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La obra de Nacho Criado vuelve al Palacio de Cristal tras su muerte

  • En 'Agentes colaboradores' ha colaborado el hijo del artista
  • Puede verse en los palacios de Cristal y de Velázquez del Retiro

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"AGENTES COLABORADORES", RETROSPECTIVA DE NACHO CRIADO
Una de las obras que forman parte de "Agentes colaboradores", la primera exposición retrospectiva de Nacho Criado tras la muerte en 2010 del artista.

La obra artística de Nacho Criado vuelve, por tercera vez, a uno de sus lugares expositivos preferidos, el Palacio de Cristal del Retiro de Madrid, aunque en esta ocasión sin la presencia del artista experimental, fallecido en abril de 2010 a causa de una enfermedad.

La primera vez que Nacho Criado (Mengíbar, Jaén, 1943) expuso en el Palacio de Cristal fue en 1977, con una muestra en la que este artista multidisciplinar jugaba a la paradoja con los conceptos de autoría y de anonimato, y diez años después, en 1991, presentó "Piezas de agua y cristal", un conjunto de trabajos producidos específicamente para este espacio.

Esta segunda exposición es la que ahora ha reproducido el Museo Reina Sofía, en el mismo espacio expositivo que entonces, bajo el título de "Agentes colaboradores", en la que el hijo del artista, Gonzalo Criado, ha tenido un papel esencial, aunque ha reconocido que durante todo el montaje ha acumulado una sensación "agridulce" por la ausencia de su padre.

Gonzalo Criado: 'He entendido mucho de su obra'

"Me falta mi padre, pero creo que en el proceso de esta exposición le he ganado como artista y he entendido mucho de su obra", ha dicho hoy Gonzalo Criado en la presentación de la muestra, que está repartida entre el Palacio de Cristal, que acoge siete obras, y la otra sede cultural del madrileño parque del Retiro, el Palacio de Velázquez.

En este palacio se han reunido un total de ochenta obras que engloban cuatro décadas de producción artística conceptual de Criado, desde sus trabajos iniciales, a finales de los sesenta, hasta sus últimos trabajos.

Sólo por entender mejor la obra de su padre, ha dicho hoy Gonzalo Criado, esta exposición, comisariada por Remo Guidieri, "ha valido la pena", y ha reconocido que, aunque no es "profesional del arte", ha tratado de que el montaje de esta retrospectiva tuviera "la fidelidad que él hubiese deseado".

La muestra de este escultor y artista experimental, ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas en 2009 y de la Medalla de Oro de Bellas Artes en 2008, supone una amplia revisión de su trayectoria, con obras iniciales, realizadas entre 1966 y 1970, en las que explora las formas de inserción espacial de la escultura y la percepción del tiempo.

Maderas apolilladas o carcomidas, pintadas como las de la serie "Luna", o hierros flexibles son materiales utilizados por Criado en este periodo, al que seguirá otro de influencia de sus admiradores Duchamp ("Prèt-à-porter"), Rothko ("Homenaje Rothko") o el escritor irlandés Samuel Beckett, a quienes dedica una parte importante de su obra.

Artista multidisciplinar

La fotografía también está presente en su obra, como en "Escalera", o como en "Excavación Zaj", dedicada al grupo de arte experimental español Zaj, aunque la muestra no se olvida de una de sus obras procesuales más relevantes, "In/digestión", en la que expone una revista a la acción devoradora de sus "agentes colaboradores", las polillas.

Artista multidisciplinar, Criado también trabajó las "performances", documentadas mediante fotografías y filmaciones ("Blanca y Javier comiendo manzanas"), mientras que "Paisajes endémicos" (1992) recoge su lema "Nada que apoyar. Nada que soportar. Nada que objetar".

De su producción en la década de los noventa en materiales como el hierro y el cristal quedan también distintas piezas como testigos, ("LSD"), mientras que las siete piezas de gran formato instaladas en el Palacio de Cristal guardan relación con la arquitectura del edificio y el enclave natural en el que está situado.

Así, el conjunto está presidido por el vidrio roto con piezas como "En estado de ruina" o "Ellos no pueden venir esta noche", compuesta por paneles rectangulares de vidrio ensamblados que encierran miles de trozos de cristal, aunque el más llamativo es "Bésale el culo al mono" (1991), en el que trabajó durante una década y en el que alude a la amistad y el brindis con "Anís del Mono".

Según Simón Marchán, comisario de la muestra del Palacio de Cristal en 1991, esta exposición "no hubiera sido posible si Criado viviera", algo en lo que convino el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, aunque ambos se mostraron convencidos de que "le habría gustado".