Romney gana las tres primarias en juego en un día de triunfos para los conservadores
- Carolina del Norte, Indiana y Virginia Occidental se suman a sus victorias
- A Romney le faltarían menos de 300 delegados, según medios de EE.UU.
- Carolina del Norte muestra su conservadurismo y prohíbe las uniones homosexuales
El aspirante presidencial republicano Mitt Romney ha dado este martes un paso más hacia una nominación que tiene casi asegurada con sus victorias en las primarias de tres estados, en una jornada en la que también salieron ganando el derechista Tea Party y los detractores del matrimonio homosexual.
Como estaba previsto las primarias en Indiana, Carolina del Norte y Virginia Occidental fueron un mero trámite para Romney, que se impuso cómodamente en los tres estados ante su único rival, el congresista Ron Paul. De acuerdo con las últimas proyecciones de las cadenas de televisión, Romney acumula en torno a 850 delegados, a los que sumará casi todo el centenar puesto en juego este martes, mientras que Paul no llega a los 100.
Se necesitan 1.144 delegados para lograr la nominación presidencial a finales de agosto en la Convención Nacional del partido en Tampa (Florida), de donde saldrá el rival del presidente Barack Obama para las elecciones de noviembre. Paul ha decidido seguir en la contienda pese a que no tiene opciones de lograr la nominación.
El expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich abandonó la carrera la semana pasada tras acumular una abultada deuda y el exsenador Rick Santorum, el único que llegó a poner en apuros a Romney, se retiró en abril. Santorum anunció este lunes en una carta a sus seguidores que apoya a Romney, ya que la meta que ambos comparten es derrotar a Obama el 6 de noviembre.
Carolina del Norte blinda el matrimonio tradicional
Ante el esperado triunfo de Romney en las tres primarias de este martes, la atención se centró en votaciones paralelas como la que se celebró en Carolina del Norte, donde los ciudadanos aprobaron en un referendo una enmienda a la Constitución de ese estado que prohíbe el matrimonio entre homosexuales.
La legislación de Carolina del Norte ya establece que las parejas del mismo sexo no pueden casarse, pero la enmienda busca definir en la Constitución estatal que el matrimonio es exclusivamente la unión entre un hombre y una mujer. Una treintena de estados en el país tienen enmiendas constitucionales que prohíben el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La aprobación de la enmienda en Carolina del Norte es una victoria para los sectores más conservadores del país en momentos en los que está aumentando la presión sobre Obama para que aclare si apoya el matrimonio homosexual.
El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, comentó el pasado fin de semana que se siente "cómodo" con que las parejas del mismo sexo se casen y el secretario de Educación y amigo personal de Obama, Arne Duncan, expresó el lunes su respaldo explícito al matrimonio homosexual.
Los interrogantes sobre la postura de Obama han vuelto a surgir y con ellos las especulaciones acerca de si el presidente, en caso de ser reelegido en noviembre, dará su apoyo explícito al matrimonio homosexual durante su segundo mandato.
Victoria del Tea Party
La jornada también fue fructífera para los conservadores en Indiana, donde Richard Lugar, un veterano legislador experto en política exterior y con casi cuatro décadas de carrera en el Senado, fue derrotado por el candidato del Tea Party en las primarias republicanas y no podrá aspirar a la reelección. Richard Mourdock, secretario estatal del Tesoro y apoyado por el Tea Party, se enfrentará en noviembre al demócrata Joe Donnelly por un puesto en el Senado.
La derrota de Lugar supone un espaldarazo para el ala más conservadora del Partido Republicano, partidaria de drásticos recortes en el gasto público en EE.UU..
Mientras, en Wisconsin el alcalde de Milwaukee, Tom Barrett, ganó las primarias demócratas e intentará desbancar al gobernador estatal, el republicano Scott Walker, en un referendo de destitución previsto para el próximo mes.
El enfrentamiento será una revancha para Barrett, que perdió la gobernación de Wisconsin en 2010 frente a Walker, promotor de una polémica ley que elimina el derecho a la negociación colectiva para empleados públicos del estado.