El BCE rompe el tabú de que Grecia deje el euro
- El gobernador del Banco de Bélgica habla de un "divorcio amigable"
- La Comisión espera que "sea posible" que siga en la moneda única
- El principal temor, el efecto contagio a los bancos de España e Italia
Primero fue el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaüble, en una entrevista el pasado viernes: "No podemos obligar a nadie. Europa no se va a hundir tan rápidamente".
Luego, el gobernador del Banco de Irlanda, Patrick Honohan, en una conferencia en Estonia el pasado fin de semana: "Las cosas pueden pasar de una manera que no está imaginada en los tratados. Técnicamente, una salida de Grecia podría ser manejada. No es necesariamente fatal, pero no es atractiva".
Finalmente, este mismo lunes, el gobernador del Banco de Bélgica, Luc Coene, en el Financial Times: "Supongo que un divorcio amigable -si alguna vez es necesario- sería posible, pero aún lo rechazo".
Coene defiende que "lo ideal sería que todos los miembros permanecieran en el club", puesto que sería lo más positivo para todos, incluyendo a los propios griegos, aunque admite que si un país decide que no continúa deseando formar parte hay que permitir su marcha.
Por su parte, el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, se ha limitado a señalar que si sale Grecia del euro "no supondrá un problema para el sector financiero francés", según ha indicado en una conferencia de prensa organizada para presentar el informe anual de la Autoridad de Control Prudencial (ACP).
Los tres últimos casos son especialmente significativos, ya que hasta ahora el Banco Central Europeo a través de su presidente, Mario Draghi, había asegurado que cualquier salida del país heleno sería una grave ruptura de los tratados de consecuencias impredecibles.
"Hasta el momento ha sido el BCE el que más estricto se ha mostrado para rechazar que un país pueda salirse del Euro pero lo cierto es que hasta varios consejeros de la entidad han comenzado a hablar abiertamente del tema", explica José Luis Martínez, de Citi.
Martínez recuerda que Fitch el viernes ya alertaba sobre el impacto negativo en los ratings de los países de la eurozona y que el ministro de finanzas alemán, que ahora ha sido el primero en hablar de la posibilidad de salida de Grecia del euro, hace poco lo consideraba un desastre.
Ambigüedad europea
La ambigüedad se ha extendido también a la Comisión Europea y a los países miembros, que ya condicionan directamente la permanencia de Grecia en el euro a que cumpla los compromisos previamente establecidos, algo que se hace cada vez más difícil dado el caos político y la mayoría que las encuestas predicen a los partidos anti-rescate si se celebran nuevos comicios en junio.
El ejecutivo comunitario ha dicho este lunes que espera que "sea posible" que Grecia se quede en el euro, pero ha dejado claro que ello exige que Atenas cumpla los ajustes a que se ha comprometido con la UE a cambio del rescate de 130.000 millones de euros.
"Esperamos que Grecia se quede en el euro, deseamos que sea posible que Grecia se quede en el euro, pero es importante que Grecia respete los compromisos que ha asumido", ha resaltado la portavoz.
Por su parte, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha asegurado que la situación de Grecia "preocupa enormemente" a Europa y ha recordado a Atenas que debe cumplir con todo lo pactado si quiere continuar en el euro.
"Estamos todos de acuerdo en que la pertenencia al euro implica una serie de obligaciones, entre ellas, la disciplina presupuestaria y la disciplina macroeconómica, es decir, que la pertenencia al club exige cumplir con las reglas del club", ha declarado García-Margallo tras reunirse con sus homólogos del Partido Popular Europeo (PPE) en Bruselas.
Las palabras de Margallo no son casuales, dado que España y especialmente su sector financiero podría resultar directamente perjudicada de un efecto contagio en los mercados si Grecia sale del euro.
En su entrevista en Financial Times el presidente del Banco de Bélgica admite que la hipotética salida de Grecia del euro implica el riesgo aún mayor de que esta fuera vista como un precedente y se disparasen las especulaciones respecto a nuevos países que podrían salir de la eurozona, incrementando las tensiones financieras.
Efecto contagio
"Ese es el principal riesgo, lo demás puede gestionarse. Una vez que has creado un precedente entonces la gente claro que piensa que, bueno, si un país ha salido, entonces podría salir más", reconoce el banquero.
En este sentido, el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, vaticina en un artículo en el New York Times la salida del país heleno el próximo mes y apunta como uno de los posibles escenarios creados por esta situación la creación de un corralito bancario en España e Italia.
"Así es cómo pensamos que terminará el juego. 1. La salida de Grecia del euro, muy posiblemente el próximo mes. 2. Enormes retiradas de dinero de los bancos españoles e italianos con destino a Alemania. 3a. Quizá, solo quizá, controles de facto con los bancos prohibiendo transferir depósitos fuera del país y límites a la retirada de efectivo. 3b. Alternativamente, o quizá en tándme, enormes inyecciones de dinero del BCE para evitar que los bancos caigan", relata en un breve post de su blog.
Ante esta situación, considera Krugman, Alemania tiene dos opciones: o dejar que caiga el euro o permitir finalmente una actuación del BCE revisando su estratehia para respaldar la deuda española e italiana.
"Una salida griega del euro aceleraría la retirada de dinero de bancos en otras economías vulnerables, lo que crearía el imperativo de más préstamos de emergencia del BCE a los bancos", añade Robert Peston, el editor de negocios de la BBC, que considera que una vez que se haya pasado el rubicón de un país saliendo del euro "todo tipo de cosas horribles seguirán" al sistema bancario europeo.
Peston considera que "cualquier empresa de cualquier nacionalidad encontará extremadamente difícil dejar su dinero en euros en un banco de un país percibido como en riesgo de seguir a Grecia en la vía de salida".
"Para ser claro, no solo las compañías británicas y de países de fuera de la eurozona cuyos propietarios están obligados a evitar tanto como puedan la devaluación o el riesgo crediticio de dejar su dinero en Irlanda, Portugal, España e Italia. El mismo deber tendrán las compañías internacionales italianas en Italia, y las de España en España", recalca.
Como dato, el coste de asegurar la deuda del gobierno de España frente al impago alcanzó su máximo este lunes mientras la prima de riesgo española está rozando máximos históricos.
"Si Grecia se mueve hacia la salida del euro...Entonces la Unión Europea debería aumentar sus fondos de rescate y prepararse para otras medidas de emergencia", ha asegurado Charles Grant, director del Centre for European Reform, un think tank con base en Londres.
"Hay un riesgo real para el mercado de que en algún punto Grecia tenga que dejar el euro si no se encuentra una cohesión política...Eso añadiría el contagio al mercado y los países que sufrirán más serían España e Italia", ha añadido Alessandro Giansanti, estratega de ING, en declaraciones a Reuters.
Pese a todo estos riesgos, algunos medios ya dan por hecha el adios de Grecia del euro.
"Akropolis, Adieu!" titula la revista de actualidad alemana Der Spiegel que explica en un extenso análisis por qué considera que Grecia debe dejar la eurozona.
"Los griegos nunca tuvieron la madurez para una unión monetaria y siguen sin tenerla. El intento de hacer la salud del país sostenible mediante las reformas ha fracasado", señala el reportaje.
"Está claro que la salida es lo único que les interesa (...). Sólo la salida de Grecia de la eurozona le da al país la oportunidad a largo plazo de volverse a poner de pie", reconoce.