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Ismael Serrano: "He aprendido a no tomarme a mí mismo tan en serio"

  • El compositor madrileño publica este martes su octavo disco
  • Critica los prejuicios que se tienen hacia los cantautores

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Videoclip de Ismael Serrano

La carátula de su anterior disco, Acuérdate de vivir, es lo primero que se ve nada más abrir la puerta de su estudio, en el madrileño distrito de La Latina. Recordatorio vital que apuntala el color rojo intenso de las paredes y al que quita dramatismo un espejo, a la izquierda, con forma de corazón.

Es la una de la tarde. Ismael Serrano lleva toda la mañana atendiendo a la prensa días antes de que se publique su octavo disco de estudio, Todo empieza y todo acaba en ti. Disco, por cierto, que se editará en los próximos meses en Chile, Argentina y Uruguay. Eso de momento.

- Ibas para físico y acabas de editar tu octavo disco de estudio… ¿Qué te pasó?

Sí, iba para físico. Pero el cambio no fue de repente: cuando era pequeño mis padres me apuntaron a solfeo y a piano y, además, formaba un grupo con chavales en Vallecas, donde yo vivía.

Luego, al mismo tiempo que iba a la facultad tocaba por los bares de Madrid. Y no dejé la carrera al principio porque, aunque mi sueño era la música, era consciente de lo difícil que era dedicarse a ella.

- ¿Por qué dices que la publicación de este octavo disco es “un nuevo comienzo” para ti?

Porque es un disco más eléctrico, tiene otro sonido, y porque trabajo con nuevo productor. Además, porque he recuperado guitarras que había dejado aparcadas. No es un disco “rupturista” tampoco, pero sí considero que supone una inflexión en mi carrera.

- Incluyes en este disco una canción que se llama Luces Errantes, cuyos beneficios has cedido íntegramente a los refugiados de Gaza. ¿Tienes especial sensibilidad por el conflicto entre Israel y Palestina o es uno más de tus muchos cabreos?

Sí, es que colaboro con la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos y me llevaron hace un año a Cisjordania, a los campos de refugiados. Así que pude ver la realidad con mis propios ojos. Además, hicimos algo muy bonito, que fue grabar coros con niños en Ramala. Fue muy emocionante estar con ellos y escuchar sus historias, que son terribles.

"He aprendido a ponerme menos solemne"

- ¿Qué has aprendido de tus discos anteriores?

Pues en lo musical he aprendido mucho, sobre todo al haber colaborado con otros músicos que me han hecho incorporar cosas nuevas, sonidos. Además, me he ido dando cuenta de que menos es más. Es decir, que hay veces que las canciones sobreviven mejor con una voz y con una guitarra que con tanto revestimiento. Y también he aprendido a ponerme menos solemne. El cantautor a veces se toma demasiado en serio a sí mismo, y yo he aprendido a no tomarme tan en serio.

El cantautor a veces se toma demasiado en serio a sí mismo

- ¿En qué punto está tu relación con el público sudamericano?

Pues, después de tanto tiempo, poder irte de gira por allí es maravilloso. Yo lo he logrado… pero guitarra al hombro, ¿eh? La primera vez que fui a Chile –en 1997– empecé a tocar en un circuito de universidades. Así que es una relación que he cultivado con el tiempo. En Argentina y en Guatemala, igual, empecé en lugares pequeños. Este año he ido a Colombia y me he quedado fascinado, porque encontré un público que no sabía que tenía. Lo que sucede ahora es que vas a países donde no se ha editado el disco pero conocen tu música. Es alucinante.

- Has creado tu propio sello discográfico y hasta una editorial. ¿Por qué?

Sí, hace unos años monté una discográfica, aunque sólo edité un disco con ella. Todos los demás los edita Universal. Y la monté para tener un espacio propio donde poder dar rienda suelta a cosas que no tenían cabida en otros lugares. Haré algo en el futuro. Y lo de la editorial de libros lo hice para sacar algún libro de poemas de mi padre, de algún amigo…

- ¿Tu padre es poeta?

Sí, es periodista y poeta. Algunas canciones de mis discos –una canción por disco, normalmente– tienen letra de mi padre.

“El cine es maravilloso”

- Has participado en 3 películas, si no me equivoco. ¿Y eso?

Sí, sí. Son películas pequeñas, de cine independiente. Una la hicimos en Bolivia y las otras dos, en Argentina. El cine es maravilloso. Yo me siento como si me hubiera colado en una fiesta a la que siempre quise ir. Hasta me levantaba ansioso cada día al pensar que iba a rodar.

- O sea, que repetirás…

A mí me encantaría. Lo veo difícil, pero me encantaría.

“Vivimos resignados, creemos que no se puede hacer nada”

- Una canción de este nuevo disco se llama Habrá que someter a referéndum. ¿Qué es lo que hay que someter a la consulta popular?

Pues muchas cosas. Me he dado cuenta de que la gente ha perdido la capacidad para influir en la realidad política. Y, por otra parte, creo que se consulta a la gente menos de lo que se debiera. Vivimos resignados porque creemos que no podemos hacer nada. De hecho, nos lo hacen creer cada vez que nos hablan de la crisis. Nos dicen que tenemos que hacer los deberes y... ¡no! ¡Hay responsabilidades! Las de los hombres y las mujeres que han tomado ciertas decisiones.

Habría que someter a referéndum los ajustes del gobierno

- ¿Podrías concretar un poco más?

Sí, claro. Para empezar, habría que someter a referéndum los ajustes que se están aprobando. Y después… pues a lo mejor deberíamos someter también la jefatura del Estado a la consulta popular.

- ¿Por qué sobresale tanto tu corazón en las ilustraciones del disco?

Bueno, la ilustradora me lo sugirió y lo acepté. Piensa que componer es abrirse, exponerse; por eso uno está tan acojonado cuando saca un disco. Exponemos lo más íntimo de nosotros mismos. Y también porque tiene que ver con el nombre del disco, Todo empieza y todo acaba en ti. Con esa frase quiero decir que tenemos un potencial para perseguir nuestros sueños del que no somos conscientes.

“Hay muchos prejuicios hacia los cantautores”

- En España hay personas que tienden a calificar a los cantautores de tristes o aburridos. ¿Alguna vez alguien se ha referido a ti en estos términos?

Pues es que es muy curioso. A nadie se le ocurriría decir eso de Leonard Cohen, por ejemplo, y mira que sus canciones son muy jodidas. Así que yo creo que eso se dice aquí en España porque hay muchos prejuicios que no hacen justicia al cantautor.

Vivimos en un mundo en el que apenas profundizamos

Vivimos en un mundo en el que apenas profundizamos. Ni en lo que escuchamos, ni en lo que leemos ni en lo que miramos. Todo es consumo de usar y tirar. Arañamos la superficie de las cosas, pero no entramos. Los cantautores no sonamos en las radios porque despistamos, porque requerimos una concentración mayor. Todo lo que implica un cierto compromiso, una cierta reflexión se ve como agotador.

“Los derechos se están convirtiendo en privilegios”

- Si compusieras una canción sobre el ánimo que impera hoy en día en España… ¿Cómo la titularías?

Pues tendría que ver con el miedo y con la indignación. Hay mucho miedo ahora a la precariedad. Tanto es así que empiezan a verse los derechos como privilegios. Tener trabajo, por poner un ejemplo, ya no es un derecho, es un privilegio.

La sanidad es ahora otro privilegio. ¡Pero oiga, que es un derecho! ¡Que pagamos impuestos!

- ¿No te parece entonces acertado que se limite a los inmigrantes irregulares su derecho a la sanidad pública?

De ninguna manera. Me parece inhumano. Eso para empezar. Pero es que, además, ¿ese es el problema de la sanidad? ¿La sanidad va a mejorar porque los inmigrantes irregulares ya no podrán hacer uso de ella? ¿Y los enfermos crónicos? ¿Qué se va a hacer? Es injustificable y es mentira. Países que están peor que nosotros, como Portugal, no se han atrevido a hacer eso.

- ¿Hay algo con lo que, después de 20 años de carrera, aún sueñes?

Sí. Seguir dedicándome a esto toda la vida.