Enrico Marini, uno de los grandes del cómic histórico de aventuras
- Es el autor de 'El Escorpión' y 'Águilas de Roma'
- "Me encantan las películas de Errol Flynn y de El Zorro", asegura
Enrico Marini es uno de los grandes del cómic europeo, especializado en aventuras de época como El Escorpión o Las águilas de Roma (Norma Editorial). Con un estilo de dibujo espectacular y rico en detalles, influenciado por los cómics americanos, los fumetti italianos y el manga. Y ha sido una de las estrellas del Salón del Cómic, donde nos ha hablado de sus obras más populares.
Comenzando por Gipsy (Norma Editorial), una serie futurista creada en 1992, junto al guionista Thierry Smoldoren: "Gipsy supone un gran salto en mi estilo -asegura Marini-. Del primero al último de los seis álbunes, hay una gran evolución en dibujo y argumento, lo que me sirve para experimentar varias técnicas diferentes. Seguramente ahora no habría hecho tantos cambios en tan poco tiempo, pero por aquel entonces estaba en una fase de experimentación, buscando mi estilo".
"Estaba muy influenciado por los manga y los cómics americanos, italianos, sudamericanos y españoles, como Alfonso Font o Jordi Bernet. Muchas influencias que necesitaba digerir, lo que sucedió durante la elaboración de Gipsy. Ahora que lo pienso no fue una forma muy inteligente de hacerlo, pero lo hicimos. Creo que para que una serie perdure debe ser coherente, y no lo fuí demasiado. En El Escorpión también hice experimentos pero mucho más suaves. No hay que cambiar tanto durante uan serie porque te arriesgas a perder lectores".
Un maestro del color
El color es otro de los protagonistas en su obra. "En Gipsy y Rapaces empecé a experimentar aplicando el color directamente sobre los oribinales. Esa técnica se ha convertido en parte de mi estilo. Pero también aprecio el dibujo en blanco y negro, admiro mucho a autores como Milton Caniff o Alex Toth. me gustaría tener un proyecto para poder dibujar solo en blanco y negro como Frank Miller en Sin City o las obras de Muñoz y Sampayo, grandes maestros que dibujan en blanco y negro. Me gusta mucho, lástima que no sea comercial, a no ser que te llames Frank Miller".
"Soy un gran fan de las películas de los años 20, 30 y 40, de serie negra. Me encantan. Quizá un día encuentre un tema que me permita experimentar con el blanco y negro".
El western introspectivo
Marini es un admirador confeso de Moebius y en la exposición-homenaje dedicada al artista francés, en el Salón del Cómic, podía verse una dedicatoria suya con el teniente Blueberry presentando sus respetos ante la tumba de su creador. Marini logró hacer realidad su sueño de dibujar un western con La estrella del desierto (Planeta DeAgostini).
"En esa época me alejé del estilo manga de Gipsy para hacer algo más adulto y más maduro; y la historia también requería un tratamiento más serio. También experimente con cosas nuevas, que no había hecho antes, porque esta historia lo permitía. El western era introspectivo, muy bonito, pero muy duro de dibujar. Por eso luego necesité un respiro e historias más ligeras de aventuras como Rapaces o El Escorpión'.
Vampiros modernos
Tras ese western revolucionó el cómic de vampiros, modernizándolo, en Rapaces (Norma). "En aquella época todavía no había comenzado la saga de películas de Undreworld, aunque había otras películas que me influenciaron mucho, como el Drácula de Coppola cuyo tratamiento de los vampiros me interesó mucho y fue una gran referencia para el cómic.También se nota la influencia de Matrix, sobre todo en el segundo tomo. la fotografía de Matrix y el cine, en general, me han influenciado mucho".
La ciudad de Nueva York también es uno de los protagonistas de Rapaces: "Visité Nueva York e hice muchísimas fotografáis de todos los rincones de la ciudad, incluso lugares apartados, oscuros y peligrosos (risas) lo que no fue muy inteligente por mi parte. Al final usé muy poco las fotografías, pero memoricé la atmósfera, que plasmé en el cómic a mi manera".
"Los escenarios son muy importantes en Rapaces para conseguir una atmósfera de serie negra, no solo de vampiros y terror. Es una mezcla de géneros".
Su homenaje a las películas de espadachines
El escorpión, su obra más popular hasta el momento, es un homenaje al cine de espadachines: "Mucho, porque Scaramuche (George Sidney, 1952) me encantó de pequeño y la he visto muchas veces, al igual que las películas de Errol Flynn o las películas de El Zorro, de Disney. De hecho, el nombre del protagonista, Armando Catalano, es un homenaje al actor que interpretó al Zorro en las películas de los años 40 y 50, en las películas de Disney, que se llamaba así en realidad ( su nombre artístico era Guy Williams). Es un guiño".
Una vez más detacan las espectaculares panorámicas de la ciudad: "No uso demasiada documentación -asegura marini- intento reinterpretar los escenarios. El Escorpión es muy teatral, no es muy riguroso con la historia; es un cómic de aventuras en un escenario irreal, casi mágico. Cuando dibujo el Vaticano intento ser realista pero me tomo libertades como en las películas americanas, como Scaramouche o Los tres mosqueteros, de Gene Kelly".
Una de romanos
Su serie actual es Las águilas de Roma, en la que debuta como autor completo, encargándose también de los guiones: "Trabajar con guionistas es como vivir una pareja y continuamente tienes que llegar a acuerdos y compromisos. Hay momentos muy agradables y otros no tanto. Además quería ver si era capaz de hacerlo yo solo. Y confieso que no he escogido un tema demasiado fácil, podía haber elegido otro más sencillo".
"La antiguedad siempre me ha gustado. Quizá debería haber hecho una historia de carretera, ambientada en el desierto y protagonizada por dos persoanjes en una habitación de hotel, para economizar, pero me he metido en un lío maravilloso. No hago más que comprarme libros de la antigua Roma. Ya no sé donde guardarlos".
"Pero es otro experimento, quería saber si podía ser capaz de lograrlo. No soy un experto pero estoy en contacto con historiadores y arqueológos, también me han influido películas como Ben-Hur, Espartaco o Gladiator, que son reinterpretaciones muy libres, al igual que mi cómic. Aún así, en Las águilas de Roma he sido mucho más cuidadoso con lo histórico que en El Escorpión".
"La historia se compondrá de unos cinco o seis álbunes y ya tengo la sinopsis de todo el argumento, sé como acaba".
"Moebius era un genio"
"La muerte de Moebius ha sido un shock, era una referencia para todos los autores -confiesa Marini-, era muy joven para morir y seguía innovando con cada trabajo. Nos podemos referir a él como un genio. Me apasionaba su técnica, como Moebius era uno de los dibujante más creativos y su estilo cuando firmaba como Jean Giraud era simplemente soberbio, inimitable e irrepetible".