciones para volver a casa, la interpretación de cada caso por el juzgado central de vigilancia penitenciaria será fundamental y seguramente dirigida.