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La mayoría de la sociedad apuesta por "recentralizar" competencias, según las cajas

  • El 62% a favor de fusionar municipios y el 60,5%, de suprimir las diputaciones
  • El 90% considera "poco transparente" la financiación autonómica

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Una mayoría de la sociedad apuesta por una cierta "recentralización" de las competencias a favor del Gobierno central y está a favor de las medidas de control del gasto y del equilibrio presupuestario, según se desprende de una encuesta y de un estudio patrocinados por la Fundación de Cajas de Ahorro.

Funcas acaba de publicar el estudio La crisis y las autonomías, de los profesores e investigadores Víctor Pérez-Díaz, Josu Mezo y Juan Carlos Rodríguez, basado en una encuesta a 1.429 personas realizada durante el pasado otoño.

En rueda de prensa, el catedrático Víctor Pérez-Díaz ha destacado que el 60% está de acuerdo con la reforma constitucional que impone el equilibrio presupuestario, más del 62% a favor de que se fusionen los municipios y un 60,5% de que se supriman las Diputaciones Provinciales.

Para casi 9 de cada 10 personas el sistema de financiación de las autonomías es poco o nada transparente, y para casi 8 de cada 10 el nivel de endeudamiento de su comunidad es muy o bastante preocupante.

El estudio señala que a las comunidades se les otorga el mismo nivel de responsabilidad en el déficit público que al Gobierno central, y que la gran mayoría de los ciudadanos está a favor de que la normativa que regula la actividad empresarial sea la misma en todo el territorio,

En materia de autonomías y nacionalismo, casi el 72% cree que la mayoría de la gente tiende a llegar a acuerdos, mientras que los políticos promueven los conflictos.

La crisis y el Estado autonómico

Casi un 50% cree que la crisis puede hacer aumentar las tensiones entre las autonomías y casi el 79 se siente orgulloso de la historia conjunta de España de los últimos 30 años, aunque el 22% cree probable que alguna comunidad se separe de España en un plazo de diez años.

En el caso hipotético de la independencia de una de ellas, un 65% cree que sería de manera conflictiva y con relaciones difíciles con el resto de comunidades.

Un 85% piensa que el sistema de financiación autonómica no es equitativo y el 85,5 considera poco o nada probable que España abandone el euro. Pérez-Díaz ha indicado que la gente percibe "un poco entrelazadas" la crisis y el Estado autonómico, del que consideran que funciona "a medias", aunque los ciudadanos de Cataluña y el País Vasco "están en otra longitud de onda", con un mayor sentimiento identitario.

El experto ha insistido en que no se trata de "la foto de un momento" y que el estudio propone un "debate reflexivo", dada la coincidencia de la percepción de esos dos asuntos de forma muy similar por parte de los votantes de los dos partidos mayoritarios.

Distancia de los ciudadanos con los políticos

Tras insistir en que la mayoría acepta las políticas de austeridad y solidez presupuestaria, ha recalcado que la actitud de los españoles es de prudencia y moderación con la crisis, "en una actitud no a la griega".

A su juicio, hay un sí generalizado al Estado autonómico, pero los encuestados tienden "a una mayor centralización", salvo en Cataluña y el País Vasco, y todos quieren más coordinación y critican la falta de transparencia del sistema.

Los coautores han señalado que tienen la sensación de que la mayoría no conoce el sistema de financiación o el reparto de competencias, ya que dudan quién debe pagar la construcción de un hospital o el sueldo de los maestros.

Han indicado que la mayoría también estima que los medios de comunicación no informan "con orden y claridad" sobre estos asuntos y que los partidos tienen "unos sentimientos que no acaban de encajar" con los del público.

A su juicio, la gente desconfía del Estado autonómico porque pensó que con su creación se resolverían las tensiones territoriales y se acercaría la política a los ciudadanos, lo que no ha ocurrido.

No obstante, han advertido de que más que un cuestionamiento es una crítica a su "modus operandi" y más en tiempos de crisis, así como de "la distancia crítica y constructiva" de los ciudadanos con la clase política, a la que envía mensajes porque no es "un público antisistema".