Merkel recibe a Hollande "con los brazos abiertos" pero cerrada a negociar el pacto fiscal
- No obstante, Merkel ha matizado que el pacto fiscal no es negociable
- La canciller dice que espera trabajar "bien e intensamente" con Hollande
- Advierte que crecimiento y austeridad son dos caras de la misma moneda
Con "los brazos abiertos" pero cerrada a cualquier renegociación del pacto fiscal europeo. Así recibirá la semana próxima la canciller alemana, Ángela Merkel, al nuevo presidente de Francia, François Hollande, cuando celebren su primer encuentro en Berlín.
En una primera reacción pública tras una reunión de la cúpula de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que preside, Merkel ha subrayado que las relaciones franco alemanas "son esenciales" para Europa y ha recordado que ya mantuvo en la noche del domingo una primera conversación telefónica con el nuevo presidente galo.
La canciller ha comentado que trabajará "bien e intensamente" con Hollande, con el que espera encontrarse "pronto", si bien no hizo referencia alguna a una fecha para la cita, que medios alemanes barajan tendrá lugar el próximo miércoles en esta capital.
Pero la canciller se ha mostrado de nuevo inflexible respecto a la petición francesa de renegociar el pacto fiscal, que impone la austeridad y el déficit cero a los países de la eurozona y de la UE que lo rubriquen.
No a cambiar el pacto fiscal
"No se puede reabrir un pacto, ni ningún otro acuerdo, cada vez que hay una elección en un país. De ser así no se podría trabajar en la UE", ha indicado la canciller. "Nosotros en Alemania somos de la opinión, y yo lo soy personalmente, que el pacto fiscal no es negociable. Ha sido negociado y ha sido firmado por 25 países", ha defendido Merkel.
Sobre la petición de impulsar políticas de crecimiento, que está previsto que Hollande envíe a sus socios europeos por carta este lunes en un memorándum, Merkel ha reconocido que Europa se encuentra "en medio de un debate en el que Francia bajo su nuevo presidente pondrá su propio énfasis" pero ha advertido que "son dos lados de la misma moneda" y que el progreso solo se consigue "con finanzas sólidas más crecimiento".
Las relaciones con Alemania se han convertido por primera vez en arma arrojadiza dentro de la campaña electoral francesa después de que la propia Merkel diese su respaldo público a Sarkozy y se negase a encontrarse con Hollande, en un movimiento que según el semanario alemán Der Spiegel habría sido coordinado con otros líderes conservadores europeos, algo que éstos negaron.
En su discurso tras ganar las elecciones, Hollande subrayó que muchos en Europa le están mirando y proclamó que era necesario abandonar "la fatalidad de la austeridad" un mensaje que, dijo, llevaría en primer lugar a Alemana.
Pero en la principal potencia económica europea existe la confianza de que tras la campaña el presidente socialista abandone su compromiso de renegociar el pacto fiscal y asuma una solución de compromiso sobre crecimiento, que en el país germánico se asimila a reformas estructurales y no a grandes inversiones a través de la deuda.
"Libertad, Igualdad, Ahorro", titula el rotativo económico Handelsblatt, en el que se destaca que "Berlín espera del ganador electoral francés Hollande el retorno al realismo" y "claras palabras acerca de la futura política financiera y económica de su país, tras las reiteradas irritaciones en la campaña electoral".
Ganar la confianza de los socios europeos
Añade que "el socialista, de 57 años, tiene que ganarse ahora la confianza de sus socios europeos y los mercados financieros" y cita al titular alemán de finanzas, Wolfgang Schäuble, para quien "la consolidación de las finanzas es la condición previa necesaria para un crecimiento sano".
Bajo el título "Un socio para Europa", el Süddeutsche Zeitung comenta que "ahora Francia debe hacer frente a la realidad. Sobre todo François Hollande... que deberá llevar a cabo las reformas que no hicieron sus antecesores. (...) La situación financiera de Francia es demasiado peligrosa".
"La UE y los inversores en todo el mundo reaccionarán inmediatamente si París se mete en una aventura. Esa presión deberá aprovecharla Hollande para controlar a la izquierda radical e imponer reformas. Esperemos que lo haga", agrega.
Señala que "el inteligente Hollande hará una política pragmática y proeuropea. En ningún caso quiere destruir el euro. El miedo que algunos le tienen es exagerado. Naturalmente insistirá en enriquecer la política de ahorro de la UE con una estrategia de crecimiento. Pero esa es la opinión generalizada en la UE y tampoco la niega la canciller".
Asimismo, destaca que "Hollande podría resultar un socio aún mejor (que Sarkozy). Frente a 'Merkozy', 'Merkollande' cubre el espectro conservador-liberal y socialdemócrata. Como gran coalición podrán conseguir que los planteamientos franco-alemanes sean mejor aceptados por otros pueblos".
Finalmente, el Frankfurter Allgemeine titula "Moi, Président" y señala que "el presidente Hollande no va a tener tiempo para aprender. En diez días se encuentra en EEUU el G8 y seguido la cumbre de la OTAN en Chicago".
"Hollande va a cosechar allí poco entusiasmo cuando anuncie su decisión de retirar las tropas francesas de Afganistán a final de año. Luego vienen la cuestiones europeas: Ahí se verá la primera prueba ejemplar de hasta qué punto Hollande trata tozudamente de alterar el curso marcado hasta ahora", escribe el diario.